Gabriela Casero, Cristina Manuela y Paula Ruiz son Violeta, un grupo de amigas unidas por la música, la fiesta y el arte que afirman estar “sobreviviendo a los 2000 con métodos de 1800”. Tras presentar su proyecto en la iniciativa las Residencias Musicales del centro Matadero Madrid para bandas emergentes y ser seleccionadas decidieron ir más allá. Para ellas, Violeta no es solo un proyecto musical: "nos gustaría transportarlo a otro lugar".
Este trío de artistas considera estrictamente necesario reescribir la historia para que en ella existan más mujeres. "Se debería reescribir la historia en general. Siempre ha habido grandes mujeres artistas que han estado en la sombra", denuncian.
Su objetivo es recuperar la obra de mujeres poetas que formaron parte de la icónica Generación del 98 y resignificar a través de la música el legado de una generación de escritoras silenciada a lo largo del último siglo. "Nos apetecía partir de textos que no fueran propios, indagar en vidas y experiencias ajenas. De ahí surgió la idea de rescatar poemas y escritos de mujeres de otra generación. La fecha fue decidida por temas de autoría y tener más libertad en ese sentido", nos cuentan en su entrevista con EL ESPAÑOL.
Las mujeres han sido ignoradas en todas las generaciones literarias y artísticas, ¿por qué elegís esta generación en concreto?
Primero, por temas de derechos, si íbamos a usar letras ajenas tiene que pasar un tiempo para que sean de dominio público. Segundo, porque cuanto más atrás regreses en la historia más difícil es encontrar literatura escrita por mujeres que no fuera de santas. Añadía un reto más a la ahora de acometer un proceso de investigación. Además, es una generación bastante resonante en nuestra educación, en el colegio la hemos estudiado y solo te podemos decir nombres de poetas masculinos, que son los que están en todas partes.
Y también, es una generación de cambio por todo lo que pasó en ese periodo en España, y no solo eran mujeres poetas sino que muchas eran pedagogas, activistas, ensayistas o periodistas.
La Generación del 98 respondía a una crisis moral, política y social desencadenada en España, ¿vivimos una nueva crisis sobre la que hay hablar en la música española?
Creo que ya llevamos mucho tiempo en crisis. Nosotras somos de los años 90 y hemos vivido cambios muy sonantes en todos los aspectos y a mucha velocidad. En realidad hay muchos paralelismos entre la generación del 98 y la nuestra. Todo esto es inherente a los artistas de hoy en día y es imposible que no se manifieste en letras o en estilos musicales. Porque nos habéis dejado un mundo bien jodido.
¿Falta disidencia en la música española?
No creo que falte disidencia tanto como que falta gusto por la disidencia. Al final la discusión de si el arte es una herramienta de protesta o no es algo que no tiene pinta de resolverse nunca.
Estas poetas que queréis recuperar fueron de las primeras feministas, ¿qué creéis que opinarían del movimiento si pudieran estar hoy aquí?
Me imagino que para ellas la situación actual podría parecer incluso exagerada acostumbradas a lo que vivieron. Pero también puede ser que se dieran cuenta rápidamente de que hay muchas cosas que siguen mal y empezasen a escribir sobre eso.
¿Qué podéis contarme de Canción pueril tranquila?
Es una canción compuesta haciendo un collage de un poema de Carmen Baroja y del libro ¿Quiere usted comer bien? escrito por Carmen de Burgos. Queríamos hacer algo divertido porque tendíamos hacia la solemnidad todo el rato. Solo queríamos disfrutar con lo que ellas nos podían ofrecer. Empezó con una melodía a ukelele y después nos encerramos en una casa de campo para trabajar en ella. En los descansos jugábamos al ping pong.
¿Cómo podemos romper con el machismo en un acto tan habitual como es realizar las tareas domésticas?
Hay que romper con que este tipo de tareas sea cuestión de género. Hay que romper directamente con el género.
También el coser forma parte de la canción, ¿cuál sería el pasatiempo de la generación millenial con el que habría que romper por sexista?
Operarse las tetas. Aunque en ningún momento hemos querido expresar que se deba romper con el coser. Lo que hay que hacer es reinventar las tradiciones.
¿Cuál es el mayor reto que encontráis a la hora de adaptar estos poemas o de tomar referencias de los mismos?
Queremos llegar al público y hay algunas temáticas de la época, especialmente las religiosas, que a día de hoy no tienen tanta importancia para mucha gente. Sin embargo, creemos que toda esa necesidad y dedicación humanas se han ido trasladando a otras áreas de nuestra vida y se puede utilizar ese tipo de texto para hacer ver esto.
¿Quiénes serían para vosotras las poetas de la Generación del 21?
Cualquier persona que hoy en día sienta la voluntad de hacer arte. Creemos que justamente esta generación se caracteriza por esa accesibilidad de cualquier colectivo y clase social a expresarse de distintas maneras.