Manoli, la zamorana que fabrica en su taller los abrigos que Kate Middleton pone a sus hijos
Carlota de Cambridge llevaba un abrigo Marea Kids, confeccionado en un pueblo de Zamora, el primer día que fue al colegio. Esta empresa familiar trabaja sólo con la mejor lana merina para su colección de señora y niños.
30 marzo, 2021 00:50Noticias relacionadas
Manoli Escudero (55 años) lleva más de 30 años creando prendas de altísima calidad desde su taller en Zamora. Marae Kids son pequeños tesoros hechos a mano, con lana de primera calidad que han llegado hasta Buckingham Palace, donde Kate Middleton se ha convertido en una de sus mayores fans eligiendo hasta cinco piezas diferentes para abrigar a sus tres hijos.
"Vendemos a una tienda en Londres, Amaia Kids, que la dueña es de San Sebastián, y ella le vende prendas a la Casa Real británica. Y les debe de haber gustado mucho porque ya les hemos hecho cinco abrigos. El primero fue al mayor, una chaqueta azul, pero cuando más repercusión tuvo fue cuando la niña sacó el abrigo granate para su primer día de colegio", explica Manoli que fue la que descubrió el hito de su compañía mientras hojeaba una revista.
Casi sin proponérselo Jorge, Carlota y Luis de Cambridge se han convertido en los mejores embajadores de una marca que apuesta por líneas clásicas, colores variados, "hasta 30 tonalidades", y prendas bien rematadas y de un tejido exquisito. "El proceso es manual. Se corta de una a una cada pieza y con la menor intervención de las máquinas porque el tejido es muy delicado".
El nombre de Marae, con el que también comercializan su línea de señora, nace precisamente de la unión de su nombre, Manoli, con el de su hermano Raúl, el otro socio, y la inicial de su apellido, Escudero. Esta nueva marca surge cuando el tradicional negocio familiar pasa a sus manos y busca remarcar no sólo la importancia del origen, de la familia, sino su conexión con la tierra que les ha visto nacer y crecer, Zamora.
"Mi madre era modista en mi pueblo, Villarrín de Campos, y mi tía y su marido tenían un taller donde hacían ropa de esquí. Lo trajeron a mi casa y lo instalaron en el molino que teníamos. Durante muchos años, mi madre y mi padre trabajaron ahí".
Manoli se ha criado entre hilos y alfileres y sabe bien lo que era coser para cuerpecitos delicados. "Yo ayudaba a mi madre y le hacía ropa a mis muñecas", recuerda. Por eso, cuando el taller pasó a la segunda generación, dejaron de lado el esquí, que comercializaban bajo la marca ZMORK, para centrarse en las prendas de lana de calidad.
"Cuando en la ropa de esquí empezaron entrar los forros polares y a importarse esas prendas, lo dejamos porque no podíamos competir con esos fabricantes y nos especializamos en lana curtida". Lana de calidad, de esa que perdura a través de los años como si el uso no cambiara ni un hilo, ni un tono.
"La lana que usamos para nuestras prendas viene de Austria, porque la lana merina es la mejor. Está cocida y es la que se utiliza en las típicas chaquetas austríacas", aclara Manoli. Para que todo fuera made in Spain intentaron en un momento dado buscar lana en España, pero reconoce que la calidad del producto que traen de Austria es inigualable: "A esta lana no le salen bolas, no envejece... y los clientes vienen a buscarla una temporada tras otra porque son de una calidad muy alta".
Cambio a Coreses
Esta zamorana confiesa que el molino ya se les estaba quedando pequeño para sus telares y máquinas de coser así que en 2010 se cambiaron a una fábrica más moderna en Coreses, siempre en Zamora. Las instalaciones son lo único vanguardista en el taller porque siguen trabajando con la dedicación y la manualidad de siempre para que sus capas, abrigos, chaquetas y chaquetones sean piezas casi únicas.
"Nosotros compramos la lana, la tejemos, hay que transformarla para que quede abatanada, la cortamos pieza a pieza, la cosemos y le añadimos hasta el último detallito".
El 95% de las trabajadoras de este taller son mujeres que conocen a la perfección el buen hacer de una fábrica que tiene las vacaciones al revés pero los puntos al derecho. "Empezamos en abril y llamamos de primeras a 5 o 6 personas. Pero en julio, agosto, septiembre, cuando más trabajo hay, tenemos hasta 12 trabajadores, además de mi hermano y yo".
Están acostumbrados a adaptarse a la necesidad del cliente y por eso no imponen ni una compra mínima y se pueden repetir modelos en los colores que haya con la intención de facilitar que sus Marae Kids lleguen a cualquier tienda no sólo de España, sino del mundo entero.
"Nos amoldamos porque lo hacemos todo nosotros. Cada año, sacamos una colección de señora, con 30 piezas, y otra de niños y niñas, de unos 40 modelos. Pero en Marae Kids mantenemos los modelos clásicos, como el de Charlotte, que es el básico y el más vendido".
Tener a la Casa Real británica de modelo puede abrirles muchas puertas fuera de España. De hecho, ya han notado el pequeño empujón que les ha llevado a exportar a EEUU, además de por Europa. "El año pasado vendimos más fuera de España que a nivel nacional, donde las ventas han bajado. Las peticiones de fuera sí que han subido".
En total, de su pequeño taller salen cada año unas 8.000 o 10.000 prendas que incluso en algunas líneas llegan a combinar estampados para señora y niño o niña a juego. Abrigos como el de Carlota de Cambridge pueden llegar a costar unos 150 euros, en función de cada tienda, pero la garantía es que es una prenda a la altura de príncipes y princesas.