Tener acceso a una educación pública, mixta y gratuita es un derecho que, en pleno siglo XXI, para muchas niñas y niños del mundo sigue siendo inalcanzable. Aunque en el imaginario colectivo el inicio de la educación parece estar situado en la pasada década de los 50, el debut literario de la escritora Sofía Tarazón Arenas (Valencia, 1990) desvela la verdad acerca de este acontecimiento histórico, que en España se remonta al siglo XVIII.
La Jugada Maestra recupera la historia de la primera escuela española con estas características, que no está situada en ninguna de las grandes ciudades, sino en un pequeño pueblo de Málaga llamado Macharaviaya. "Fue allí, gracias a la familia Gálvez donde se instauró la educación pública y para las niñas, antes que Madrid", relata la autora. Así nació una novela que con una mezcla de realidad y ficción cuenta cómo se desarrolló este proyecto educativo en 1782, un momento donde la Ilustración compartía protagonismo con la apertura de la Fábrica de Naipes en la zona.
La escritora Sofía Tarazón llevaba tiempo soñando con dar vida a su primera novela histórica, y aunque se dedica a la gestión deportiva ha encontrado en la escritura un refugio donde dejar volar su imaginación y poder abrazar otra de sus pasiones: la novela histórica. "Sacar a la luz hechos poco conocidos me apasiona", explica.
Una historia feminista
El tema principal que rondaba por su mente era el primer acceso a la educación de las mujeres. Una temática más que razonable descubriendo su biografía familiar: su madre y su hermana son maestras.
"Fueron las mujeres las que sentaron las bases. Esto es cierto al 100%, es algo en lo que investigué. Había una profesora, Ana Rueda, que en el libro he llamado Ana Vega y que era analfabeta, y logró que las niñas obtuviesen los premios de niños. Es algo que se ha perdido pero que desde luego sucedió, y ella fue una de las pioneras que hicieron que todo cambiase", explica la autora.
Tras varios años investigando, Tarazón descubrió que todas las pistas le conducían hacia el París del siglo XII, mientras que ella buscaba hechos históricos más cercanos. Fue el destino el que le puso de frente una entrevista radiofónica en la que un habitante de Macharaviaya reivindicaba el origen de la primera escuela pública, mixta y gratuita en este pueblo malagueño.
Aunque sitúa la historia en el siglo XVIII, la autora encuentra algunas similitudes con la situación de la mujer en 2021. "Me gustaría pensar que hemos avanzado algo, pero al final yo me dedico a la gestión deportiva y por desgracia veo que el machismo sigue existiendo y el mansplaining sigue a la orden del día".
Además, en el libro relata el hecho verídico del cierre de la escuela, y cómo una de las maestras "intentó ponerse en contacto con Miguel Gálvez para recuperar su trabajo y que se volviese a abrir", según explica la autora.
Mujeres pioneras
"Me llamó la atención, al informarme sobre la Sociedad de Amigos del País, que había un equivalente de sociedades de mujeres que se reunían con el pretexto de coser y bordar, pero que también hablaban entre ellas, razonaban, leían textos, debatían… en las tertulias y cafés tan de moda en aquellos tiempos ya se empezaban a ver a mujeres también", relata Tarazón, que además pone el foco en aquellas mujeres pioneras que consiguieron una mayor libertad y un acceso a la educación.
Las protagonistas de La Jugada Maestra se apoyan entre ellas, creando una red de sororidad con la que cambiar su situación y la del resto de mujeres. "En el libro lo saco a la luz con la relación de María Rosa, Ana e Isabel. Es una relación de ayuda y sororidad entre mujeres, con un nivel de intimidad enorme", explica la autora, que entiende la educación emocional y en valores como un pilar esencial para la educación de las niñas y niños. "Hay que reducir esa falta de oportunidades, romper esos clichés a través de la educación en los colegios".
Otro hecho importante que se relata es el de las cuatro niñas que en 1785 ganaron premios destinados a hombres, aunque no ha podido recuperar los registros con sus nombres. Ella ha reflejado a estas galardonadas en la figura de Isabel. "Ella consigue ser premiada por la Junta gracias al apoyo de otras mujeres, y eso es machismo puro y duro. Hay una frase que me gusta mucho que dice 'el machismo es el miedo de los hombres a las mujeres sin miedo'. Y en casos como este se ve totalmente representado", recalca.
