Desde siempre, las mujeres han estado silenciadas y condicionadas en muchos temas y cuestiones sociales. Esto, sumado a expectativas idealizadas como puede ser la idea de una maternidad ideal, han dejado huella en su manera de ver el mundo y de percibirse a sí mismas.
Las mujeres también se masturban
María, de 29 años, comenzó a masturbarse en la adolescencia. "Ahora no me da vergüenza contarlo, pero cuando era más pequeña lo ocultaba por miedo a ser tachada de 'zorra' o de viciosa. Me daba mucha rabia sentirme así, y más cuando mis amigos hablaban libremente sobre las pajas que se habían hecho el día anterior", confiesa.
La joven no se sorprende de que siga existiendo un cierto estigma social entre algunas mujeres, y responsabiliza de ello al tardío descubrimiento del placer femenino. "Los primeros estudios sobre orgasmo y placer femenino se realizaron en los 60; a esto se le añade, que nunca nadie nos dijo que en el sexo nosotras también podíamos disfrutar, y lo entendíamos como algo para complacer a la otra persona, especialmente en las relaciones heterosexuales", indica.
Marta Ibáñez, psicóloga y sexóloga, comenta que, en general, es más fácil para los hombres hablar abiertamente sobre el tema. "La masturbación masculina es algo que se da por hecho, mientras que la femenina no tanto. A pesar de ello, creo que a día de hoy el tema se está normalizando y que todas las mujeres, si lo desean, pueden hablar libremente sobre este tipo de cuestiones".
La sexóloga considera que las redes sociales han ayudado mucho a la hora de extinguir este y otros tabúes y estigmas sociales. "Las nuevas plataformas y el auge del uso de vibradores han conseguido que la gente consiga hablar más abiertamente sobre el sexo y la masturbación. Hace veinte años trabajaba en una tienda erótica, y el hecho de tener vibradores o elementos para la masturbación era algo bastante tabú. Creo que ahora, aunque solo sea por el auge del satisfyer, este estigma se va eliminando".
La experta indica que la vergüenza que tradicionalmente han sentido las mujeres a la hora de hablar de sexo viene de haber sido silenciadas durante muchos años. "El hecho de llevarnos el tema sexual de lo íntimo a lo público, y de manifestar deseo y excitación sin tener una pareja estable, sigue sin estar del todo bien visto. Nos hemos educado en una sociedad que critica a la mujer que se expresa libremente en estos temas, y se valora mucho más a una mujer más cauta y pudorosa. Se trata de un tema completamente educacional".
¿Una maternidad ideal?
El mundo de la maternidad es amplio, complejo y difícil de analizar. Quizá alguna vez hayas escuchado que ser madre es lo mejor que te puede pasar en esta vida, o que es 'necesario para que tu ciclo como mujer se complete', pero estos tópicos distan mucho de la realidad.
Olga Carrasco, mujer de 48 años y madre de cuatro hijos, habla con Magas para opinar sobre este tema que genera tanta controversia. "La maternidad no es algo ideal o perfecto, ni mucho menos. Ser madre es la vida y, como tal, está llena de imperfecciones", declara. Carrasco fue madre joven, por lo que no tuvo tiempo de ser condicionada por opiniones externas. "En aquel entonces no tuve ocasión de sacar el tema con nadie, porque mis estudios eran mi prioridad, pero todo cambió cuando tuve a mi primer hijo", confiesa.
"Creo que las nuevas generaciones están mucho más seguras de sí mismas y saben lo que quieren, por lo que están bastante menos expuestas a que nadie externo las condicione. En mi caso, la maternidad idílica existe, pero no como algo perfecto, sino como algo que repetiría en mil vidas, aunque mil veces me haya equivocado como madre y no sea un camino de rosas como algunos creen".
La entrevistada hace hincapié, además, en las diferencias interpretativas sobre la maternidad entre madres de distintas culturas y religiones: "No es lo mismo el concepto de una madre que ha crecido y se ha criado en la cultura gitana, por ejemplo, que una madre condicionada por la religión católica u otras que han sido obligadas a casarse y tener hijos a muy corta edad, como sucede en otras culturas más demandantes. Creo que la forma de ver la maternidad también dependerá mucho de ese tipo de cuestiones", explica.
María de Los Ángeles (71), es madre de tres hijos; tuvo al primero con 20 años. "Si en mi época hubieran existido los anticonceptivos, posiblemente no me hubiera embarazado tantas veces", señala. La veterana mujer también considera que el tabú de la maternidad está cambiando mucho con el paso de los años.
