La influencer Ana Albiol: "Calladita no estoy más guapa, estoy guapa hablando alto y claro"
La valenciana dejó el exitoso blog de maquillaje que tenía para iniciar un viaje de autoconocimiento, donde ha descubierto que su pasión es ayudar a otras mujeres a arriesgar, y ganar.
29 junio, 2021 01:16¿Te imaginas abandonar la oferta de trabajo de tus sueños? ¿Dejarlo todo atrás para encontrarte a ti misma? Aunque suene a idea kamikaze, es exactamente lo que la influencer Ana Albiol (Valencia, 1987) ha hecho. Una historia que ha inspirado a otras muchas mujeres y que ahora recoge en su libro V.I.D.A. de un culo inquieto (Editorial Espasa).
Este es su primer paso en el mundo literario, que le ha fascinado tanto que ya está pensando en una segunda vuelta. Albiol habla sin tapujos sobre perseguir los sueños a pesar de las adversidades, las "malas" decisiones que se toman por amor y el fuerte estigma que rodea a la mujer soltera.
En su libro cuenta que la única relación estable de sus últimos años ha sido consigo misma, y es ese autoconomiento y autoamor el que le ha impulsado a escribir estas páginas y guían sus charlas motivacionales. "Como todas, he intentado en varias ocasiones que mis parejas fueran estables, hasta que me he ido a casa, he reflexionado y he visto de donde me viene esa necesidad. Hay un hilo muy sutil en la sociedad que te tira hacia el tipo de pareja normativa. Amar por elección y no por necesidad es esencial", explica durante nuestra entrevista.
Cuando tenía 19 años, su inconformismo la llevó a iniciar un viaje interior en busca de su propia definición de libertad. Por el camino se convirtió en uno de los referentes del maquillaje en España gracias al contenido que subía en YouTube. Certificada en coaching y programación neurolingüística (PNL), ahora es speaker de emprendimiento en algunos de los eventos más destacados del panorama nacional, donde la escucha lo que ella llama "su comunidad": casi 93 mil seguidores en Instagram.
En tu libro relatas cómo descubriste que querías ser perfecta para cumplir las expectativas de otros y por miedo al rechazo, ¿crees que estos sentimientos son más fuertes cuando hablamos del género femenino?
Totalmente. Por una parte, en la sociedad existe un rol de cuidadoras que adquirimos nosotras por inercia. Y también, hay mensajes muy sutiles hacia un canon estético. Lo he vivido en el mundo del maquillaje donde hay muchas normas. Hay esa dualidad en la percepción de la sociedad: desde lo estético donde queremos ser perfectas hasta el ser buenas. Tenemos mucha carga, y es también generacional, estamos impregnados de ella.
Para alguien que se describe como una apasionada del habla y la comunicación, ¿cómo llevas el terrible dicho de "calladitas estáis más guapas"?
No lo llevo, no me da la gana. Me opongo totalmente. En algún momento, por el tema de los haters, me he llegado a plantear mis mensajes, pero nunca he decidido callarme, lo he conseguido superar. Calladita no estoy más guapa, estoy guapa hablando alto y claro. Yo y todas.
¿Qué te hace dejar las brochas de maquillaje a un lado y adentrarte en el desarrollo personal?
Sentía que el ciclo de 15 años maquillando había terminado, ya había dado todo de mí y había dejado grabado en vídeo y en cursos online todos mis conocimientos. Me pregunté, "¿qué quiero hacer antes de morirme?". Y me di cuenta de que ya no era enseñar cómo hacer un eyeliner, sino que quería que la mujer se liberase y se empoderase. Quería aportar un valor nuevo y ese valor eran las herramientas del desarrollo personal y quería ponerlo encima de la mesa.
Hablemos de la soltería, uno de los temas más importantes del libro, ¿por qué crees que este estigma se mantiene aún tan vivo en nuestra sociedad?
Creo que va a ir poco a poco, la generación de los "30 y pico" estamos en una transición. Nos estamos dando cuenta de que no necesitamos a nadie, que podemos tener independencia económica, pero aún siguen quedando los rastros de esa herencia que ha vivido mi madre y mi abuela, ese “necesitamos un hombre en la familia”. Las próximas generaciones van a ser muchos más libres, pero a nosotras nos ha tocado esa transición.
Muchas mujeres que acuden a tus firmas de libros te dicen que "les has cambiado la vida", ¿no es eso mucha presión?
Está siendo impresionante, había chicas en la firma de libros que lloraban y me abrazaban. A mí me costaba mucho entenderlo al principio, racionalmente me cuesta entenderlo, pero también sentía que eran una parte de mi "yo" de hace años. Encontrar ese tipo de inconformistas, ese nadar contracorriente es complicado, porque si tomas esa decisión te sientes sola. Mi familia pensaba que yo era "Antoñita la Fantástica", y encontrar a otras ovejas negras y esas ganas de cambiar y alzar la voz para encontrar tu propio camino es maravilloso.
Viviste experiencias de machismo en el mundo del maquillaje, ¿qué puedes contarme sobre esto?
Sobre todo al principio. No se nos reconocía a las maquilladoras como tal, sino como esteticistas. Hay marcas que nos entrevistaban y la final escogían esa figura del maquillador que estaba tan valorada. Normalmente el maquillador oficial era un hombre y luego llevaba maquilladoras de apoyo. Incluso las clientas decían que querían que fuera el maquillador el que les maquillase, estando nosotras esperando de brazos cruzados. Y cuando ibas a una entrevista y veías que había un chico, ya tenías claro que ibas a ir detrás de él. Pero a través de redes sociales nosotras hemos cogido esa fuerza.
¿Hay sexismo en el mundo de los influencers?
No lo veo la verdad. Veo que ahora mismo ambos sexos están en redes sociales equilibrados. También las mujeres conectan con la persona y con las chicas, y se ha creado una conexión más bonita. No veo tanta diferencia a la que veía hace unos años.