El 2021 se despide con un sabor agridulce para el movimiento feminista. Las mujeres han conseguido grandes avances en la visibilización, divulgación y debate en torno al movimiento de la liberación y su lucha por la igualdad. Sin embargo, algunos temas han estado marcados por la polémica, enfrentando distintas posiciones, ideologías y visiones dentro del propio movimiento.
Los temas que más han marcado la agenda y que han protagonizado titulares en los medios de comunicación han sido sobre todo dos: la abolición de la prostitución y la todavía controvertida Ley Trans en España. Analizamos cómo se han ido desarrollando durante los últimos meses y los retos a los que se enfrenta la sociedad para llegar a un utópico punto en común.
Prostitución sí o no
"España está en el top tres de países europeos que más prostitución demanda". Este dato preocupante era aportado por APRAMP en la guía sobre la trata de personas con fines de explotación sexual publicada el pasado octubre. Desde hace años, nuestro país lidera el ránking europeo en demanda de prostitución, siendo las mujeres las principales víctimas de la trata y la explotación sexual. El 39% de los ciudadanos en España han demandado alguna vez servicios de prostitución, tal y como recoge APRAMP. Asimismo, más de 40 millones de mujeres y niñas son víctimas de trata de explotación sexual en el mundo y más del 80% de las mujeres prostituidas en España son víctimas de trata.
Desde los textos de Ana de Miguel, pasando por los de Rosa Cobo, Sonia Sánchez o Victoria Sau, se han recogido voces que comparten espacio con las de otras autoras como Virginie Despentes. Mensajes a favor y en contra de la legalización de la prostitución como forma de control y seguridad para las mujeres. ¿Es mejor legalizar o ilegalizar?
El libro de Amelia Tiganus (Rumanía, 1984) La revuelta de las putas. De víctima a activista (Penguin Random House), ha sido sin duda alguna el libro del año en esta materia. Tras vivir de primera mano los horrores de la prostitución, descubrió el feminismo, que la liberó y a la vez la empujó (por la obligación moral que sintió) a hacer activismo. El resultado de este viaje de vida lo recoge en su libro, que ha revolucionando este año las redes. "Es mucho más sencillo fabricar putas orgullosas que activistas feministas" afirma la escritora, que habla sin pelos en la lengua sobre su oposición a la corriente defensora de la prostitución dentro del feminismo.
"Será la revuelta de las putas la que propicie el fin del patriarcado", exclama Amelia Tiganus en su obra, donde define el prostíbulo como un campo de concentración, sin mujeres felices. "Las únicas putas felices las he conocido una vez fuera y están todo el día en las redes sociales defendiendo la prostitución". La autora denuncia que en su opinión "el privilegio de unas pocas es el yugo de todas las demás, porque su discurso es el mejor marketing, la mejor publicidad para que la rueda de la prostitución siga girando".
También tuvo eco la polémica campaña en Burgos que culpaba a las madres de la prostitución de sus hijas, ante la que varias organizaciones feministas y la portavoz de Podemos denunciaron que el cartel del Ayuntamiento desviaba el foco de atención en los puteros y proxenetas para echar la culpa de nuevo a la mujer.
Amelia Tiganus forma parte del feminismo abolicionista, que reivindica que "la prostitución no la ejercen las mujeres, la ejercen los proxenetas y los puteros, los hombres que prostituyen a las mujeres y niñas atrapadas en este sistema prostitucional. No al revés". Sin embargo, algunas feministas pro prostitución, creen que en la libertad de elección de esas mujeres se encuentra la clave, y que por eso debe regularse bajo leyes que las protegan.
En Julio de 2021, Carmen Calvo daba su opinión al respecto: "Quien crea que la prostitución es una profesión, que piense si la quiere para su hija". Así, la vicepresidenta primera del Gobierno aseguraba que tenían "un borrador" para abolir la prostitución afirmando que esperan llegar a un acuerdo con Irene Montero.
Rocío Mora, directora de APRAMP, afirmaban que "el factor de riesgo es ser mujer, tener una edad que no supere los 25 años y haber nacido en países de origen donde hay una extrema vulnerabilidad como una guerra, no tener trabajo, una falta de igualdad de oportunidades y, desde luego, no tener acceso a la posibilidad de poder vivir. Un valor de atracción absoluto es migrar a Europa, que es el sueño de miles de mujeres que son captadas, trasladadas e introducidas en España".
El debate sigue sobre la mesa, y sin una conclusión todavía tomada. Pedro Sánchez afirmaba que el camino es la abolición, y aunque llegar a un acuerdo parece un imposible puede que el 2022 sea el definitivo para estipular cuál es el devenir y hacia donde se encamina la prostitución española. ¿Prohibir o regular?
Polémica Ley Trans
El anteproyecto de ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos LGTBI, conocida como Ley Trans, fue finalmente aprobada en el Consejo de Ministros el 29 de junio. Un resultado de la fusión de dos normativas entre PSOE y Unidas Podemos, y sobre la que la Ministra de Igualdad, Irene Montero, afirmaba que se hacía "historia con una ley que da un paso de gigante en los derechos de las personas trans y LGTBI".
