La histórica abogada, política y fundadora de Izquierda Unida Cristina Almeida siempre está en el foco de la polémica porque hace muchos años ya que se arrancó el último pelo de la lengua. Lo sorprendente, en esta ocasión, ha sido el desplante que ha lanzado a Ayuso en pleno Día Internacional de la Mujer Trabajadora y, muy especialmente, a cuenta de una pregunta realmente malintencionada por parte de Ferreras en La Sexta.
Almeida aludía a que las mujeres necesitan más puestos representativos y más cargos de dirección, más poder, en general: lo contaba con el micrófono en la mano y en directo con Ferreras, quien le devolvió el guante, guiñándole con la siguiente intervención: "Sólo una cuestión: si las mujeres mandasen... ¿como Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid, quieres decir?".
Tras unos segundos de confusión, Almeida se repone y contesta, confundida: "No, mi vida. Yo te digo que si las mujeres mandásemos, hasta Díaz Ayuso, a lo mejor, era capaz de ser más mujer". La pícara reflexión, claro está, va en la línea del viejo debate de si todas las mujeres, independientemente de su ideología, pueden ser feministas, o de si el feminismo es de corte socialista -como esgrime siempre Carmen Calvo, orgullosa-.
La pregunta fundamental es si las mujeres pueden emanciparse desde este sistema económico que ha invisibilizado sus cuidados, eternamente sin remunerar, y que las aplaca bajo el techo de cristal y la brecha salarial; o si realmente la liberación real necesita cambiar el sistema tal y como lo hemos conocido. Parece que Almeida entiende lo segundo -esto es, que no se puede ser verdaderamente feminista desde la derecha-. Desliza la mediática abogada que no existe eso que Ciudadanos y el PP bautizaron como "feminismo liberal", que sería un movimiento que cree en el poder individual de cada mujer para hacer lo que quiera -para prostituirse, incluso, o para alquilar el viente de otras-, y que no piensa tanto en la revolución como algo colectivo.
En cualquier caso, la pregunta de Ferreras también hacía ver a los telespectadores que ya hay, afortunadamente, mujeres en el poder. ¿Tienen las mujeres un liderazgo propio, tienen que crear un nuevo relato, o basta con imitar los rasgos de los hombres poderosos? ¿Hay una única manera de hacer las cosas? ¿Por qué siempre se ha premiado la 'ambición' y se ha atribuido a 'lo masculino' mientras se ha subestimado, por ejemplo, 'la empatía' o 'el diálogo', atribuidos a 'lo femenino'?
Sin dudas son debates complicados, pero en redes la reyerta ha estallado enseguida: El totalitarismo de siempre. Si la mujer es de derechas, no es mujer. Y si el negro es de derechas, no es negro. Y yo decido quién es negro, quién es mujer y quién es persona. El totalitarismo está aquí", escribe un usuario. "Feminismo, lo llaman", ha lanzado Toni Cantó adjuntando el vídeo.