Platón, Descartes, Locke, Hume, Kant, Nietzsche... Seguro que estos nombres te suenan, no solo porque han marcado un antes y un después en la historia de la filosofía, sino porque puede que también formaran parte de tus pesadillas en las noches previas a las pruebas de Selectividad. 

Dentro de esta lista de filósofos no solo hay pensamientos y conceptos pioneros, también hay una clara ausencia de nombres femeninos. ¿Dónde están María Zambrano, Simone Weil, Christine de Pizan, Lou Andreas-Salomé o Harriet Taylor Mill? Por citar solo a algunas. 

Puede que incluso a muchas de ellas no las conozcas. Normal. Ninguna forma parte del temario de preparación de las pruebas de acceso a la universidad en España, también conocidas como la EBAU. ¿La razón? "Es obvio que la tradición filosófica occidental es marcadamente masculina y patriarcal. La selectividad refleja, por lo tanto, lo que ha sido la cultura dominante en el pensamiento. La pregunta es: ¿hay que seguir reproduciendo esta cultura o la podemos cambiar? Mi visión. que por supuesto no sólo podemos. sino que debemos hacerlo", afirma Marina Garcés, filósofa y ensayista española. 

Muchos se escudan en que estas mujeres no han tenido una repercusión suficiente en la historia, no tenían suficientes obras publicadas o que las ideas que difundían no son lo suficientemente "importantes", pero al charlar con algunas de nuestras filósofas españolas está idea se deshace automáticamente. 

María Luisa Femenías ha publicado este año Ellas Lo Pensaron Antes: Filósofas Excluidas de la Memoria, un libro ilustrado donde recoge a algunas de estas mujeres que, como ella dice, "teorizaron en diarios íntimos o epístolas" y a las que "muchas veces se les prohibió el uso de la palabra y de la pluma, o simplemente fueron asesinadas por proseguir sus investigaciones". A esto hay que sumarle el normalizado anonimato de entonces o el robo de autoría por parte de sus parejas sentimentales. 

"Las reflexiones de las filósofas a lo largo de los siglos no son per se diferentes de las aportadas por los varones, salvo en el 'concepto de igualdadque ellas desarrollaron de manera inclusiva y equipolente en sus demandas y debates desde sus orígenes ilustrados (Marie de Gournay, Olympe de Gouges, Mary Wollstonecraft). Lo que sin duda cambiaría es el equilibrio de los programas de estudio que se muestran contradictorios, pues con muy buen juicio quieren apoyar leyes y planes de igualdad, cuando ésta no aparece reflejada en los contenidos de los mismos", denuncia Concha Roldán, directora del Instituto de Filosofía del CSIC.

Ahora, dice Garcés, “hay una oportunidad de reformar los temarios” al estar preparándose el real decreto vinculado a la Ley Celaá. Una oportunidad que una profesora española ha querido aprovechar. 

Recogida de firmas

María de Toro es profesora de Filosofía en Bachillerato en el IES de Allariz de Ourense y denuncia que de los diez filósofos que estudian sus alumnos para preparar el examen de acceso a la universidad (EBAU), todos son hombres. 

Esta exclusión de la mujer de los contenidos curriculares le ha impulsado a lanzar una petición en la plataforma Change.org para recoger firmas y pedir al Ministerio de Educación la inclusión de al menos una mujer en el temario de historia de Filosofía que entra en la EBAU.

Retrato idealizado de la antigua filósofa neoplatónica griega Hipatia por Jules Maurice Gaspard (1908). Wikipedia

"En una sociedad democrática y que dice defender la igualdad de género resulta inadmisible que se siga invisibilizando la contribución de las mujeres en el currículo educativo y los libros de texto. El temario que se imparte en 2020 en los institutos está muy lejos de sintonizar con una realidad que supera con creces la visión engañosa de que solo los varones construyen la Historia, la Ciencia, el Arte o el Pensamiento", alega en esta petición de Change.org. 

