Un 86% de las madres españolas se siente "apática, triste o desmotivada" y 7 de cada 10 asegura que está "mucho más cansada" que antes del confinamiento como consecuencia del teletrabajo, las tareas domésticas, el cuidado y la educación de sus hijos.
Así se desprende de una encuesta a 10.000 mujeres realizada por el Club de Malasmadres y DKV Salud para medir el nivel de estrés de las mujeres españolas a raíz de la crisis del coronavirus.
"Los resultados ponen número a una realidad que se palpa en el ambiente: las mujeres han llegado a agosto extenuadas", señala en un comunicado el Club de Malasmadres, que detalla, además que el 43% de las encuestadas prevé que no va a lograr descansar durante sus vacaciones.
En este sentido, una de las principales causas del estrés también se debe a la incertidumbre que a provocado la pandemia a corto plazo. "Nos preguntamos qué piensa hacer el Gobierno si los colegios llegan a cerrar por la crisis del coronavirus o hay que activar un plan online o semipresencial y los padres y madres tienen que ir a trabajar. Urgen medidas que garanticen a las familias la conciliación”, señala Laura Baena, fundadora del Club de Malasmadres.
El 71% de las madres se siente mucho más cansada ahora que antes del estado de alarma, y un 18% "algo más cansada". De hecho, siete de cada diez califican su nivel de cansancio como "alto".
Esta situación tiene varias causas; la más citada es el exceso de carga de trabajo -teletrabajo, cuidado, tareas domésticas, educación de los hijos e hijas, etcétera- pero también, como aparece en segundo lugar, en el estrés mental que genera la incertidumbre de lo que va a pasar en los próximos meses.
En tercer lugar se sitúa el desgaste emocional y, en cuarto, la falta de tiempo y espacio para una misma y para desconectar.
Este escenario ha propiciado que el 86% de las mujeres asegure sentirse "apática, triste o desmotivada" y que pida como solución, en primer lugar, "estar sola", sin sus hijos ni parejas; en segundo, dormir; en tercero, "hacer lo que quiero"; en cuarto, desconectar y, en quinto, silencio.