Este viernes se ha celebrado la sexta cumbre entre la Unión Europea (UE) y la Unión Africana en Bruselas. En esta se ha prometido destinar 150.000 millones de euros a inversiones en infraestructuras y otras materias clave para África. El fin es ganar terreno en el continente para convertir a la Unión en el "socio predilecto" de los africanos.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha subrayado en la rueda de prensa que "la UE quiere ser socio predilecto para África. Este es el resumen de la cumbre, para esto necesitamos una relación más fuerte entre nosotros".
Pero, la presidenta von der Leyen también ha sido protagonista de una polémica situación.
En la recepción a los representantes africanos participaban la propia presidenta de la Comisión Europea, Ursula von del Leyen; el presidente francés, Emmanuel Macron; el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel; y el ministro de Asuntos Exteriores de Uganda, Haji Abubaker Jeje Odongo. Este último ha sido autor de un gesto machista ante el que rápidamente ha reaccionado Macron.
Cuando Odongo ha entrado a saludar a los altos cargos europeos ha ido directo a dar la mano a los dos hombres, Macron y Michel, dedicando un leve gesto con la cabeza a von der Leyen. Macron, tras percatarse de la situación, ha instado al ministro de Uganda a darle el mismo trato y saludarla, por lo que se ha girado y han intercambiado algunas palabras.
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Más tarde, Haji Abubaker Jeje Odongo publicó un tuit en el que decía: "Fui recibido por el presidente del Consejo Europeo y el presidente de Francia, Emmanuel Macron".
Incluyó una fotografía en la que se le veía saludando a Macron y Michel, sin la presidenta a la que no mencionó, y poco tiempo después lo borró de su cuenta de Twitter.
No es la primera vez que Ursula von der Leyen tiene que enfrentarse a una situación machista. Estos hechos recuerdan al incidente diplomático que dejó el año pasado a la presidenta en segundo plano en su visita a Ankara.
Durante la misma, el mandatario turco, Recep Tayyip Erdogan y Charles Michel se sentaron en sendas sillas en el centro de la sala, mientras Von der Leyen quedaba relegada a un sofá lateral.
Entonces las reacciones generadas por la pasividad de Michel le obligaron a disculparse ante la presidenta de la Comisión Europea.