La penúltima cita de la temporada nos tenía reservada poca emoción en la lucha por la victoria después de un magnifico primer día de Sébastien Ogier. El galo, ya coronado tetracampeón del Mundo de Rallies en el pasado Rally de España junto a su copiloto, Julien Ingrassia, estaba decidido a poner fin a su racha negativa sobre tierra, superficie que en más de una ocasión ha reconocido ser su preferida, en una nueva demostración de que el de Gap es una rara avis entre los pilotos galos, entre los cuales ha habido numerosos especialistas sobre asfalto como Sébastien Loeb, Jean Ragnotti o Gilles Panizzi.
La nueva reglamentación respecto al orden de salida ponía incluso más difíciles las cosas al líder del campeonato, el cual tenía que salir a los tramos primero durante las dos primeras etapas, algo que le pasaba factura en forma de segundos perdidos al eliminar la capa superficial de polvo, arena y piedras que se suele depositar en los tramos secos. Estos cambios han penalizado especialmente a Ogier durante toda la temporada, el cual después de ganar en Monte-Carlo y Suecia ha sufrido un vía crucis que duró hasta la victoria conseguida el pasado mes de agosto en Alemania.
A partir de ahí no se cansó de ganar. El francés encadenaba tres triunfos consecutivos, sumando a la lograda en el país teutón, las conseguidas en Córcega y España. Sin embargo, le seguía quedando una espina clavada, conseguir al menos una victoria sobre tierra esta temporada 2016 sabedor de que no iba a conseguir igualar su media de victorias anuales con Volkswagen (ocho) y que en Australia será aún más complicado debido a las condiciones de los tramos y a que no se esperan lluvias.
Con el Rally de Gales en el punto de mira, la pareja francesa se lanzaba a los tramos de la primera etapa con el objetivo de tensar la cuerda y de ver quién era capaz de aguantar el tirón. Únicamente Ott Tänak parecía ser capaz de igualarle el ritmo gracias a unos neumáticos DMACK mucho más blandos que los Michelin y que se adaptan muy bien a condiciones de frio, humedad y barro. El estonio aguantaba el primer envite, pero un pinchazo y problemas con la suspensión de su Ford Fiesta RS WRC le hacían perder unos segundos vitales en su lucha particular con el tetracampeón
De nada servían los 12 scratchs conseguidos por Tänak durante la prueba británica, Ogier, en una posición de fuerza gestionaba su margen con maestría y se alzaba con su sexto triunfo de la temporada y además aseguraba el título de equipos para Volkswagen Motorsport, el cuarto consecutivo que iba a parar a las vitrinas de la firma de Hannover. Aun así no fue una carrera exenta de problemas para los alemanes. Problemas de transmisión acosaron a los tres coches y en el caso de Latvala y Mikkelsen les dejaron con tracción en sólo un eje durante varios tramos, perdiendo muchos minutos y cualquier esperanza de lograr un buen resultado.
Completaban el podio el propio Ott Tänak y Thierry Neuville, el cual conseguía un nuevo podio tras una peleada carrera con su compañero de equipo, Hayden Paddon. Dani Sordo no podría repetir la actuación cosechada en los tramos de Tarragona bajo el diluvio y no se terminó de encontrar cómodo sobre los tramos galeses, especiales que tampoco trajeron demasiada suerte a los héroes locales. Craig Breen volcaba y los mecánicos de Citroën no podrían reparar los daños en su DS3 WRC, mientras que a Kris Meeke un par de pinchazos lentos le dejaban fuera de la lucha por los puestos del podio ya que en este rally no había asistencias intermedias entre el bucle de la mañana y el de la tarde.
En cuanto al resto, WRC2 y WRC3/JWRC tenían dos nombres propios: Esapekka Lappi y Martin Koci, los cuales se llevaban las victorias en dichas categorías respectivamente y en el caso del finlandés queda en disposición de conseguir su título de Campeón del Mundo en Australia si termina con victoria o en la segunda posición. De no conseguirlo sería su compatriota, Teemu Suninen el que lo consiguiera. Para los españoles de Peugeot sabor agridulce, después de una gran actuación de Pepe López entre los dos ruedas motrices de la categoría RC4 y la salida de pista tempranera de Cohete Suárez, el cual se iba fuera en la primera etapa y perdía muchos minutos hasta que los aficionados pudieron ayudarle a volver. En sólo tres semanas el último rally del año, el Rally de Australia, que marcará el adiós a los actuales WRC.