J.K. Rowling ha vuelto ha enfurecer a la comunidad LGTB, que la acusa de ser tránsfoba, por la publicación de su nuevo libro, Troubled Blood, en el que el asesino es un travesti. No es la primera vez en este año que la autora de la saga de Harry Potter es tachada de transfobia, y ahora el argumento de su nueva novela es, para muchos, la confirmación del odio de Rowling hacia las personas transexuales.
La polémica ha aumentado tras la crítica que ha hecho The Telegraph a Troubled Blood, la quinta novela de la saga policíaca de Rowling protagonizada por el detective Cormoran Strike. La obra se centra en un asesino en serie que se viste de mujer y el caso sin resolver de una mujer en 1974, presuntamente cometido a manos del asesino travesti. El diario británico escribió que "la moraleja parece ser: nunca confíes en un hombre con vestido".
Para las personas que critican a Rowling, este libro supone estigmatizar aún más a las mujeres transexuales y reducirlas a un mero estereotipo: hombres que se disfrazan de mujeres". Además, asociaciones LGTB y activistas consideran que es peligroso difundir la idea de que las mujeres trans son peligrosas para las mujeres "reales", cuando en muchos casos las personas trans son asesinadas y acosadas. Así, el hashtag #RIPJKRowling se ha convertido rápidamente en trending topic en Twitter.
Polémicas anteriores
No está siendo un buen año para la autora en lo que a polémicas se refiere. En en junio también se convirtió en tendencia en las redes después de hacer un comentario posicionándose en contra de decir "personas que menstrúan" en lugar de "mujeres que menstrúan". Los activistas LGTB afirman que hay hombres trans y personas no binarias que pueden menstruar, por lo que es tránsfobo hablar solo de mujeres.
Ante el aluvión de críticas, Rowling escribió otro tuit para justificar su posición que decía: "Si el sexo no es real, entonces no existe la atracción por personas del mismo sexo. Si el sexo no es real, la realidad vivida por las mujeres a nivel mundial se borra. Conozco y amo a las personas trans, pero borrar el concepto de sexo les quita la capacidad a muchos de discutir sus vidas de manera significativa. No es odio decir la verdad". Pero el texto no hizo sino aumentar la ira de los tuiteros.
Por esa razón profundizó más en este tema publicando un ensayo en su página web en el que confesaba que ella había sido víctima de abusos y violencia de género y afirmaba que le daba miedo que "las niñas y mujeres por nacimiento estén menos seguras".
"Cuando abres las puertas de los baños y vestuarios a cualquier hombre que cree o siente que es una mujer -y hoy en día, como he dicho, los certificados de confirmación de género se pueden otorgar sin necesidad de cirugía u hormonas- entonces abres la puerta a todos y cada uno de los hombres que desean entrar. Esa es la simple verdad", aseveró la autora.
Su seudónimo, un psiquiatra 'antigays'
Estas afirmaciones unidas a que el asesino de su último libro sea un travesti constituye para los activistas LGTB un discurso de odio hacia las personas trans. La guinda de la polémica es que algunas personas han denunciado que Robert Galbraith, el seudónimo que usa Rowling para firmar sus novelas policíacas, fue un psiquiatra estadounidense de mediados del siglo pasado que aseguró que había conseguido 'convertir' a personas homosexuales en heterosexuales a través de terapias de estimulación cerebral profunda (DBS).
Debido a estas controversias han provocado que al menos cuatro autores dejen la agencia literaria de Rowling. También Daniel Radcliffe, actor que interpretó a Harry Potter en las películas, se posición sobre el tema afirmando que que esperaba que los comentarios de la escritora sobre identidad de género no "contaminasen" la saga a ojos de sus seguidores y opinó que las mujeres transgénero "son mujeres" y "cualquier declaración en sentido contrario borra" su "identidad" y "dignidad".
Por su parte, J.K. Rowling se ha defendido de estas acusaciones y aseguró en un comunicado que "es partidaria del derecho de las personas trans a vivir sin persecución". "La declaración decía incorrectamente que yo soy tránsfoba y que soy responsable del daño a las personas trans. Como donante a organizaciones benéficas LGBT y partidaria del derecho de las personas trans a vivir sin persecución, rechazo absolutamente la acusación de que odio a las personas trans o les deseo el mal".