La editora rusa Marina Ovsyannikova, que protestó contra la invasión de Ucrania durante la emisión de las noticias en la cadena de televisión estatal Canal 1, ha anunciado que abandona su puesto, pero ha rechazado la oferta de asilo que ha recibido de Francia, llamándose a sí misma “patriota”.
Ovsyannikova irrumpió en el plató del noticiero vespertino gritando: “No a la guerra, detengan la guerra”. Además, la periodista rusa sostenía un cartel que decía: “No crea en la propaganda. Aquí te están mintiendo”.
Según ha publicado The Guardian, fue detenida y un tribunal de Moscú la multó con 30.000 rublos (262 euros). Pero, como informa el diario británico, a pesar de haber sido liberada, la editora rusa podría enfrentarse a un mayor procesamiento, arriesgándose a pasar años en prisión.
La agencia de noticias Tass ha apuntado que se está llevando a cabo una investigación interna sobre el incidente y la periodista podría ser procesada por “desacreditar el uso de las fuerzas armadas rusas”.
Se aplicaría la ley aprobada el 4 de marzo, que declara ilegales las acciones públicas destinadas a desacreditar al ejército y prohíbe la difusión de noticias falsas o “difusión pública de información deliberadamente falsa sobre el uso de las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa”. El delito implica una pena de hasta 15 años de cárcel.
La renuncia
Ovsyannikova explicó durante una entrevista para France 24 desde Moscú, que ha entregado los documentos necesarios para su dimisión. “Es un procedimiento legal”.
La periodista rusa tiene dos hijos y confesó haber roto la vida de su familia con el reivindicativo gesto. De hecho, aseguró que uno de sus hijos sufría ansiedad.
“Tenemos que poner fin a esta guerra fratricida para que esta locura no se convierta en una guerra nuclear”, reivindicó. “Espero que cuando mi hijo sea mayor entienda por qué hice esto”.
Además de irrumpir el noticiero, Ovsyannikova publicó un vídeo pregrabado a través del grupo de derechos humanos OVD-Info en el que expresó su vergüenza por trabajar para el Canal 1 y difundir propaganda.
“Lamentablemente, durante varios años trabajé en el Canal 1 y trabajé en la propaganda del Kremlin, estoy muy avergonzada por esto. Avergonzada porque me permitieran mentir desde la pantalla de televisión. Avergonzada de haber permitido la 'zombificación' del pueblo ruso. Nos quedamos en silencio en 2014 cuando esto apenas comenzaba. No salimos a protestar cuando el Kremlin envenenó a Navalny (líder opositor)”.
La periodista lucía en el vídeo un collar con los colores de las banderas de Ucrania y Rusia. Su padre es ucraniano y su madre rusa. “Lo que está pasando en Ucrania es un crimen y Rusia es el agresor”.
La oferta de Macron
A principios de semana, el presidente francés Emmanuel Macron reaccionó ofreciendo asilo u otras formas de protección consular a Ovsyannikova y anunció que hablaría de su caso con el presidente ruso Vladímir Putin.
Sin embargo, la periodista explicó en una entrevista concedida al diario ruso Der Spiegel que no aceptaría su oferta y se quedaría en Rusia. “No quiero irme de nuestro país. Yo soy patriota, mi hijo lo es aún más. No queremos irnos de ninguna manera, no queremos ir a ningún lado”.
Una operación militar especial
Reveló que había preparado la acción que ha dado la vuelta al mundo sola, pero señaló que creía que muchos compañeros coincidían con ella. “La mayoría de gente que trabaja en la televisión estatal entiende muy bien lo que está pasando. Saben muy bien que se está haciendo algo mal”.
Ovsyannikova comunicó en la entrevista con France 24 que algunos de sus compañeros también habían renunciado a sus puestos de trabajo, pero que muchos otros no podrían hacerlo aunque quisieran.
“Estoy feliz de que la gente haya tomado conciencia, pero la situación económica es muy dura y es muy difícil dejar un trabajo ahora”.
Un ejemplo es la periodista Lilia Gildeeva, que trabaja en el Canal 1 desde 2006, salió de Rusia y escribió una carta de renuncia desde el extranjero: “Al principio me fui, tenía miedo de que simplemente no me dejaran ir, luego escribí una declaración”.
Activistas por la libertad de prensa fuera del país acusan a la televisión estatal rusa de pintar una imagen distorsionada de la guerra en un intento de mantener el apoyo a lo que el Kremlin llama “una operación militar especial”.
Censura rusa
Las declaraciones de Ovsyannikova han marcado un hito en la prensa rusa. Es la primera vez que un empleado de los medios estatales denuncia públicamente la guerra mientras el país continúa reprimiendo la disidencia contra la guerra.
Sin embargo, los otros noticieros han borrado el mensaje del letrero de Ovsynnikova en sus propios informes sobre el incidente. Además, desde que empezó la guerra, Rusia ha lanzado una campaña de represión sin precedentes.
Censura
Cerca de 15.000 personas han sido detenidas por protestar contra la guerra, más de dos docenas de medios de comunicación rusos han sido bloqueados o han optado por cesar sus operaciones y las redes sociales Facebook e Instagram también han sido prohibidas.
Mientras, la televisión estatal sigue siendo la principal fuente de noticias para muchos millones de rusos.