Casi 7.000 mujeres, concretamente 6.998, han realizado las pruebas de la última oposición convocada para ser guardias civiles el pasado fin de semana, lo que significa un 26% del total de opositores. Sin embargo, la experiencia de los números advierte de que, con mucha suerte, sólo unas 300 llegaran a conseguirlo, siguiendo la estela de las últimas promociones.
Los propios responsables de la Guardia Civil reconocen que necesitan la entrada de mujeres en el cuerpo de las fuerzas de seguridad del Estado con menos presencia femenina de todos: menos de un 8% del total de estos uniformados es mujer, unas 6.000 agentes femeninos frente a los 71.000 hombres.
Por eso, desde algunos sectores de la propia Guardia Civil se ha pedido la implementación de una cuota que podría ser del 30% para mujeres hasta alcanzar, como mínimo, los niveles de otras fuerzas de seguridad y, sobre todo, garantizar las necesidades operativas del propio cuerpo.
"Estoy a favor de las cuotas por dos datos objetivos: por el 7,9% de mujeres que hay en el cuerpo ahora y el segundo, después del informe de la Dirección Adjunta Operativa donde habla de la necesidad operativa de al menos 8.924 mujeres, un número que no alcanzamos en la actualidad. Faltan al menos 2.464 plazas para mujeres. Lo mínimo y no lo tenemos", explica Ana Katia Pérez Gil, sargento 1º de la Guardia Civil y vocal del Comité para la Igualdad Efectiva de Mujeres y de Hombres en representación de la Asociación Escala de Suboficiales de la Guardia Civil-ASESGC.
La cifra mínima a la que hace referencia sale de un informe interno, nacido del I Plan de Igualdad de la Guardia Civil en ejecución desde julio 2019, que concluyó que sólo para los servicios para los que es requerida imprescindiblemente la presencia de una agente femenina se necesitaría aumentar su presencia "en 2.464 plazas prácticamente, un 50% más de las mujeres que hay actualmente", aseguraba el escrito de la Dirección Adjunta Operativa (DAO).
"Independientemente del derecho de ingreso de las mujeres y que puedan optar a cualquier especialidad/unidad sin ningún tipo de limitación en cuanto al número, se ha llegado a la conclusión que para cubrir de forma eficaz y eficiente las necesidades operativas de nuestras unidades, había que contar con al menos 8.294 mujeres. Actualmente, el número es de 5.830, por lo que habría que aumentar en 2.464, prácticamente, un 50% más de las mujeres que hay actualmente".
Por su parte, María del Pilar Cascales Lázaro, de 'Mujer y Guardia Civil', insiste en la necesidad de las cuotas como "una medida transitoria". "Ha llegado el momento de establecerlas por ser necesarias: hay un plan de igualdad en la Guardia Civil y se ha hecho balance de los primeros seis meses de aplicación de ese Plan de Igualdad y el resultado es que se necesitan mujeres en todas las escalas, especialidades y empleos, es por ello que para llegar a la ansiada igualdad en la Guardia Civil hace falta que se establezcan cuotas", recuerda.
Además, critica que se denoste siempre este tema apuntando a la valía de las mujeres: "Siempre que se habla de reserva de plazas para mujeres se pone en cuestión la valía personal y la capacidad intelectual de las mujeres y se crea mucha polémica debido a una falsa creencia de que las cuotas benefician a las mujeres y no es cierto, benefician a la sociedad y en este caso a la seguridad de toda la ciudadanía que es para la que trabajamos".
Por eso, piden a la directora general que sea "valiente" e implemente una medida positiva que ampara la Ley de Igualdad. Sin embargo, no va a ser en esta oposición, donde sí hay otros cupos que, según denuncian algunos colectivos, provocan aún más la masculinización de este cuerpo.
La Guardia Civil reserva un 40% de plazas, como mínimo, y puede llegar a un 50% para militares de tropa y marinería mientras que otros cuerpos, como la Policía Nacional, sólo guarda un 20% como máximo, según el artículo 20 de la Ley 8/2006, de Tropa y Marinería. Lo mismo ocurre con policías municipales, como la de Madrid, cuya reserva no pasa del 20%.
Esto significa que se está reservando casi la mitad de las plazas ofertadas para las Fuerzas Armadas donde las mujeres no llegan al 12% de presencia, lo que significa que la aplastante mayoría de los opositores que entran en la Guardia Civil a través de este cupo serán hombres también.
De hecho, según cifras internas en total sólo un 5% de las mujeres se presentarían desde las Fuerzas Armadas, una cifra que también abre trabajo a poder establecer mayores canales de comunicación que incremente este porcentaje.
"Siendo muy optimistas, debería aprobar el 35% de las chicas que se presentan para alcanzar lo mínimo que necesita la Guardia Civil. Pero nos encontramos con una gran pared que es Defensa: de las 2.154 se lleva 862 plazas, que están restringidas para ellas, con sólo un 12% de mujeres en sus filas. Además, en los últimos años están entrando un 5% de mujeres desde las Fuerzas Armadas únicamente. Es lo que nos está bajando la media de entrada de mujeres", insiste Ana Katia Pérez Gil.
Al margen de una mayor diversidad en las distintas unidades que enriquece las actuaciones y estrategias del grupo, como han probado ya numerosos estudios en el ámbito civil y directivo de empresas y asociaciones, la presencia de mujeres guardias civiles es imprescindible, por ejemplo, en el control de las fronteras con terceros países donde muchas veces se requieren a más agentes femeninas para poder completar estas competencias.
El único paso que se ha dado hasta ahora en este sentido es en la cuota de reserva de plazas del 30% para las llamadas mujeres polillas (hijas de guardias civiles) para entrar en el Colegio de Valdemoro donde se les prepara durante un año académico para luego poder opositar a las plazas de hijos e hijas de guardias.
Este es otro de los cupos criticados dentro y fuera del cuerpo. La garantía de un 30% de plazas en este caso busca incrementar la presencia por esta vía de agentes mujeres, pero los colectivos siguen demandando las cuotas en toda la oposición que garanticen la igualdad.