Lucrecia Pérez Matos, sigue la lucha: la 'primera' inmigrante asesinada por racismo en España
Este sábado se cumplen 29 años del asesinato de la inmigrante dominicana, calificada como la primera víctima de racismo y xenofobia en España. Como cada año, una manifestación reivindicará su figura en las calles de madrileñas.
13 noviembre, 2021 00:23Noticias relacionadas
El asesinato de Lucrecia Pérez Matos, una inmigrante dominicana víctima de racismo y xenofobia, fue el primer caso reconocido como tal en España. Aunque este es el primer crimen racista oficial en España han habido antes y después otros muchos. Aún así, este reconocimiento fue un paso adelante (aunque no suficiente) por visibilizar el alarmante racismo imperante en nuestro país y que ataca a los colectivos más vulnerables.
Este sábado 13 de Noviembre se realiza una manifestación por quinto año consecutivo para luchar "contra las violencias racistas y los discursos de odio" en las calles de Madrid. "Denunciamos que el odio ha salido a las calles; está en los barrios, en el Congreso o en los medios de comunicación y redes sociales. Denunciamos el silencio cómplice de gobiernos, partidos e instituciones", escriben en la convocatoria.
Hace cinco años el antirracismo salía por primera vez a las calles en el mes de noviembre para recordar a Lucrecia Peréz, asesinada en 1992 con dos disparos de un Guardia Civil "por ser negra, migrante y pobre", pero cada año en que se conmemora este crimen se lloran nuevas víctimas del odio y el racismo institucional, las leyes injustas, las cárceles y las fronteras.
El caso de Lucrecia
Lucrecia Pérez Matos nació en 1959 en la República Dominicana. La vida de Lucrecia es un ejemplo de fortaleza, lucha y supervivencia, ella quiso salir de su ciudad para buscar una vida mejor. Desde Vicente Noble a Santo Domingo, pasando por Nueva York, París o Bilbao hasta llegar a Madrid donde encontró un "hogar". En la capital, también encontró trabajo, como empleada del hogar, aunque sin contrato y sin estar dada de alta en la Seguridad Social como muchas de sus compañeras.
Al ser despedida y sin amparo alguno, tuvo que vivir en la calle junto a otras compañeras dominicanas, en una situación de desigualdad, con la ausencia de ayudas, y con un racismo palpitante en la sociedad hacia la comunidad migrante, que sufría una fuerte persecución. Muchas de estas mujeres se reunían en una plaza de Aravaca, para charlar de su situación y crear vínculos, aunque en este espacio también se estaban creando tensiones entre estos colectivos y los vecinos de la zona. Lucrecia Pérez Matos solo tenía entonces solo 32 años y vivía en las ruinas de la Discoteca Four Roses a las afueras de Madrid. Es allí donde fue asesinada el 13 de noviembre de 1992 por dos disparos del Guardia Civil, José Luis Merino Pérez.
Los asaltantes que iban con la cara tapada junto al asesino de Lucrecia dispararon indiscriminadamente contra los dominicanos que se encontraban allí. Algunas fuentes vincularon al asesino con grupos de ideología fascista y neonazi, y afirmaban que ese día salió junto a unos compañeros para "darle una lección a los negros". Estos datos son los que facilitaron calificar este crimen como el primero racista en España, aunque son muchos los casos que no fueron calificados como tal, pero que sí tuvieron lugar anteriormente en el país. La comunidad dominicana llevaba tiempo recibiendo ataques racistas en Aravaca: apedrearon La Brisa del Sur, el bar donde se reunían, pegaron carteles contra los inmigrantes...
La condena del grupo quedó en 54 años de cárcel para el guardia civil Luis Merino (30 por el delito de asesinato de Lucrecia Pérez y 24 por el de asesinato frustrado de su compatriota Augusto César Vargas) y 24 años de reclusión a los menores Felipe Carlos Martín Bravo, Víctor Julián Flores y Javier Quílez Martínez (15 años por el delito de asesinato y nueve por el de asesinato frustrado, al apreciarse la atenuante de "edad juvenil" en el juicio). A partir de este asesinato tuvieron lugar varias manifestaciones contra el racismo en ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia, Pamplona, Córdoba, Sevilla o Zaragoza.
Lucrecia, Mame, Illias...
Después de este sonado y dramático caso, fueron muchos los que le siguieron y atrajeron la atención de los medios de comunicación. "El primer año salimos por Lucrecia, y por desgracia hemos ido sumando más nombres a la lista de víctimas del racismo. Por Mame, Illias, Manuel, Eleazar. Por Daniel Jiménez, muerto en una cárcel de Algeciras en extrañas circunstancias, y por Ossa M., de origen ghanés, al que en lugar de brindarse ayuda por padecer una enfermedad mental la Policía Nacional abatió a tiros en Villaverde. No son casos aislados, es política de odio y de muerte”, reclaman desde la organización de la manifestación de este sábado.
También destacan otros compañeros y compañeras que han sufrido esta violencia. "Younes, asesinado al grito de moro, Eleazar, asesinado por gitano y por diverso funcional; las dos mujeres latinoamericanas que fueron acuchilladas en los últimos meses en la cola del banco de alimentos por ser migrantes precarias, también Samuel, asesinado al grito de maricón. La joven arrojada de la muralla de Lugo por mujer trans", enumeran.
Una movilización con mirada interseccional que llama a la sociedad civil a unirse y "rebelarse contra el odio, a enfrentarse a la opresión y a acabar con el poder colonial que nos aplasta desde hace cinco siglos". La marcha se inicia en la Plaza Neptuno a las 17:00 y llegará a la Plaza Puerta del Sol de Madrid.
Antirracismo español
El movimiento antirracista se moviliza bajo el lema “contra las violencias racistas y los discursos de odio”. Un mensaje esencial en un momento en el que la discriminación estructural está en crecimiento y hay una proliferación de los grupos de extrema derecha en Europa.
"Se trata de un momento que demanda una respuesta urgente y conjunta porque es insostenible, la sociedad española no puede seguir mirando a otro lado”, explican los organizadores y organizadoras. Juntos recuerdan que “la violencia racista, homófoba y machista está en las leyes, se refleja en políticas deshumanizadoras y crece ante la complicidad de los gobiernos, partidos e instituciones”.
Además, explican que no se trata solo de los crímenes racistas diarios, como "los carteles colgados por Vox en el metro para criminalizar a los menores migrantes y donde el propio poder judicial se negó a ver motivaciones de odio"; sino que también hacen hincapié en la polémica Ley de Extranjería o los CIES.
"La brutalidad policial, las identificaciones por perfil racial en la calle, el lenguaje racista, la explotación laboral y precarización de la vida, la desatención médica por Covid y la falta de ayuda a la salud mental de colectivos que soportan constantemente muchísima violencia". La lista es larga y un paso adelante, tal y como explican, "es movilizarse para mejorar el mundo en el que vivimos".