El encierro ya se empieza a notar en el cansancio de la gente pero también en sus cabellos. Muchas de las mujeres que acostumbraban a ir a la peluquería todos los meses a tapar canas, retocarse las mechas o cambiar de color, llevan cinco semanas con cabellos bicolores, en el mejor de los casos.
De hecho, la venta de coloración para el cabello ha subido un 36% en el acumulado de toda la crisis del coronavirus, según los datos recogidos por la consultora Nielsen. "La coloración capilar lleva cayendo muchos años porque se ha generalizado el ir a la peluquería para teñirse el pelo", explica el experto de belleza de esta consultora Rafael Rocha, quien aclara que es la primera vez que las ventas de este producto se disparan desde que se hacen estudios de consumo, "ni siquiera creció tanto durante la crisis".
Con este panorama, los tintes se han convertido en un producto tan demandado en los supermercados como el papel higiénico y la levadura. En las tiendas Lidl, su Premium Color de su línea cosmética Cien ha aumentado un 50% sus ventas respecto a las semanas anteriores al encierro.
Además, la línea de tintes Cien está compuesta por distintas referencias que cubren todas necesidades de coloración demandadas, desde castaños oscuros a rubios platinos, y a un precio de 3,49 euros en todas las tiendas del territorio nacional.
Fabricados en España, se trata de una formulación profesional de fácil aplicación enriquecida con vitamina F, aceite de argán y aceite de Limanthes alba, con pigmentos de máxima calidad que intenta conseguir una gran cobertura a la vez que mantiene el cabello sano y cuidado.
La coloración más vendida en estos supermercados es una de las tendencias de la primavera-verano, una tonalidad natural que juega con efectos luminosos a través de rubios luminosos y avellanas.