Son muchas las historias que relatan cómo una mujer es en realidad la autora de exitosas obras artísticas, descubrimientos científicos y avances de cualquier materia o sector. También en el mundo del deporte y los campeonatos del mundo de motociclismo las mujeres han ocupado un lugar secundario, en muchas ocasiones incluso invisible, pero su aportación ha supuesto múltiples victorias.
Ese es el ejemplo de la británica Jenny Anderson, la ingeniera de datos por la Universidad de Oxford Brookes que Marc Márquez solicitó en su equipo tras ver su trabajo en KTM con Pol Espargaró. Pionera en el mundo de la telemetría, subió al podio de Austin con el ocho veces campeón de motociclismo.
Cuando el español Marc Márquez consiguió en el Gran Premio de Austin de MotoGP decidió dar el reconocimiento merecido a Anderson, y le pidió que ella también subiera al podio junto al equipo que su ingeniera de telemetría. . Así, se dio una mayor visibilidad a las mujeres en el mundo del motociclismo.
Este hecho cargado de simbolismo es un paso adelante hacia la igualdad entre los miembros masculinos y femeninos de los equipos de motociclismo, donde cada eslabón es esencial en el triunfo. A partir de este momento, la figura de la británica Jenny Andersson comenzó a ganar fuerza. El ocho veces campeón del mundo de motociclismo considera a esta ingeniera una pieza fundamental de su estructura.
Su historia
La afición por el mundo del motor lo ha heredado Jenny Andersson de su familia. Su padre construía coches de competición y su hermano mayor, su gran referencia a seguir, competía en karting lo que impulsó a Jenny a seguir los pasos de su hermano. Es a los diez años cuando comenzó a competir, aunque su mayor afición iba mucho más lejos que la mera competición y empezó a "trastear" con sensores para los datos de las revoluciones de su kart.
Las ansias por aprender más y más de este mundo llevaron a Jenny Andersson a instalar más sensores en su kart para intentar conseguir un mayor número de datos de sus vueltas y así mejorar el rendimiento. Empleó sensores para el cambio de marchas, para la entrada y el paso por curva y muchos de los datos de referencia con los que ahora se mejora el rendimiento tanto en vehículos de cuatro como de dos ruedas. Una curiosidad que acabaría convirtiéndose en su profesión.
Cuando cumplió los 22 años, Andersson decidió estudiar ingeniería de datos en la Universidad Oxford Brookes. Un inicio tardío pero que reportó rápido "pingües" beneficios pues comenzó a trabajar con monoplazas de Fórmula 3 y en las World Series de Renault, e incluso con el luego piloto de Fórmula Uno danés, Kevin Magnussen. Jenny comenzó siendo la única ingeniera en su especialidad, en un entorno en el que apenas había mujeres, pero que ahora ha cambiado por completo.
Su llegada a KTM
Todo comenzó cuando KTM la llamó para iniciar el proyecto de MotoGP ella aceptó el reto y llegó al fabricante austríaco en 2015, antes de que naciera su primera MotoGP, la RC 16 sólo estaba sobre el papel, para trabajar a tiempo completo en su departamento de electrónica, en donde le confirieron la responsabilidad de trabajar desde cero con la centralita electrónica (ECU) que debía llevar la RC 16.
Se centró en la evolución de la electrónica de la moto junto al probador de la marca, el finlandés Mika Kallio, antes de pasar al equipo de Pol Espargaró y convertirse en apenas un año en su ingeniera de estrategias. Por lo tanto, la ingeniera de telemetría primero estuvo en el equipo KTM, donde ocupaba un puesto de responsabilidad como ingeniera de estrategias de carrera, para afrontar un nuevo reto mucho mayor, aunque sólo sea por el mero hecho de recalar en el equipo de un piloto ocho veces campeón del mundo cuyo reto siempre es ganar. En ese equipo se encontraba Pol Espargaró. Así, Andersson llegó en la actual temporada al equipo Repsol Honda, tras ser reclamada por el propio Marc Márquez, desde el equipo KTM.
Aunque en los últimos años han afrontado muchos altibajos por los problemas físicos del piloto, la mayor recompensa que ha podido recibir Jenny Andersson este año ha sido poder subir a lo más alto del podio de Austin junto a la persona que valoró su trabajo.
Motociclismo femenino
Junto a Jenny Andersson hay otras muchas mujeres que están cambiando las reglas y haciéndose un hueco importante como ingenieras en el campeonato del mundo de motociclismo. Algunas de ellas son Elena de Cía, responsable de estrategia en el equipo Aprilia Racing, en el que militan Aleix Espargaró y Maverick Viñales, o Patricia Pacheco, igualmente ingeniera de telemetría, pero en su caso en el equipo Sic58 de Moto3, que dirige Paolo Simoncelli, el padre del fallecido Marco Simoncelli. Andrea Cantó, por su parte, es la ingeniera encargada de los neumáticos en la escudería KTM de MotoGP.
En otros cargos de responsabilidad dentro del mundial de motociclismo también encontramos a grandes figuras como la belga Janet Looi, en su caso en el equipo Petronas de 250 c.c. en el que por entonces estaba como piloto el argentino Sebastián Porto; y que accedió al cargo tras la muerte de su marido, Tong Beng Kit.
También la española Susana López, que llegó al mundial de motociclismo a principios del nuevo siglo XXI, como "team manager" del "Team Seedorf" primero y después del "Team Seedorf RC3 (2005)" por su alianza con el también jugador de fútbol Roberto Carlos. Pero López no ha sido la única directora de equipo, en la actualidad la alemana Milena Koerner, desempeña esas mismas funciones en el equipo Forward MV Agusta.
Al igual que las mujeres piloto merecen una mayor visibilidad ya que continúan acaparando los espacios restantes en los medios. Algunas de las más importantes son la finlandesa Tahru Rinne, la japonesa Tomoko Igata, la alemana Katja Poegsen o la checa Marqueta Janakova. Además de las españolas Elean Rosell, Ana Carrasco y María Herrera, que continúan en la actualidad disputando competiciones de ámbito internacional con grandes éxitos.