Poco a poco las familias monoparentales, las madres y padres que decidieron dar el paso solos, se acercan a la igualdad de derechos con las familias biparentales en lo relacionado con los permisos de maternidad. Su reclamación: tener el mismo tiempo de permiso que las familias biparentales, es decir, 32 semanas -las 16 que tiene la madre y las 16 que pueden disfrutar los padres desde este año-.
Actualmente las madres solteras solo cuentan con 16 semanas de baja, con todo lo que ello repercute a nivel de cuidados, laboral y económico. Sin embargo, los tribunales están empezando a darles la razón al exigir los permisos acumulados y ya son varias las sentencias que les reconocen estos derechos.
La primera fue el pasado noviembre cuando el Tribunal Superior de Justicia de País Vasco se posicionó a favor de una madre monoparental. A esta sentencia le siguieron otras en Galicia, Valencia... Otro hito fue el pronunciamiento del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que avaló que una magistrada progenitora única acumulara los permisos de las familias biparentales.
Estas sentencias crean precedentes jurídicos para los próximos casos, algo que celebran desde las asociaciones. "Las valoramos de una manera muy positiva porque abren el camino a la regulación de los permisos para las familias monoparentales con un criterio de perspectiva de infancia, de los derechos del menor y desde la corresponsabilidad social", declara Miriam Tormo, presidenta de la Asociación Madres Solteras por Elección (AMSPE), a MagasIN.
Tormo, que también es vicepresidenta de FAMS (Federación de Asociaciones de Madres Solteras), reconoce que la sentencia del TSJ vasco "abrió una puerta de esperanza" a las madres que reclaman este derecho. "Después del TSJ en la asociación tenemos más de 100 mujeres que lo están solicitando", asegura.
Además de la Justicia, también cuentan con el aval del Senado, que el pasado 27 de octubre aprobó la moción presentada por el grupo parlamentario socialista en la que instaba al Gobierno "a la adopción de determinadas medidas en favor de las familias monoparentales". Entre esas medidas debatidas por la Comisión de Derechos de la Familia, la Infancia y la Adolescencia estaba la ampliación del permiso de maternidad, que fue apoyada por mayoría.
"Es un mandato del Senado al Gobierno y estamos esperando a que el Gobierno mueva ficha. Nos parece injusto que sean las madres las que con sus propios recursos y en un momento de tanta complejidad como es la crianza en solitario deban ser, una a una, las que vayan reclamando a la Justicia cuando el Gobierno ya tiene el mandato del Senado, y por lo tanto ya hay un consenso en este sentido respecto a la reforma".
Recurso ante el TS
Sin embargo, todavía quedan muchas piedras en el camino y los avances conquistados podrían verse afectados en caso de que el Tribunal Supremo (TS) admita a trámite el recurso presentado por la Fiscalía del TSJ vasco sobre la sentencia dictaminada.
"El TSJ del País Vasco le dio la razón a la madre apuntando al interés del menor y a otros dos planos de discriminación: los derechos de conciliación y la igualdad de género. Por eso nos sorprende bastante el recurso por parte del Ministerio Fiscal, que precisamente vela por los derechos del menor", afirma Tormo.
"Si el Supremo no lo admite significaría que la sentencia del TSJ es firme y ya tendríamos ese precedente, porque hasta ahora tenemos sentencias favorables pero ninguna es firme. En caso de que lo admita, habría que esperar al pronunciamiento final. Pero como digo, tenemos un antecedente del CGPJ".
Por otra parte, si el TS admitiese el recurso y confirmase la sentencia del TSJ vasco, sería un hecho sin precedentes y "un importantísimo avance social y un paso para la equiparación efectiva de los derechos de las familias monoparentales y biparentales".
"Aparte de eso, si existieran más pronunciamientos del TS en el mismo sentido se crearía jurisprudencia sobre esa materia y posteriormente el resto de órganos judiciales cuando fuesen a dictar sentencia, tendrían que respetarla. Se convertiría en una especie de norma general que se aplicaría a casos similares que haya en el futuro", explica María José Rodríguez Rojas, abogada de Sánchez de Lara Abogados.
Discriminación
En AMSPE llevan años luchando por la ampliación de los permisos de maternidad para familias monoparentales porque, subrayan, "hablámos de que nuestros niños y niñas tienen que ser iguales en derechos". "La principal perspectiva desde la que enfocamos nuestra reivindicación son los derechos de cuidado del menor, nuestros hijos tienen derecho a ser cuidados por su principal figura de apego".
También es importante la cuestión económica en la que, de nuevo, se ven más afectadas. "Las semanas que nosotras no disfrutamos para poder atender a los menores son cuidados que tenemos que pagar. Por lo tanto, nuestra brecha salarial se ampliaría a la que ya existe, porque por nuestras circunstancias ya tenemos más dificultades para conciliar. Además, los permisos parentales protegen el empleo. Estaríamos hablando de 32 semanas de salario y empleo protegido en vez de 16", expone la presidenta de AMSPE.
"Otra vertiente es la exención de tributar. Los permisos parentales esas semanas están exentas de tributar, es decir, pagaríamos más impuestos además del gasto añadido para cuidado de esas semanas".
Tormo lo ve como un efecto en cadena que no deja de crecer ya que "si pagamos más impuestos al año siguiente esa familia biparental, al tener deducidas esas 32 semanas, a lo mejor tienen más opción a acceder a becas comedor, a la guardería, a tener bonificaciones… En cambio a nosotras, como los ingresos de esas 16 semanas que trabajamos y no disfrutamos de prestación sí se reflejan en nuestra declaración de IRPF, nos vemos más perjudicadas en ese sentido".
Reconocimiento legal
Pese a que cada vez hay más familias monoparentales en España, María José Rodríguez arguye que en la legislación todavía ni siquiera "hay un concepto legal único y claro sobre qué es una familia monoparental".
"Se contempla de una manera meramente formal a la hora de establecer ayudas, descuentos, becas... Como un criterio de inclusión. Pero la realidad de las familias monoparentales, salvo en los ordenamientos de algunos territorios como Islas Baleares o Navarra, no está regulada".
"Si ves la normativa, a lo mejor a efectos fiscales de desgravaciones se considera familia monoparental si los hijos tienen una determinada edad, mientras que para otras cuestiones que no sería necesario exigir ese requisito. No hay un concepto de familia monoparental que valga para todas las normas", afirma.
¿Por qué ocurre esto? La abogada considera que es porque "las leyes muchas veces van a remolque de los cambios sociales". "Las familias monoparentales también son fruto de los cambios sociales y legales que se han ido produciendo en las últimas décadas. Algunas familias vienen de que en 1981 se aprobara la ley del divorcio, también ha tenido que influir la liberalización de la mujer, que se haya normalizado el uso de las técnicas de reproducción asistida que permiten la maternidad o paternidad en solitario, el cambio de mentalidad... Porque hace años el ser madre soltera era una lacra social y hoy afortunadamente no es así".
"Todos esos cambios han hecho que haya más familias monoparentales que hace 40 años. Es una realidad social relativamente reciente y nuestra legislación no se ha adaptado. Es una asignatura pendiente y esperemos que eso se regule o bien a través de una norma o de que el TS vaya sentando jurisprudencia sobre cuestiones que les afectan, para que cada vez más consigamos esa igualdad real".
Pese a todo, tanto Miriam Tormo como María José Rodríguez animan a las familias monoparentales a reclamar para conseguir los permisos ampliados y seguir luchando hasta que se logre una ley.