Hoy, María de Toro y otras muchas compañeras visitan el Ministerio para entregar el resultado de la recogida de firmas, un momento clave para el movimiento. "Más tarde o más pronto será una realidad, espero que la clase política esté a la altura y sepa entender la urgencia y la importancia de este asunto", me cuenta De Toro.

"El momento es propicio ante la nueva reforma educativa, que abre la oportunidad de subsanar el error que cometieron las anteriores leyes de educación: olvidar el papel de las mujeres en Filosofía y en el resto de los campos del saber. Además, estamos hartas de que el sistema educativo nos trate de inpetas o mediocres en casi todos los niveles y disciplinas. La aparición de referentes femeninos en los libros de texto es de 7% en contraste con referentes masculinos", denuncia. 

"Apenas algún nombre de pensadoras españolas se menciona en las clases de bachillerato y universitarias. Por ejemplo, María Zambrano: para muestra un botón", afirma también Roldán, que también está hoy en el Ministerio junto a De Toro. 

Problema histórico

Según explica De Toro, esta exclusión de filósofas en el temario se debe a dos cuestiones. Primero, el inmovilismo "porque tendemos a la comodidad y a no movernos de la zona de confort, sobre todo en el espacio educativo". Segundo, es "un problema que tiene la Filosofía consigo misma, en una contradicción entre lo que dice ser y lo que ha sido en relación con la reflexión sobre el género: desde la antigüedad, pasando por el medievo o la modernidad, los filósofos se empeñaron en construir una supuesta esencia femenina asentada en la maternidad, la belleza, la ingenuidad o superficialidad y los cuidados. Muchas de sus visiones son directamente insultos", explica. 

Olympe de Gouges, la filósofa política francesa, autora de la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana. Wikipedia

Una teorización que, según expresa, sirvió para legitimar la inferioridad y la exclusión de las mujeres del ámbito de la política o del debate filosófico. "Digamos que en vez de hacer filosofía, hicieron ideología con nosotras, fortaleciendo un discurso de poder que nos robó el estatus de seres racionales impidiendo que se escuchase la voz y las ideas de las mujeres", recalca la profesora. 

Más allá

"No se enseñan filósofas en general, ni en los programas de Bachillerato ni en las Universidades. Yo estudié la carrera de Filosofía en la Universitat de València hace unos 20 años y nunca vi ninguna", relata Xusa Alemany, profesora de Filosofía en un centro educativo de la Comunitat Valenciana y miembro del MCEP, movimiento pedagógico que se inspira en el trabajo realizado de un profesor de escuela, Célestine Freinet y que ha contribuido a la visión crítica del pensamiento defendiendo una concepción feminista.

Este problema no solo ha ocurrido y ocurre en el ámbito del pensamiento humano, sino también en el de las ciencias o el arte. "¿Quién no conoce a Einstein o a Picasso? Incluso a los niños pequeños les pueden sonar estos nombres, sin embargo, hablar de Marie Curie, Artemisa Gentileschi científica y pintora de la talla de los mejores en su profesión es otro cantar…", continúa Alemany.

Lo mismo ocurre con las grandes pensadoras. "Nunca se me hubiera pasado por la cabeza que podría haber habido grandes filósofas de no ser porque alguien me lo dijo…y quien lo hizo no fue un programa educativo, fue el movimiento feminista quien hizo ese descubrimiento en mí", relata Alemany, que espera que la inclusión realizada en la Comunitat Valenciana de Simone de Beauvoir en el programa de 2º de Bachillerato se aplique en el resto de comunidades. 

"A mi entender, deberíamos hacer una revisión de los contenidos que se enseñan en las historias de la filosofía de secundaria y universidades, para que sean no sólo inclusivas, sino también más sistemáticos que personalistas", expresa Concha Roldán. 

