La polémica más agria está servida: todo comenzó con un post de la escritora Lucía Etxebarría en Instagram, donde contaba que hace años fue violada “a punta de navaja” y que cuando detuvieron al agresor “estaba probado que había habido un intercambio sexual, y que el semen era suyo, pero no había marcas de golpes en mi cuerpo”. Fue su palabra contra la de él y quedó libre. “Como no me resistí, no me creyeron. Si me hubiera resistido, hoy no estaría aquí para contarlo”, escribió.
Y continuó así: “Rosa María es esta persona. Subió un tuit diciendo que cuando le pedían diálogo, estaba dispuesta a ofrecer diálogo, y enseñaba un bate de béisbol con la palabra ‘diálogo’”, relataba, adjuntando un vídeo de la doctoranda en Filosofía y Género Rosa María García donde diserta sobre sexo biológico, género, identidad y sobre su entrada -sin incidentes- a un baño de mujeres.
“Rosa María tiene una cuenta en la que te enseña fotos explícitamente sexuales de su persona, previo pago. En esas fotos y vídeos se aprecia un pene perfectamente funcional. Cuando yo bajo al supermercado Día me encuentro con que hay dos guardias de seguridad y un arco electromagnético en la puerta. No pienso por ello que me estén llamando ladrona sino que toman precauciones”.
Etxebarría clausura su exposición: “Yo no quiero compartir un cuarto de baño o un espacio cerrado con una persona que tiende por diálogo un bate de béisbol y que tiene un pene funcional, por simple cuestión de precauciones. Carla Antonelli, diputada del PSOE, me ha llamado en un tuit ‘Golem pútrido’ por expresar esta opinión. Al PSOE esto le parece normal. El PSOE considera que yo soy una acosadora y que Rosa María merece todo su apoyo”.
Recordó que el mismo día “en que agredían a una mujer transexual, había habido diez violaciones”, y que al día siguiente “asesinaron a una mujer en Donostia”. “Pedro Sánchez expresó su solidaridad con la mujer trans agredida pero no con las mujeres violadas ni con la mujer asesinada: yo no tengo por qué elegir entre un partido u otro. Mostrar la misoginia del PSOE no me convierte automáticamente en seguidora del PP o de Vox. Ahora decidme si vosotras os quedaríais solas con Rosa María en un cuarto de baño. Decidme si entendéis mi postura. Decidme si creéis que el PSOE apoya a las mujeres violadas”.
El like de Paz Vega
Ahí el post. El problema ha venido cuando la actriz Paz Vega ha comentado la publicación con un icono de corazón morado y han empezado a salir comentarios recriminándole que ese texto era “TERF”, es decir, transexcluyente, y, por tanto, Vega “tránsfoba”. “Paz Vega apoyando el acoso tránsfobo y misógino hacia una mujer trans. Las caretas caen”, ha escrito, por ejemplo, una usuaria. “Qué tristeza y qué asco”, ha señalado otra. Etxebarría alertó sobre el “acoso a Paz Vega” y creó el hashtag #YoApoyoaPazVega, aunque otros creen que se ha hecho una montaña de un grano de arena.
“Nadie ha atacado a Paz Vega. Hubo incredulidad al ver cómo daba like a una publicación tránsfoba. Sin embargo Luc_a Etxebarr_a lanzó esa idea y la ha hecho TT. Un TT que nace de la mentira. La misma estrategia de desinformación y fake news que hace la extrema derecha”, escribe el periodista y activista LGTBI+ Rubén Serrano.
También Rocío Monasterio, de Vox, se ha manifestado: “Ahora algunos entenderán ela coso que hemos sufrido quienes denunciábamos en el 2016 la Ley Trans aprobada por el PP en Madrid. Falta libertad, sobra dictadura de la ideología de género. Yo apoyo a Paz Vega”, tuit que ha pisado ampollas entre las feministas, que han contestado pidiéndole que no las “intrumentalice” porque Vox es “puro patriarcado”.
Etxebarría, por su parte, también ha compartido terribles mensajes privados en los que usuarios la amenazan: "Cuidado cuando salgas mañana de casa, no te vayas a llevar un susto que no están los hospitales como para recibir visitas, hija de la gran puta". O: "Nosotros también nos unimos a las amenazas que has recibido, más te vale ir a la policía y decirles lo aterrorizada que estás y que sea antes de mañana a las seis. Esperemos que al volver a casa te reconozcan la cara, o, en su defecto, se te quede deformada como el resultado d las palizas que reciben las personas trans. A ver si así aprendes. A palos".
Las posturas están divididas: hay quien apunta que “Lucía Etxebarría lleva meses utilizando su altavoz para avivar el discurso de odio hacia las personas trans y cuando la gente trans se defiende llega su victimismo: no eres una mártir, eres una bully” -como escribe la usuaria Gem Muay-, y hay quien entiende, por el contrario, que el acoso lo están recibiendo las feministas radicales por reivindicar “la necesidad de espacios seguros para las mujeres”. Opinen ustedes mismos.