"Cada vez oigo a más gente joven que no está tan implicada a la hora de tener y criar hijos. Personalmente, con mi edad y mis experiencias, me parece normal", señala. "La maternidad implica muchos sacrificios, y con el paso de los años muchas veces te das cuenta de que tus hijos ya no te llaman, no pasan a verte, no te preguntan cómo estás y parece que no existes. Tú siempre seguirás estando ahí como madre, pero con las dinámicas actuales, es normal cuestionarte muchas cosas", se desahoga.
La psicóloga Ibáñez considera que la maternidad sigue viéndose como 'algo que completa a la mujer'. "Preguntarle a una mujer que ya ronda los treinta que cuándo va a tener hijos sigue siendo algo muy común", señala. A pesar de ello, y una vez más gracias a las redes sociales y a la reivindicación que han mostrado algunas mujeres e instamamis al hablar de la maternidad como algo no tan idílico, poco a poco vamos dejando de idealizar esta cuestión.
Mujeres con pelos
"No me depilo porque, además de que el vello no me molesta, no estoy dispuesta a sufrir con métodos de depilación por conseguir una visión estética que ni siquiera comparto", comenta África, de 25 años.
La primera vez que la joven se sintió juzgada por no depilarse fue a los 8 años, en una ceremonia eclesiástica. "Recuerdo que una niña me miró las piernas y exclamó: '¡No te depilas!'. Me quedé extrañada, porque yo ni siquiera sabía lo que era eso. La niña siguió criticando mi vello corporal, y nada más llegar a casa, cogí una cuchilla y me depilé", confiesa. La veinteañera continuó con la depilación hasta los dieciséis años, cuando se dio cuenta de que depilarse era algo totalmente prescindible. "Si nadie critica a los tíos por no depilarse, ¿por qué iban a criticarme a mi?", reflexionaba.
A día de hoy, África sigue notando miradas extrañas por la calle cuando lleva descubiertas las zonas con vello. "A pesar de ello, creo que mi familia es el único núcleo cercano que me critica por tener pelos. Mis amigas y mi novio no me dicen nada ni lo ven como algo extraño", comparte.
La joven observa el feminismo como impulsor de este tipo de conductas liberadoras para las mujeres. "A día de hoy este tema está muchísimo más normalizado, y creo que las mujeres nos sentimos mucho más valientes a la hora de romper estigmas y tomar este tipo de decisiones", reflexiona. "Creo que el movimiento feminista ha sido determinante para cuestiones de este estilo. Sin el feminismo ni siquiera nos hubiéramos planteado que una mujer pudiera depilarse sin dejar de lado cuestiones de higiene y pulcredad, que realmente no tienen nada que ver con depilarse o no".
África ve interesante recalcar que, desde su punto de vista, está mucho más normalizado y mejor visto la no depilación en mujeres jóvenes y atractivas. "Para las señoras de 40 años para arriba es mucho más complicado, porque no han estado tan involucradas en el movimiento feminista actual y se ven más vulnerables ante las críticas y prejuicios. Para mi, ser una mujer de 40 años e ir sin depilar a la playa es un acto de mucho valor".
La psicóloga Ibáñez coincide al expresar que los hombres nunca han sido cuestionados por tener vello corporal, mientras que las mujeres 'deben' quitárselo por cuestiones de higiene o similares. "Por lo visto a los hombres no les huelen las axilas si tienen pelos, pero a nosotras sí", expresa con un tono irónico. "Los hombres, si se depilan, es por cuestiones estéticas. En el caso de las mujeres, también entra el factor de la higiene, que nada tiene que ver", relata.
El tabú de la menstruación
¿Quién no se ha pasado una compresa a escondidas en el colegio, o ha evitado decir abiertamente que tiene la regla camuflándolo con expresiones como 'estoy mala'?
El tabú de la menstruación ha estado muy presente en la sociedad, pero cada vez más se trata con la normalidad que requiere. "Al final la sangre se suele relacionar con algo negativo, pero con este tipo de creencias dejamos de lado que gracias a la menstruación podemos dar vida", reflexiona Nerea Santórum, de 21 años. A pesar de los avances, la joven considera que el tema de la menstruación sigue siendo un tabú. "Sobre todo en algunas culturas y países como la India, que destierran a mujeres con la regla porque las consideran impuras. O en los anuncios de compresas, en los que casi nunca se habla del tema con claridad ni sin decorarlo".
Santórum es artista, y hace un par de días publicaba en su Instagram una obra reivindicativa que grita sobre el tabú, los mitos y el estigma que rodea a la menstruación.
"Creo que todo esto se debe a la falta de información y al patriarcado, ya que vivimos en una sociedad donde siempre se ha tachado a la mujer de cosas negativas. No creo que el feminismo sea la única solución, pero sí que gracias a él hemos podido alzar la voz y reivindicar temas tan naturales como este para darles el valor que realmente tienen", concluye.