Era difícil pensar en un final del Rally de México al nivel del comienzo, sin embargo, Kris Meeke parecía dispuesto a dar emoción a la primera prueba de tierra de la temporada hasta el último kilómetro. El piloto de Citroën, que había dominado con mano de hierro gran parte del desarrollo de la competición, se salía de pista en la Power Stage, especial con la que se cerraba la cita norteamericana, consiguiendo encontrar el camino para regresar al tramo y aun así llegar a meta con 13,8 segundos de ventaja sobre Sébastien Ogier.
Demasiada emoción para un fin de semana que ha pasado por todos los estados, desde lo rocambolesco del inicio de la etapa del viernes al caos y drama que se llegó a vivir cuando los nuevos World Rally Cars 2017 se estrenaban sobre tierra y sufrían el mal de altura y el ratonero recorrido del tramo de El Chocolate en sus mecánicas. Prácticamente ninguno de los coches llegaba sin la alarma de temperatura alta encendida.
Prácticamente el único que llegaba sin sobresaltos era Kris Meeke, piloto que a la postre daría la victoria al equipo Citroën, tercer equipo que consigue una victoria este año después de mantener a raya a Sébastien Ogier. El piloto francés, ganador de los cuatro últimos títulos mundiales salía satisfecho de México, recuperando el liderato de la general del campeonato de manos de un Jari-Matti Latvala que no había tenido un buen inicio de rally y que conseguiría escalar posiciones con su Toyota Yaris WRC en la etapa del sábado hasta conseguir una valiosa sexta plaza.
La nota curiosa la dejaba la necesidad de cancelar los dos primeros tramos del viernes después de que los camiones que transportaban los coches desde Ciudad de México a León, Guanajuato, no llegaran a tiempo después de cortarse una de las principales carreteras durante seis horas por un accidente. En concreto, era la primera vez que la organización decidía realizar una superespecial en el Zócalo de la capital en lugar del tradicional tramo espectáculo que se realizaba por las calles de Guanajuato el jueves noche.
En cuanto al resto de protagonistas del fin de semana, Dani Sordo y el resto del equipo Hyundai sufría un rally totalmente aciago. El piloto cántabro, que se encontraba en tercera posición al llegar a las dos pasadas por el tramo del Autódromo de León sufría problemas de arranque en su i20 WRC, mal que se reproducía también en las unidades de sus dos compañeros, Hayden Paddon y Thierry Neuville.
En el caso del español, no se le permitiría completar la especial, decisión que no tenía el consentimiento de los comisarios de la FIA, y que significaban 10 minutos de penalización. La decisión sería reconsiderada después de la reclamación de Hyundai, recibiendo Sordo un tiempo ficticio y siéndole retirada la pena, algo que al menos le permitía luchar por los puntos durante el resto del rally. Terminaría octavo, detrás de los dos Toyota oficiales y con una sensación de haber podido llevarse más de este Rally de México.
Completando el podio, Thierry Neuville, el cual también sumaba los cinco puntos extra que se reparten en la Power Stage al piloto más rápido. El belga, uno de los principales candidatos al título, conseguía de esta forma poner fin a la racha de dos abandonos iniciada en Monte-Carlo. Ott Tänak y Hayden Paddon ocuparían las dos posiciones restantes entre los cinco primeros, ambos afectados por problemas mecánicos en sus monturas. Respecto a la categoría WRC2, el triunfo sería para Pontus Tidemand, líder del campeonato, por delante de Eric Camilli y del local Benito Guerra, el cual estaba acompañado en esta ocasión por el copiloto español Borja Rozada.