La destacada activista saudí en defensa de los derechos de las mujeres Loujain al Hathloul, detenida desde mayo de 2018, fue condenada este lunes a cinco años y ocho meses de cárcel por un tribunal antiterrorista de su país.
El Tribunal de Sanciones de Riad condenó a la activista por "servir a una agenda externa al reino usando internet (...) con el fin de perjudicar el sistema público, además de colaborar con un número de personas y entes que cometieron actos criminales de acuerdo con la ley de terrorismo", según el periódico saudí Okaz.
La sentencia incluye una suspensión de dos años y 10 meses, lo que sumado al tiempo que lleva en prisión provisional implica que será liberada en un par de meses.
Sin embargo, esta decisión judicial ha sido criticada por la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), la relatora de Naciones Unidas para los derechos humanos y varias organizaciones de derechos humanos.
La familia de la activista, de 31 años, indicó en un comunicado que tras su próxima liberación, Loujain estará en libertad condicional durante tres años, “durante los cuales podría ser arrestada por cualquier actividad que sea percibida como ilegal”, y no podrá salir del país durante cinco años.
Detenciones
La joven fue detenida junto a otras diez activistas en mayo de 2018 después de exigir públicamente los derechos a conducir y a votar para las mujeres así como el fin del sistema de tutela masculino, y fue acusada de mantener contactos con individuos y entidades "hostiles" a Arabia Saudí y de reclutar a funcionarios para obtener información confidencial.
Durante su detención, varias ONG han denunciado que Al Hathloul ha sufrido abusos sexuales, torturas y amenazas por parte de las autoridades saudíes, que la tienen retenida en régimen de aislamiento desde principios de este año, según su familia y la organización Amnistía Internacional.
Según el diario The Times, Saud al-Qahtani, mano derecha del príncipe heredero Mohamed bin Salman, supervisó las torturas y amenazó a la activista con "violarla y cortarla en pedazos". Al-Qahtani es también considerado por los investigadores estadounidenses como el supervisor del asesinato en 2018 del periodista exiliado, Jamal Khashoggi.
Además, la familia de Al Hathloul declaró al diario británico que la activista rechazó una propuesta de salir antes de prisión si retiraba las acusaciones de torturas y amenazas.
Al Hathloul fue detenida también en diciembre 2014 por conducir por la frontera saudí como protesta a la falta de derechos de las mujeres. Sin embargo, en esa ocasión fue liberada con mayor rapidez porque, según le dijeron sus carceleros, el Príncipe de Gales se había interesado por su caso.
Juicio atrasado
El juicio en su contra se reanudó a finales de noviembre, después de que el tribunal aplazara en más de tres ocasiones la vista de la sentencia y desestimara las acusaciones de tortura y agresión sexual de la activista.
En este sentido, The Times destaca que la sentencia podría ser un mensaje para el presidente estadounidense entrante, Joe Biden, que ha sido más crítico que su predecesor con la política saudí. El asesor de Seguridad de Biden declaró que "la administración Biden-Harris se pondrá en pie contra las violaciones de los derechos humanos, ocurran donde ocurran".
"Loujain lloró cuando escucho la sentencia hoy. Después de casi tres años de detención arbitraria, tortura, confinamiento solitario... ahora la sentencian y la etiquetan como terrorista", aseguró en su cuenta de Twitter una de sus hermanas, Lina, quien informó de que ella apelará la sentencia y pedirá otra investigación por las torturas.
Otra hermana, Alia, aseguró en esa misma red social que mucha gente considera esta sentencia como “una victoria” para la activista y que “todo el mundo entiende que el gobierno necesita salvar la cara” ante las críticas recibidas.
Rechazo a la sentencia
La OCHA manifestó en sus redes sociales que la condena contra la activista saudí, después de pasar dos años y medio “detenida arbitrariamente”, es “sumamente preocupante” y pidió a las autoridades de ese país su liberación “con carácter urgente”.
"Defender los derechos humanos no es terrorismo", destacó por su parte la relatora de la ONU para los defensores de estos derechos, Mary Lawlor, en su cuenta de Twitter, y pidió que Loujain sea puesta en libertad "de inmediato".
Por su parte, la ONG de derechos humanos ALQST denunció que la mujer "ha sido sentenciada por la ley antiterrorista, con cargos relacionados a su activismo pacífico, en la última farsa de justicia en un juicio que ha tenido fallos desde el principio hasta el fin".
Y el director ejecutivo de la ONG Human Rights Watch, Kenneth Roth, dijo a través de Twitter que la activista fue condenada a esa pena de cárcel "porque pidió sus derechos en lugar de esperar que el príncipe heredero se los otorgara (...) como una prerrogativa real".
Algunos de los derechos que reclamaba Loujain para las mujeres, como el de conducir y votar, han sido reconocidos por la monarquía saudí dentro de un programa de reformas impulsado por el príncipe heredero y hombre fuerte del régimen, Mohamed bin Salman, conocido por las siglas MBS.
Sin embargo, estas medidas han sido acompañadas por una dura represión contra cualquier voz disidente o crítica que se ha salido de los cauces oficiales.
“Mi hermana no es una terrorista, es una activista. Ser sentenciada por su activismo a favor de las mismas reformas que MBS y el reino saudí tanto pregonan es el colmo de la hipocresía”, lamentó Lina al Hathloul.