El rol femenino siempre ha ido ligado a una pureza angelical, alejado de cualquier alteración extraña o deshonestidad. Cuando en la Antigüedad descubrieron que las mujeres, además de no querer pertenecer a ese mundo, tenían que pasar por circunstancias como la menstruación, creían que no solo era una desgracia, sino incluso una causa de muerte.
La menstruación ha sido un tabú durante los siglos. Los cambios incomprendidos de humor, los "¿qué pasa tienes la regla?", o los tampones a escondidas son solo una pequeña parte del proceso que han sufrido millones de mujeres.
Es curioso pensar que si ahora nos sentimos incómodas o inseguras cuando estamos en esos días del mes, que conocemos qué implica la menstruación y tenemos una inmensa gama de productos para aliviar el sentimiento, ¿cómo se debían sentir hace años?
Sin irnos tan lejos, un estudio de UNICEF de 2015 reveló que 1 de cada 3 niñas en el sur de Asia no conocía nada sobre la menstruación antes de tener la primera regla, mientras que el 48% de las niñas en Irán y el 10% de las niñas en India creen que la menstruación es una enfermedad.
Lo cierto es que en la Antigüedad el periodo estaba mal visto, considerado incluso tóxico, asociado a millones de prejuicios. Pero, sin embargo, el siglo XIX fue, en muchos aspectos, incluso peor que la Edad Media para la mujer.
La historia de un tabú
Los prejuicios contra la menstruación se remontan a la Prehistoria, se cree que los hombres prehistóricos temían que la sangre menstrual propiciara ataques de animales peligrosos, pero también a la Biblia. Un texto del Antiguo Testamento, hablaba de la impureza de la mujer con la regla "siete días estará apartada; y cualquiera que la tocare será inmundo hasta la noche".
Debido a lo poco que se hablaba de la menstruación, se conocen pocos controles sobre la misma. El primero se corresponde al Antiguo Egipto, donde las mujeres utilizaban papiro ablandando, una planta parecida a la hierba, para absorber la sangre menstrual.
Sin embargo, se cree que una de las opciones más empleadas era el sangrado libre en la ropa. Es más, muchas de las prendas que utilizaban las mujeres podían absorber el sangrado, lo que también significaba que nadie supiese por lo que estabas pasando, porque nadie se percataba.
Aun así, el término en general y la situación se entendía como una enfermedad sucia e impura. Las mujeres que no eran esclavas, podían 'descansar' los días que estuviesen en el periodo, no obstante, se cree que este descanso era simplemente para purificarse y limpiarse.
Aunque pensemos que lo peor ya ha pasado, ciertamente lo peor estaba tan solo por venir. Y es que el siglo XIX fue muy oscuro para las mujeres en general, de lo cual nos han hablado muchas series actuales, como los Bridgerton.
El conocimiento de la naturaleza y reproducción femenina era prácticamente nula, las mujeres utilizaban, en algunos casos, cinturones sanitarios que consistía en fijar una tira de tela a las caderas con una cuerda o una banda.
Cuando la primera regla llegaba a las niñas demasiado pronto, se consideraba una condición patológica y una desgracia, causa de enfermedad y muerte. Incluso, llegaban a pensar que era causada por un exceso de estímulos como ir al teatro o enamorarse.
En ese entonces la sociedad y el conocimiento de la misma se nutría de los rumores establecidos, donde se asentó aquel que decía que mantener contacto con el agua era perjudicial para el proceso de la menstruación, por lo que muchas mujeres pasaban días sin ducharse.
No fue hasta el siglo XX que los médicos descubrieron los motivos por los que la mujer menstruaba. Gracias a ello, muchas personas entendieron que era un proceso natural del cuerpo femenino, sin embargo, muchas otras se quedaron en el mismo escalón que estaban. Y, muchos países, nunca lograron aceptarlo.
La práctica que aísla a las mujeres por menstruar
Así como hay muchas mujeres que viven atadas a la desigualdad de derechos simplemente por vivir en un país diferente, la percepción de la menstruación varía también basándose en el lugar en el que nazcas.
Tanta es esta variedad que en algunos países como Nepal, mantienen algunas tradiciones centenarias como desterrar a las niñas y mujeres que están menstruando a cobertizos o chozas.
Las mujeres nepalesas son consideradas impuras, sucias, contaminadas y con mala suerte. No pueden tocar ni a sus esposos ni a otros miembros de la familia, por lo que entra en juego la práctica chhaupadi: aislarlas del mundo.
Las temperaturas extremas exponen a las niñas y mujeres a problemas de salud, como neumonía, diarrea, infección torácica y del tracto respiratorio. Muchas de ellas, incluso, fallecen en el proceso.
La menstruación en la actualidad
Actualmente, la visión hacia la menstruación ha avanzado en gran medida. Las niñas ya comprenden qué les pasa a su cuerpo y pueden hablarlo, con más facilidad, con otras mujeres o incluso en público.
A esto han contribuido todas las mujeres que han luchado durante los siglos, pero también las que luchan hoy en día por ello, así como las marcas que venden y visibilizan la menstruación femenina.