María Rosa Gálvez
Si existe una figura relevante en la historia, esa es María Rosa Gálvez, que cautivó de inmediato a Sofía Tarazón. "Descubrí que había sido la mayor dramaturga del siglo XVIII y que fue totalmente ninguneada por ser mujer. Es muy importante recuperar su figura", afirma la autora.
Según relata Tarazón, María Rosa Gálvez estuvo relacionada con Godoy. "Él la apadrinó y años más tarde, cuando se intentó hacer su biografía la pusieron de vuelta y media por haber sido publicada por Godoy, dando a entender que se debía a que eran amantes, cuando no era cierto. Siempre buscan algo para que la mujer esté relacionada con un señor poderoso, en lugar de hablar de la gran calidad de sus obras literarias", denuncia.
Algunas de las obras de esta dramaturga no solo abordaban conflictos sociales como la explotación de los esclavos en América, sino también el sometimiento de la mujer, el matrimonio y otros aspectos controvertidos sobre las mujeres que la convierten en toda una pionera.
Educación en España
Para la autora, la educación pública, mixta y gratuita es sinónimo de desarrollo. "Si queremos que nuestra sociedad evolucione hay que hacerlo con la piedra angular que es la educación", afirma.
Aunque también explica su desilusión con el sistema educativo actual en nuestro país. "Me sabe muy mal decirlo, pero es un poco desastre. Precisamente este libro quería que fuera un homenaje a esos maestros y maestras de las que tanto aprendí. Y es verdad que hay muchos maestros que se dedican en cuerpo y alma, pero al final algo está saliendo mal en la educación española: los niveles bajan, hablamos peor y tenemos menos respeto. He podido estar en el extranjero y allí no veo que los críos sean tan maleducados, y no hace falta que me dedique a la educación para ver que algo falla", denuncia.
La religión
Según relata en el libro, en el siglo XVIII todos los colegios estaban en manos de órdenes religiosas. "Había colegios para niñas pobres pero se centraban en tareas mujeriles o en el cuidado, sin más. En Macharaviaya es curioso que el director de la escuela fuera Miguel de Gálvez", destaca.
Lejos del daño que ha podido hacer en materia científica, Sofía Tarazón añade que la religión también ha tenido sus luces y sombras en el acceso de las niñas a la educación. "Estoy segura de que habrá habido monjas que sí que han cuidado y enseñado a los niños y niñas de esa época pero también habrá colectivos u órdenes religiosas que habrán hecho lo contrario".
La novela histórica
Gracias a que la historia de Macharaviaya está muy bien documentada, la escritora ha podido acceder a bastante información para nutrir su novela. "El alcalde me ayudó muchísimo, visité el pueblo, me facilitaron información y varios libros… Al final, el mayor reto es el mismo con el que todos los escritores de novela histórica se topan: imaginar cómo se vivía en aquella época, donde todo tenía un ritmo más lento, un modo de vida diferente que escapa ahora de nuestra mente", relata.
Ahora, Sofía Tarazón se encuentra embarcada en su nueva novela histórica. "Esta vez me he ido a mi tierra, Utiel y al año 1500 y pico, cuando hubo unos hechos atípicos que quiero sacar a la luz. Una epidemia de peste, como la pandemia que estamos viviendo ahora, que acabó con un tercio de la población y al mismo tiempo unas batallas con el municipio colindante por una cuestión de tierras. Todo esto ocurrió en los mismos años, y estoy investigando para sacar a la luz esa historia de mi tierra", explica.
Como la historia persigue todo el rato el sueño de los personajes principales, la autora destaca dos frases presentes en el libro:"Los sueños solo se cumplen si tienes el coraje de perseguirlos" y "Que tus sueños sean más grandes que tus miedos". "Creo que estas mujeres valientes y pioneras que instauraron la educación al final persiguieron sus sueños por encima de todo, eso es lo que me gustaría que perdurase", remata.
Noticias relacionadas
- Mujeres de la filosofía: por qué todavía son injustamente ignoradas en el temario de la EBAU
- En el colegio más feliz de España aprenden Historia y Matemáticas al cocinar espinacas: sus 3 secretos
- Expulsan a una niña de 14 años de clase por llevar un 'top' en Tenerife y el padre denuncia al instituto