'Unorthodox' es la serie revelación de Netflix. Recrea la vida de Deborah Fledman, una mujer judía jasídica de Brooklyn, en plena ciudad de Nueva York, que huyó con su hijo pequeño a Alemania de una comunidad con normas asfixiantes y de control absoluto sobre la mujer en pleno siglo XXI.
Los judíos jasídicos son una comunidad ultraortodoxa que se trasladó a Nueva York desde Hungría tras la II Guerra Mundial y se instalaron en el sur del barrio de Williamsburg, en pleno Brooklyn.
La alta natalidad de estas familias y las estrictas normas de la comunidad, donde el contacto con el exterior está prohibido, ha hecho que sigan creciendo y extendiéndose a otros barrios como el de Borough Park, aunque sigan siendo una minoría dentro dela comunidad judía, concretamente un 6% de los 5,3 millones que viven en EEUU.
La serie, grabada en inglés, yiddish y alemán, no sólo muestra que la forma de vestir de esta comunidad es propia del siglo XIX sino también sus normas de vida, acotadas y sin libertad. Los cuatro capítulos de 55 minutos recorren la vida de Deborah Fledman, miembro de Satmar, y casada a los 17 años con un judío ultraortodoxo que sí iba todos los días a Manhattan para trabajar en la joyería de su familia mientras ella se quedaba en casa sin trabajar y sin posibilidad de estudiar.
La prohibición de ir a la universidad para las mujeres no es la única que tienen que soportar en estas comunidades. Las judías jasídicas tienen que cumplir unas estrictas normas y muchas limitaciones:
1. Rapadas al cero y con pelucas o pañuelos.
Las mujeres casadas no pueden salir a la calle sin cubrirse su cabello, por lo que la costumbre entre estas mujeres es, tras la boda, raparse al cero la cabeza y llevar un peluca, llamadas sheitel, puesto que la ley judía asegura que está prohibido enseñar el pelo propio pero no dice de las pelucas. La mayoría llevan turbantes o pañuelos dentro de sus viviendas pero optan por modelos de pelucas casi iguales para la calle porque son las que marcan las tendencias.
2. No pueden cantar delante de un hombre.
En la serie, la protagonista Esty es una amante de la música, igual que su abuela, pero sólo lo puede hacer a escondidas porque, entre otras cosas, está prohibido que las mujeres canten delante de los hombres puesto que se entiende que estaría incitándolos a pecar con ellas. Sí está permitido los recitales de mujeres sólo para mujeres.
3. Cada uno por la acera y sin mirarse.
Si alguien visita el barrio neoyorquino de Williamsburg comprobará in situ como los maridos caminan por una acera y sus esposas, con los niños, van por otra. Además, los hombres nunca miran a las mujeres directamente, pues sería una forma de ser incitados al pecado, y normalmente caminan con la vista clavada en el suelo.
4. Vestidas con extremada modestia.
La norma establece que hay que vestir sencillas y que sólo se puede salir con el rostro y las manos descubiertas, por lo que suelen utilizar medias espesas incluso en el verano. Muchas mujeres ultraortodoxas han reclamado que eso no les impide llevar ropa conjuntada o bonita en un intento de seguir sus propias modas. Sin embargo nunca se las verá con pantalones ni camisetas de manga corta o de tirantes.
5. 'Impuras' con la regla.
La costumbre jasídica establece que durante la semana que dura la menstruación la mujer no puede tocar a su esposo y, por lo tanto, se dormirá en camas separadas. Además, la mujer tiene que hacerse una prueba de sangre la semana posterior a terminar la regla para comprobar que está totalmente limpia (introduciendo unos paños en la vagina) y pasar por el 'mikva', unos baños rituales de purificación que en las comunidades más abiertas han derivado a una especie de spa. Sólo tras completar todo este proceso volverá a yacer con su marido por lo que, lo habitual, es dormir 15 días al mes juntos, 15 días separados.
6. Los matrimonios los elige el rabino.
La libertad para elegir a tu compañero de vida está sobrevalorada en estas comunidades que confían en la sabiduría de los padres y del rabino para encontrar el mejor marido o la mejor esposa. En muchas ocasiones, los jóvenes no se conocen o se han visto muy pocas veces antes de consagrar su unión.
7. Viajan en autobuses diferentes.
La mayoría de las mujeres no sale de las calles que determinan el barrio donde vive la comunidad Satmar. Sin embargo, si tienen que moverse por cualquier circunstancia ellas y ellos se suben a autobuses diferentes, no comparten, ni siquiera, los medios de transporte.
8. Ellos rezan, ellas trabajan.
Aunque en muchas ocasiones se ha unido la imagen de judíos ultraortodoxos con el negocio de la joyería o la banca en Nueva York, los jasídicos de Brooklyn no siempre cuentan con economías saneadas puesto que son familias que tienen muchos hijos y que, en ocasiones, sólo la mujer trabaja fuera de casa mientras que el hombre se dedica al estudio de la Torá.