"La comida es el lenguaje, la comida es el alma del mundo... Es la verdadera conexión de la humanidad". Así vive Dominique Crenn (Bretaña, 1965) la gastronomía. Ganadora del Icon Award 2021 que otorga cada año The World’s 50 Best Restaurants, Crenn desborda la misma pasión por la comida del primer día. No ha dejado que los focos y los galardones (que últimamente se han vuelto algo recurrente en su vida) le nublen la vista de lo que significa para ella ser chef.
De origen marroquí, esta chef francesa lleva años triunfando en el mundo de la alta cocina. Desde bien pequeña le gustó la comida y sus padres le llevaron a restaurantes con estrellas Michelin. Estudió Economía y luego un máster en Negocios Internacionales, pero decidida a abrirse en hueco en la cocina, se mudó a San Francisco. Aunque no había asistido a escuelas de hostelería ni tenía experiencia en el sector, consiguió su primera oportunidad en el restaurante Stars.
Más tarde trabajó en Campton Place y en el Yoyo Bistro del Hotel Miyako. En 1997 llegó a jefa de cocina del Hotel Intercontinental de Yakarta, convirtiéndose en la primera mujer en lograrlo en Indonesia. Tiempo después regresó a Estados Unidos y siguió creciendo en restaurantes como el Manhattan Country Club de Manhattan Beach (Los Ángeles), el Adobe Restaurant and Lounge de Santa Mónica (California), y el Luce del Hotel Intercontinental de San Francisco.
En 2011 se lanzó a abrir su primer restaurante en esa ciudad: el Atelier Crenn, donde interpreta y reinventa la cocina francesa tradicional, poniendo especial atención a las verduras y el marisco. A partir de ahí su carrera no ha hecho más que subir: en 2012 consiguió su primera estrella Michelin y en 2014 la segunda. En 2018 obtuvo la tercera, siendo la primera y única mujer en obtener las tres estrellas en Estados Unidos. Entre medias abrió otros restaurantes como el Petit Crenn (2015), que fue votado como el mejor restaurante nuevo en 2016, y el Bar Crenn (2018), todos ellos ubicados en San Francisco.
Además del Icon Award recibido este año, en 2016 fue elegida Mejor Chef Femenina del Mundo por World's 50 Best restaurant. Un premio que, si bien agradece, critica por hacer distinción entre hombres y mujeres. "No creo en los premios de género porque separan a las personas. No seamos juzgados por nuestro sexo, sino por el trabajo que traemos al mundo", asevera.
Machismo en la cocina
Esta semana Dominique Crenn ha aterrizado en España para recoger otro galardón más, ya que la revista TAPAS le ha nombrado Chef of the year. La chef francesa es la primera mujer en recibir este premio, del que se ha celebrado la quinta edición este lunes en el Casino de Madrid. Coge así el testigo de otros profesionales de renombre: Martin Berasategui, ganador en 2020, José Andrés (2019), Damiel Humm (2018) y el cordobés Paco Morales (2017).
"Estoy muy agradecida de ser una voz que importa. Me siento tan bendecida. Soy una ciudadana global y ser reconocida por otros es un honor. Siempre me han inspirado los chefs españoles", declara a MagasIN solo unas horas antes de recibir el galardón de la mano del editor de TAPAS, Andrés Rodríguez.
Además de la calidad de su cocina, la revista ha valorado "su compromiso social dentro y fuera de la cocina, su espíritu de superación, su activismo con el colectivo LGTBI+ y otras minorías". Y es que, si por algo destaca Dominique Crenn es por su lucha por la igualdad. Lo deja claro, espera que sus premios y visibilidad le sirvan para "inspirar a la próxima generación de cocineros, especialmente para las mujeres".
Una chef rebelde
Porque, asegura, en el mundo de la alta cocina "todavía tenemos mucho trabajo por hacer" contra el machismo y por eso "espero que esta plataforma inspire a otras mujeres a seguir su sueño". Tal y como expresa el título de su autobiografía Rebel chef, no calla ante las injusticias y sigue como mantra la frase de Albert Camus "me rebelo, luego existo". "Tenemos que rebelarnos y luchar por lo que es justo para la humanidad. Necesito belleza y armonía en todas partes".
Ese espíritu rebelde le ha llevado a ser una figura relevante en el activismo por los derechos LGTBI, colectivo al que ella misma pertenece. También participó activamente en el movimiento Black Lives Matter y alza su voz para concienciar sobre el cáncer de mama, que sufrió en 2019. Pese a que la enfermedad fue el peor momento de su vida, también ha hecho volver a valorar aún más lo que le rodea: "La vida es preciosa, la familia y los amigos son importantes. Centrarse en la conexión y las personas que amas es lo más importante... siempre", afirma.
Por supuesto, para expresar su forma de pensar y sus ideas también utiliza el medio que mejor conoce: la comida. A través de sus platos muestra "mi vulnerabilidad, mi voz, la forma en que veo el mundo. Tal vez ayude a las personas a comprender una nueva forma de pensar".
Solo con sus platos ya puede transmitir mucho y ser fiel a sus convicciones. Por ejemplo, en sus restaurantes no sirve nada que lleve carne y los productos, como por ejemplo los vinos, son de origen local. "Estoy en contra de la agricultura industrial o intensiva. Creo que hace mucho daño a nuestra sociedad y que la violencia contra los animales en esas granjas industriales es inaceptable. Estamos destruyendo el planeta, nuestro ecosistema debido a la codicia", afirma tajante.
Y concluye: "Necesitamos vivir entendiendo que la naturaleza, es importante. Devolvamos positivamente y dejemos de sacarle tanto provecho. Necesitamos reequilibrar la forma en que producimos, conectarnos con los agricultores comunitarios que hacen lo correcto y dejar que la naturaleza respire".
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