Concluía así una negociación que comenzó el pasado marzo, cuando el Ministerio de Igualdad hizo público el texto que había redactado con el objetivo de "despatologizar" al colectivo y eliminar los trámites que en la actualidad se les exigen: informe médico que les diagnostica una disforia de género y tratamiento hormonal durante dos años. El equipo de Irene Montero recogía en la primera versión de la norma que este cambio en el Registro Civil se podía realizar con el único deseo expreso de la persona interesada en realizar esta modificación.
La tensión acumulada durante la tramitación de la Ley Trans estalló con fuerza en un día como era la víspera del Orgullo. Varios colectivos feministas salieron a la calle en distintos puntos de España para mostrar su rechazo ante la norma, cuyo punto más destacado en las movilizaciones fue el hecho de permitir el cambio de sexo sin necesidad de informe médico a partir de los 14 años.
Aún así, la Ley Trans ha estado expuesta a fuertes criticas por parte de colectivos como la Alianza Contra el Borrado de Mujeres que consideraba que el primer borrador vulneraba los derechos de las mujeres y empleaba términos misóginos. El punto que sin duda más ampollas levanta es la autodeterminación de género, que defiende el cambio registral del sexo "sin diagnóstico de disforia de género, sin hormonación o tratamiento, sin apoyo psicológico y certificación médica". "¿Ese derecho de autodeterminación solo concierne al sexo o también pueden autodeterminarse la edad, la discapacidad, la nacionalidad, la etnia/raza y el nivel de renta?", se preguntaban desde la Alianza Contra el Borrado de Mujeres.
Sobre el escrito final, la Federación Plataforma Trans, Euforia Familias Trans-Aliadas denunciaban la ausencia de puntos esenciales y la califican de "no integral". Mar Cambrollé, presidenta de la a Federación Plataforma Trans, afirmaba a EL ESPAÑOL, que "no hacer bien una ley trans es un acto de violencia en sí mismo, porque es invisibilizar a un sujeto concreto que sufre unas discriminaciones estructurales y especificas, que deben abordarse en un marco especifico".
Una ley sin "concretar en políticas públicas para el fomento del empleo de las personas trans a pesar de la grave y extrema situación de exclusión laboral que viven estas, ausente también se encuentran o de manera muy genérica los aspectos referidos a educación, sanidad y la práctica del deporte en las personas trans, entre otras cuestiones", denunciaban en un escrito la Federación.
"Entendemos las prisas apresuradas del partido socialista para querer paliar el que hayamos hecho público que más de 80 colectivos LGTBI han pedido a los organizadores que no se les invite, pero si ustedes tienen prisa háganlo bien", denunciaba Mar Cambrollé, que añadía que también se "expulsa a los márgenes a las personas trans migrantes y a las personas trans no binarias". Quejas hacia una ley que no era "perfecta", pero que sí aportaba un gran avance para la comunidad trans.
La escritora feminista Remedios Zafra también daba su opinión sobre la ley: "Como feminista apuesto por la (trans) inclusión y apoyo la necesidad urgente de leyes trans. Nunca la igualdad de un colectivo supondrá poner en riesgo la igualdad como principio feminista que afecta a la mitad de la humanidad. Las luchas por la igualdad de las personas desde la consideración de nuestra diversidad (humana) debiera generar siempre una alianza".
Por otra parte, la problemática actual dentro del feminismo que enfrenta a feministas transinclusivas y excluyentes es otro punto candente. Mucho se ha dialogado este 2021 sobre las mujeres tránsfobas del movimiento, las llamadas TERF, que rompen totalmente con el mensaje clave del feminismo. Su ideología es opuesta a la interseccionalidad del movimiento que se defiende desde distintas esferas del mismo. Términos como mujeres con vagina, "mujeres de verdad" o mujeres desde el nacimiento provocan una estigmatización y rechazo hacia las mujeres trans del colectivo.
Dentro del debate debemos destacar el polémico ensayo Un daño irreversible (Deusto), de la periodista de The Wall Street Journal Abigail Shrier, donde cuestiona si son realmente trans todos los menores que están recibiendo tratamientos quirúrgicos y hormonales para remodelar su apariencia.
Sin embargo, algunas activistas e influencers transexuales en España no opinan lo mismo. Ese es el caso de Selena, la primera influencer trans española en salir del armario. Que también este año ha publicado Trans Apariencia (Libros Cúpula), sobre sus vivencias y experiencias durante la transición. "Empezar la hormonación pronto puede salvar a un niño o niña trans de una paliza o de la muerte", relataba en su entrevista a EL ESPAÑOL.
Sobre los detractores de la Ley Trans, Selena opinaba: "Sé que es difícil hacer una ley integral y válida para todes, sé que se tienen que tener más en cuenta las reivindicaciones de las personas trans. Nadie como nosotros sabe cuáles son nuestras necesidades. Entiendo algunas reticencias: creo que la ley hay que redactarla muy bien y hay que procurar que la gente no se asuste. Sé que se preocupan porque un chico o chica que no está seguro empiece un proceso de hormonación que pueda ser perjudicial para su salud… vale, obviamente, pero es que ese es un proceso mental largo".
La mejora y perfeccionamiento de la Ley (aún en fase de anteproyecto) sigue siendo una de las peticiones más insistentes hacia Irene Montero. Un texto que según ha afirmado recientemente Unidas Podemos "lleva un mes en el cajón a la espera de pasar por el Consejo de Ministros".