Riley Keough ya ha finalizado su formación para convertirse en 'doula de la muerte', una figura muy desconocida para muchas personas que se dedica a acompañar emocional y físicamente a las personas terminales y sus familias en los últimos momentos de sus vidas.
"Soy una doula de muerte casi certificada", anunció esta semana en su Instagram la nieta mayor de Elvis Presley, que según explicaba en su publicación ha completado el curso El arte de la muerte de la escuela Sacred Crossings de Los Ángeles. "Quería agradecer a esta comunidad que está enseñando y capacitando a las personas en el trabajo consciente de la muerte. Hemos aprendido que es un tema morboso del que hablar o que teníamos tanto miedo que no podíamos hablar de ello...".
"Creo que es muy importante que se nos eduque sobre la muerte consciente de la misma manera que aprendemos sobre el nacimiento y el parto consciente. Nos preparamos rigurosamente para la entrada y no tenemos preparación para nuestra salida. Por eso estoy muy agradecida por esta comunidad y por poder contribuir con lo que puedo", ha escrito, sin especificar si empezará a dar sus servicios como doula de la muerte a otras familias.
Keough, actriz y cantautora, ha decidido aprender sobre la muerte tan solo unos meses después de pasar por uno de los momentos más duros de su vida: la muerte de su hermano pequeño Benjamin Keough, quien se suicidó el pasado julio.
Según su página web, el curso realizado en Sacred Crossings cuenta con tres niveles y dura varios meses. Las personas que obtienen el certificado pueden ser contratadas por familias y las "guían y apoyan a lo largo de las tres etapas del proceso de la muerte: al recibir notificación de diagnóstico terminal o enfermedad que limita la vida; durante la muerte activa; y en los ritos finales, cuidado y preservación del cuerpo, vigilias y funerales en el hogar".
"No existe ningún requisito previo para la formación en doula de la muerte. Cualquiera puede apoyar a un ser querido durante su proceso de muerte; de hecho, este es el mejor regalo que uno puede dar y también recibir", dicen la página.
La primera doula
Estas figuras de acompañamiento para ayudar en el proceso de la muerte y el duelo son cada vez más habituales. En España también hay cursos, algunos incluso públicos, que dan las herramientas necesarias a los futuros 'doulas de la muerte'.
La primera doula de la muerte fue Phyllis Farley, que en 1998 decidió poner en marcha un programa de voluntariado con las que denominó doulas (del griego, mujeres que acompañan) para apoyar y solucionar las necesidades de las personas en los últimos momentos de la vida.
En ese momento Farley tenía 80 años y se le ocurrió la idea tras escuchar una conferencia sobre la importancia de tener compañía antes de morir. Al igual que ha mostrado Keough en su publicación de Instagram, Farley vio los cuidados físicos y emocionales que tienen las mujeres al dar a luz, y se dio cuenta de que también debían aplicarse a la hora de morir.
En junio de 2001 puso en marcha un proyecto conjunto entre la Junta Judía de Servicios para Familias y Niños de Nueva York y el NYU Medical Center, y formó al primer grupo de Voluntarios Doula.
"Es un acto muy egoísta, cuando lo piensas. Ayudar a aliviar la muerte de alguien es maravillosamente satisfactorio", explicó Farley en una entrevista sobre su programa para convertirse en doula.