El pasado 19 de noviembre, una semana antes del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, Victoria Rosell anunció que el Ministerio de Igualdad contabilizará a partir de enero todos los crímenes machistas y no solo aquellos que ocurren en el ámbito de la pareja o expareja. De esta forma, el Gobierno cumplirá con una de las mayores demandas del colectivo feminista, que pide que las estadísticas reflejen realmente el alcance que la violencia machista tiene en nuestro país.
De haberse implementado antes este método, dentro del listado de crímenes machistas se incluirían casos como el de Laura Luelmo, agredida sexualmente y asesinada por Bernardo Montoya en diciembre de 2018 en El Campillo (Huelva). También el de Diana Quer, que fue asesinada a los 18 años por Enrique Abuín, alias el Chicle, en 2016.
La delegada del Gobierno contra la Violencia de Género explicó en rueda de prensa que en el cómputo general se distinguirán cinco categorías de feminicidios. La primera es la que ya existe y es el asesinato que se produce a manos de la pareja o expareja de la víctima. Después estará el 'feminicidio familiar', es decir, "el asesinato de una mujer por hombres de su entorno familiar".
El tercero será el 'feminicidio sexual' donde "se incluirán los asesinatos a mujeres sin relación de pareja ni familiar, vinculados a situaciones de explotación sexual, trata, mutilación genital o matrimonio forzado y aquellas comprendidas en el ámbito de la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual". El siguiente es el 'feminicidio social', el asesinato por una agresión, de carácter no sexual, por parte de un hombre con el que no se tenía una relación de pareja ni era familiar (un desconocido, un compañero de trabajo, un vecino, un amigo, empleador, etc.).
Finalmente, se incluirán los asesinatos vicarios, "aquellos que se ejercen contra una mujer o los hijos e hijas menores de edad por parte de un hombre como instrumento para causar perjuicio o daño a otra mujer". En esta categoría estarían casos dramáticos como el de las niñas Anna y Olivia, de uno y seis años respectivamente, presuntamente asesinadas este año por su padre como venganza hacia su exmujer.
Más de 1.100 asesinadas
Así, este tipo de asesinatos cometidos contra las mujeres por el mero hecho de serlo se sumarán a las estadísticas oficiales, que se registran desde 2003. Un tipo de violencia que es una lacra en todo el mundo y de la que no se libra España. Según el último informe publicado por el Ministerio de Igualdad el 20 de diciembre, cerramos este año 42 mujeres asesinadas como consecuencia de la violencia machista, tres casos en fase de investigación y 28 menores de edad se han quedado huérfanos.
En total, desde que se comenzó a contabilizar, más de 1.100 mujeres han sido asesinadas en nuestro país. Esta cifra sería aún mayor en caso de que se hubiesen añadido otros feminicidios como los ya mencionados de Laura Luelmo o Diana Quer.
¿Por qué es importante este cambio?
Susana Martínez Novo, presidenta de la Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres, defiende que se tengan en cuenta todos los feminicidios porque "son la manifestación extrema de las formas existentes de violencia contra las mujeres". "Considerando esto, es imprescindible adecuar nuestras estadísticas a las formas de violencia de género recogidas en el Convenio de Estambul y que se reconozca en todos los sentidos y ámbitos que existen otros asesinatos fuera de la pareja y expareja, tales como los cometidos en contexto de agresiones sexuales, trata o prostitución", afirma.
Además de suponer "un avance incuestionable, tanto en el tratamiento judicial como en la reparación del daño y consiguientes indemnizaciones", Martínez Novo apunta que este cambio implicará para los acusados "la posibilidad del incremento de la pena y sus consecuencias, tanto a nivel de punibilidad como de responsabilidad civil (económica) derivada del delito cometido".
"También supondrá mayor sensibilización social, pues este mismo año las estadísticas estaban dejando fuera a 34 mujeres. Según feminicidio.net -una web referencia en España en materia de violencia machista- son 76 los asesinatos a mujeres, en comparación con las 42 víctimas que ha contabilizado la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género. Ahora por fin se les dará a esas mujeres el reconocimiento que merecen", apunta.
La abogada feminista y directora del Instituto Balear de la Mujer, María Durán, apoya la opinión de Martínez Novo y sostiene que "todo lo que haga visibilizar la dimensión de la violencia machista lo hemos de valorar como un avance". "Yo creo que si el movimiento feminista no hubiera hecho sus propias estadísticas a partir de la información que se obtenía de los medios de comunicación, seguramente hoy no estaríamos en un nivel de certezas como tenemos en España".
No obstante, Durán añade que dentro de los asesinatos machistas faltaría incluir los asesinatos vicarios ejercidos contra hombres por parte de las exparejas de las mujeres, ya que actualmente se incluye solo a hijos menores de edad y otras mujeres. "Si por odio tu expareja mata a tu pareja actual también tiene que ser considerado un asesinato machista porque lo hace para hacerle daño a la mujer".
España, pionera
Ambas profesionales reconocen que España será pionera en Europa gracias a este cambio, "igual que lo fue con la Ley Integral contra la Violencia de Género". Igualmente, destacan que se trata de una medida necesaria para adecuarse a los compromisos impuestos por Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica.
Más conocido como Convenio de Estambul, fue ratificado por España en 2014 y expone que "violencia contra las mujeres" se deberá entender como una violación de los derechos humanos y una forma de discriminación contra las mujeres, designando como tales "todos los actos de violencia basados en el género que implican o pueden implicar para las mujeres daños o sufrimientos de naturaleza física, sexual, psicológica o económica, incluidas las amenazas de realizar dichos actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, en la vida pública o privada".
Martínez Novo concluye declarando que, además de contarlas en las estadísticas, también es importante continuar con las campañas de sensibilización porque "lo que no se visualiza 'no existe'". "Es importante que se hagan campañas visualizando estas cifras y su dimensión como violencia de género, entre otras cosas para generar un rechazo social y no quedarnos parados ante actuaciones que supongan cualquier tipo de discriminación. Si no, será imposible conseguir la igualdad entre las personas que proclama nuestra legislación".
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