Se llama Verónica y su apellido es casi impronunciable: Belotserkóvskaya. Se trata de una bloguera especializada en cocina y toda una celebridad en Rusia, y ahora está en el punto de mira de Vladimir Putin en su cruzada contra la libertad de expresión e información.
El presidente ruso ha endurecido la legislación para coartar el derecho a informar y opinar libremente, en un ejercicio que ya se ha cobrado su primera víctima penal en esta influencer: ha sido acusada de publicar "información deliberadamente falsa sobre las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa", unos cargos por los que podría enfrentarse a penas de hasta 15 años de cárcel.
"Esa soy yo. Recibiré oficialmente el título de una persona decente", escribió este miércoles Belotserkóvskaya en su canal de Telegram junto a la noticia que informaba de las acusaciones contra ella. "Soy exactamente el tipo de persona que Putin tenía en mente cuando lanzó su discurso anoche. Quiere enmarcar a personas como yo como traidores", declaró más tarde a The Guardian.
La bloguera hacía referencia al discurso de Putin del miércoles en el que justificó la invasión a Ucrania y llamó a la "necesaria autodepuración de la sociedad", dirigida a los rusos de mentalidad occidental que no están con la nación.
Celebridad ucraniana en Rusia
Nacida en Odesa (Ucrania), Belotserkóvskaya, más conocida como Belonika en las redes sociales, es un referente en Rusia. A sus 51 años, esta empresaria e influencer, cuenta con casi un millón de seguidores en Instagram y ha publicado varios libros de cocina. Además, es editora de la revista de estilo de vida, moda y belleza, Sobaka.ru.
Desde el inicio de la pandemia se encuentra con su familia -su marido, el escritor John Shemyakin, y sus hijos- en una villa al sur de Francia, donde dirige una escuela de cocina de lujo. Por eso, y según compartió ella misma en Telegram, el Comité de Investigación ruso está decidiendo si incluirla en la lista internacional de personas buscadas.
Aunque Belonika ha declarado sentirse segura en Francia, sí que ha admitido tener miedo de volver a Rusia por las consecuencias que pueda acarrear. "Soy una persona sensata, definitivamente no planeo regresar a Rusia mientras estos cargos permanezcan", lamentó en The Guardian. Y apuntó que "muchos de mis amigos en Rusia están de acuerdo conmigo, pero tienen miedo de decir algo. Lo entiendo completamente".
En este sentido, ha denunciado a través de las redes sociales que está recibiendo amenazas, al igual que "cualquier persona que ahora exprese su opinión".
Llamamientos a la paz
Desde el inicio de la guerra, Belotserkóvskaya ha dejado algo de lado el contenido habitual de sus redes sociales, en las que muestra paisajes, comida o retratos de sí misma, para compartir su rechazo a la invasión de Ucrania.
"Escribo y borro, escribo y borro. Leo las noticias y vuelvo a rugir y mis manos tiemblan y tiemblan. No sé qué puedo hacer. No sé cómo cambiar nada. Nunca había sentido una impotencia tan terrible. (...) Nací en Odesa. Esta es mi ciudad favorita en la tierra. Mis queridos hermanos y hermanas ucranianos, los abrazo con todo mi corazón. ¡Fuerza y coraje para vosotros! Que sepáis que ni yo, ni las personas cercanas a mí, ninguna persona de las que conozco querían esta guerra. Ucraniano, estoy contigo", escribió el 24 de febrero, día que comenzaron los bombardeos en diferentes ciudades ucranianas.
El resto de publicaciones han seguido esta tónica, en la que la empresaria hace constantes llamamientos a la paz y expresa su desolación por todo lo que está ocurriendo.
También, ha publicado abiertas críticas contra Putin: "¡Queremos un cielo pacífico! Porque un hombre de mediana edad y cansado de la vida, aburrido del poder absoluto, de su pueblo obediente y que lleva en el poder 22 años, decidió y creyó que él era este cielo. Ayer traté de entender lo que estaba en su cabeza. Con un objetivo muy simple: ¿realmente puede presionar el botón "apagar la humanidad"?", comentó el día en que Putin puso sobre la mesa la amenaza nuclear.
La nueva legislación
Sin embargo, sus cargos vienen por unos post concretos en los que reprocha al gobierno ruso que meta a "muchachos rusos de entre 18 y 20 años en el picadillo de sus ambiciones imperiales". Este comentario es considerado información falsa contra las Fuerzas Armadas Rusas, en base a la nueva legislación contra las fake news impulsada por Putin y aprobada por la Duma estatal rusa el pasado 4 de marzo.
"Quieren es convertir la libertad de expresión, de información y el derecho a protesta en un mito dentro de Rusia"
"Ya había una legislación restrictiva y arbitraria sobre noticias falsas, pero lo que ha hecho es introducir el artículo 207.3 que establece dos tipos de penas: multas de entre 5.220 y 37.000 dólares por distribuir información falsa sobre el uso del Ejército, las Fuerzas Armadas rusas y sobre los intereses de la Federación Rusa; y penas de 3 a 15 años de prisión para quien haga esta información falsa a sabiendas conlleva graves consecuencias", explica a MagasIN Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional España.
Esta nueva legislación, que prohíbe usar las palabras “guerra”, “invasión” y “ataque” para definir las acciones militares de Rusia en Ucrania, ha provocado que centenares de periodistas y medios dejen de informar por miedo a las represalias.
Además, Beltrán asevera que otro problema añadido es que "nadie sabe qué constituye la definición de esa información falsa. Lo que tienen es un sistema que se llama Roskomnadzor. Se trata de un regulador que avisa a todos los medios de que pueden ser condenados a esta multa o a esta pena de cárcel si utilizan informaciones que no son oficiales o que contradigan la información distribuida por las autoridades rusas".
"Hay otro artículo -el 280.3 del código penal-, que contempla penas de cárcel y multas para acciones públicas que desacrediten al ejército ruso, y la legislación que se aplica contra protestas antiguerra en la calle. En ese sentido, ha habido casi 15.000 detenciones", añade Beltrán.
Incertidumbre y miedo
En este clima de incertidumbre, la inseguridad entre la población. Algunos medios destacaban además lo significativo que es que Belotserkóvskaya, una influencer y escritora gastronómica que, según The Guardian, se codea con las altas esferas rusas, haya sido la primera en recibir cargos penales por dar su opinión; en lugar de periodistas políticos o activistas.
Un ejemplo de esta disparidad entre las sanciones, es el de Marina Ovsyannikova. La periodista se ha convertido en todo un símbolo de resistencia a nivel internacional por haber mostrado en la televisión pública rusa un cartel contra la guerra. Sin embargo, por el momento ha recibido 'solamente' una sanción administrativa (concretamente una multa de unos 30.000 rublos -280 dólares-).
Esteban Beltrán lo tiene claro: "Lo que quieren es acabar con el derecho a ser informado de forma independiente. Quieren acabar con el derecho a difundir información no oficial y quieren acabar con las protestas en la calle. Lo que quieren es convertir la libertad de expresión, de información y el derecho a protesta en un mito dentro de Rusia. Esto afecta a periodistas, manifestantes, medios y usuarios de las redes sociales. Ese es el camino que lleva a Rusia actualmente", sentencia.
Así, Veronika Belotserkóvskaya es la primera persona que se enfrenta a cargos penales por la nueva 'ley mordaza' de Putin, pero probablemente no sea la única, en esta guerra contra la libertad de expresión e información que se atisba larga.