Temario feminista

Cuando le pregunto a María de Toro qué autoras deberían formar parte del temario, su extensa respuesta reafirma que no es una cuestión de escasez en el número de pensadoras. "La mayoría son pensadoras muy comprometidas con sus ideas, y algunas incluso perdieron la vida en el intento (como Hipatia u Olimpia de Gouges, por enseñar o por reclamar los derechos de las mujeres). En la filosofía antigua: Hipatia, Diótima, Aspasia, Hiparquia; en la medieval: Hildegarda de Bingen y Christine de Pizan; y a partir de la filosofía moderna deberían estar representadas sobre todo las protagonistas de la Ilustración, que hicieron nacer el feminismo de primera ola, y que pelearon por el acceso a la educación así como por los derechos cívicos y políticos como ciudadanas de derecho. Tenemos mucho que agradecer a Mary Wollstonecraft y Olimpia de Gouges. Su herencia es nuestro presente", afirma. 

¿Y de la Filosofía Contemporánea? Ella me habla de Concepción Arenal en el S.XIX, tan preocupada por conseguir el acceso de las mujeres a la Educación; pero también de otras figuras como Simone de Beauvoir o Hanna Arendt.

Christine de Pizan dando una conferencia a un grupo de hombres. Wikipedia

Por su parte, Marina Garcés cree que no es acertado plantear la selectividad como un listado de autores ni de autoras. "El pensamiento filosófico funciona por problemas y así tendríamos que plantear un examen. Dicho esto, hay muchas mujeres que han intervenido y aportado su pensamiento a los problemas filosóficos. Entre otras muchas, Judit Butler, Gayatri Spivak, Simone Weil, etc.", explica. 

"Otro criterio de elección podría ser el de incluir el nombre de una mujer en los distintos campos de la filosofía y así mostrar la presencia de estas en las distintas áreas del pensamiento humano y sus aportaciones", dice Xusa Alemany, que también nombra a Betty Friedan, Judith Butler, Martha Naussbaum, Sheyla Benhabib o Saskia Sassen. "Me parecería interesante que de los 8 pensadores que se proponen hubiese al menos 2 mujeres para elaborar un hilo conductor con algunos de los otros filósofos propuestos", añade.

Harriet Taylor Mill, filósofa inglesa y defensora de los derechos de las mujeres nacida en 1807. Wikipedia

Otros nombres que destaca Concha Roldán son: Aspasia de Mileto, Hildegarda von Bingen, Marie de Gournay, Anne Conway, Emilie du Châtelet.

¿Y si...?

¿Qué puede aportar las reflexiones de estas mujeres a los estudios de filosofía? ¿Qué cambiaría? Xusa Alemany lo tiene claro: "Otro punto de vista (curiosamente el que puede aportar la mitad, más o menos, de la población), y también una sensibilidad especial y distinta a la propia del pensamiento masculino, además de referentes fundamentales, tanto para hombres como para mujeres, que rompan con la invisible convicción de que de las cosas importantes (el pensamiento sesudo, el arte, la ciencia…) se ocupan los hombres".

Simone de Beauvoir.

"Igualdad no consiste en compartir chicos y chicas el mismo espacio en el aula o en conmemorar dos fechas al año, igualdad es que también hablen de nosotras, no solo de ellos. Transmitir las aportaciones valiosas o el papel que ciertas mujeres desempeñaron en el pasado y que nos trajeron hasta aquí", explica De Toro. 

A esto hay que sumarle la ausencia de referentes para las nuevas generaciones. Todas las entrevistadas coinciden en que es importante que las jóvenes sepan que pueden sobresalir en cualquier campo, también en el del pensamiento, porque "la Filosofía también tiene nombre de mujer", como bien dice De Toro. 

Sin embargo, Marina Garcés tiene una visión más optimista: las jóvenes españolas tienen más referentes de pensadoras que incluso la propia academia, y están leyendo a muchas que el sistema aún no ha visto ni reconocido. Las instituciones crean sus corpus de reconocimiento, los legitiman y los transmiten. Yo pienso que una buena academia tendría que abrir sus aulas a un canon compartido. No sólo proponer lecturas de autores sino preguntarnos, a todos, ¿qué estamos leyendo y por qué?". 

Noticias relacionadas