Ha terminado el reinado de Melania Trump, al menos oficialmente. En la mañana del miércoles ha salido de la Casa Blanca enfundada en un elegante vestido negro, con una torera negra a juego y unos guantes largos Un look de luto para decir adiós. Elegantísima y fría, como ha sido su imagen en estos cuatro años, al menos según los estadounidenses.
Cuiriosamente no ha elegido a un diseñador estadounidense para su despedida: llevaba una chaqueta de Chanel, un vestido de Dolce&Gabbana y tacones de Christian Louboutin, además de su bolso Birkin de Hermès, valorado en más de 50.000 dólares.
Ni ella ni Donald Trump llevaban mascarilla. Su marido, en su discurso final en la base de Saint Andrews, en Maryland, ha asegurado que era una primera dama "tan popular entre la gente", pero no es verdad. Otra de las mentiras de Trump. Melania Trump deja la Casa Blanca con el índice de impopularidad más alto de la historia, un 47% de los estadounidenses la rechazan, según la encuesta de Gallup y CNN que sitúa a un 42% a favor.
Según parece, la marca de Trump ha acabado afectando también a su mujer en un puesto que tradicionalmente no suele generar rechazo puesto que no suele ser controvertido y la gente entiende como sobrevenido, como recuerdan los analistas de CNN.
La encuesta sobre la popularidad de las mujeres de los presidentes de EEUU se hace desde la época de Nixon. La media de popularidad de las primeras damas era de un 71% a favor, con sólo un 21% de rechazo, lo que da muestra de la carga negativa con la que sale Melania Trump de estos cuatro años.
Antes que ella, sólo Hillary Clinton dejó la Casa Blanca con un índice de rechazo alto: un 39% de impopularidad, ocho puntos menos que Melania, y cuando ella ya se había postulado políticamente, era una activista de la reforma sanitaria y se la veía de una forma partidaria.
No es el caso de Melania Trump que no ha expresado su opinión política nunca.
Durante estos cuatro años, Melania ha sacado mejor nota de popularidad entre los estadounidenses que ahora. De hecho, estos niveles de impopularidad en ella sólo se recuerdan cuando Donald Trump anunció su candidatura y pocos ciudadanos la conocían.
Por eso, los analistas no echan sólo la culpa de este mal dato a Donald Trump porque no siempre la impopularidad del marido ha influido en su esposa. De hecho, Laura Bush como Michelle Obama (69% de calificación favorable) terminaron con índices de popularidad por encima del que partieron cuando cruzaron la puerta de la Casa Blanca.
La más popular fue en 1993 Barbara Bush. No sabemos cómo le va a ir a Jill Biden, pero asume su cargo de primera dama con un apoyo del 58% y un rechazo del 29%, casi 20 puntos menos que Melania.