“El miedo nos invade porque por todos los lados hay mensajes de ello (guerra, pandemia…). Si no tienes arquitectura emocional, si no basas tu vida en valores, vivirás seguramente en un parque de atracciones, en el que te secuestrará el miedo, la tristeza, la rabia, la falsa alegría y el falso amor…” asegura Mayte Ariza, la coach-mentoring que ha registrado un método propio, para llenar de sueños y cambiar el futuro de las personas que llegan a la puerta de su consulta en Dream Factory.
Ariza hizo lo que ella denomina, un “salto de paradigma” al cambiar el mundo de la comunicación en el que se había instalado por el coaching.
“Fundé una agencia de comunicación hace años, pero me di cuenta de que el periodismo que yo promulgaba, no vendía. Hablaba de positividad, de buenas noticias... Ahora, se empieza a hablar de esto, pero en aquella época no. Comencé a comunicar con valores para las multinacionales. Lo que hoy se conoce como branded content ya lo hacía, y conseguí un nicho de mercado interesante”, asegura.
Mentoring o coaching
“Digo que hice un salto de paradigma, hacia el mentoring y coaching. La diferencia entre ambos es que un mentor tiene una metodolología, mientras que el coah es un entrenador. Yo aplico un método, así que también soy mentora. Siempre digo que soy una coach dreamer”, concluye.
PREGUNTA: ¿Cuándo te iniciaste como coach?
RESPUESTA: En un momento de mi vida y con la agencia abierta, la comunicación entra en crisis y empiezo a preguntarme qué pasaría si en vez de trabajar con empresas trabajo con personas… Mucho más interesante, pero también más difícil.
He vivido ocho años en Milán donde conocí a un mentoring japonés, que me ayudo muchísimo a erradicar el sufrimiento, porque yo era una mujer que sufría muchísimo a nivel personal.
¿Fueron difíciles los comienzos?
Fundé la empresa Dream Factory y fue en ese momento, cuando comencé a crear la estrategia de los sueños, más holística y dirigida a las personas. La primera prueba la hice conmigo misma.
En realidad, yo no soy una predicadora, soy un ejemplo de lo que digo. Mi primera experiencia fue construir la casa de mis sueños con valores. Y ése es el proyecto de arquitectura japonesa Fuji que me convirtió en pionera en sostenibilidad.
Mi casa construida en El Escorial, en Madrid, fue declarada edificio emblemático por la Comunidad de Madrid, en un momento en el que nadie hablaba de sostenibilidad. En el mundo de los sueños, aterrizarlo cuesta, y para llegar allí creo que se necesita una estrategia. Hoy, esta casa se estudia en la Universidad, ya que es bioclimática, ecobiológica y sostenible.
La guerra es una expresión macro de la psícosis mental de una o varias personas, que se creen dueños y amos del universo.
Defensora de Dream’s Strategy ¿qué es?
Para alcanzar un sueño, se necesitan cuatro claves fundamentales: Estrategia, posicionamiento, arquitectura emocional y liderazgo. La vida es una Olimpiada donde se gana o se pierde. La mayoría de las personas no tienen estrategia para alcanzar sus sueños.
Les suelo dar a mis clientes un diagrama de flujo y les digo que lo que pase fuera, tiene que pasar antes dentro de ti. Cada uno, tiene que entrenar su mente para tener pensamientos poderosos y emociones estratégicas porque la razón convence, pero la emoción decide.
¿Algún ejemplo...?
Hace poco he trabajado con un directivo de Repsol que me dijo: “Desde que te conozco Mayte estoy enganchado a mi tristeza, y soy el hombre más feliz del mundo”. Significa que cuando hago ver a las personas su tristeza, dejan de posicionarse en la pérdida, y transforman la tristeza en evolución.
Quien niega su tristeza, niega su inteligencia, porque la tristeza es la única emoción conectada con una parte del cerebro que gobierna el lenguaje. Y cada emoción tiene un valor. No nos han enseñado a tener inteligencia emocional. Somos unos analfabetos.
Las emociones en el banquillo
El mundo de las emociones lleva mucho tiempo en el banquillo. En las empresas está mal visto demostrar tus emociones porque es lo mismo que ser débil, y puede derivar en una mancha en el currículo.
El orgullo, por ejemplo, es una emoción diferente a todas las demás. Cuando una persona se siente reconocida crece, pero aquí no admiramos, sino que envidiamos.
En mi discurso enseño a que cada uno tenga esas emociones colocadas de forma que le favorezcan...
Háblanos de tu mentor Daisaku Ikeda, ¿cómo le conociste?
Me hizo abrir los ojos a todo este mundo. Para mi, es una de las mejores cosas que me han pasado en la vida. Lidera un movimiento pacifista por el que hace años fue candidato al Premio Nobel de la Paz. Vive en Tokio y tiene 94 años. Su movimiento aboga por la propagación de la paz en el mundo, a través de tu propia revolución interior. Una persona que conquista su propia felicidad, no hace la guerra, y esto es un ejemplo de lo que estamos viendo ahora...
¿En qué se diferencia el sueño del dreamer?
En el diccionario de la RAE dice que un sueño es una ilusión, una quimera, una esperanza con ninguna posibilidad de que se cumpla. Entonces la palabra sueño te lleva un lugar de fracaso. Y como no me voy a pelear con los académicos, he cambiado de registro… Dreamer en cambio, son los soñadores profesionales. Para mi un sueño no es un objetivo, porque el objetivo y la meta tienen que ver con el tener, y el sueño con el ser. Un sueño es una semilla implantada en tu alma y te ayuda a alcanzar tu misión en la vida. Mis clientes son dreamers porque hacemos un trabajo con mucho valor.
Un sueño es una semilla implantada en tu alma y te ayuda a alcanzar tu misión en la vida.
¿Cómo se consigue aspirar a lo grande si trabajas la humildad? ¿No es contradictorio?
La humildad te hace grande. Hay una confusión entre humildad y falsa modestia. En España, en nuestra generación nos han enseñado a ser modestos, “no digas esto... Sé anónimo...”. Quitarme estas creencias me ha costado mucho.
Ayudo a las personas a ser grandes, pero no desde la vanidad, el narcisismo, la prepotencia o la soberbia, sino desde los valores. Hay que sacar grandeza trabajándola desde dentro. Tu tienes diamantes dentro, sácalos porque el mundo los necesita.
¿Es difícil soñar hoy o hablar de sueños con la que está cayendo?
Muy difícil, pero ahora más que nunca es urgente, porque necesitamos gente que sueñe y que haga realidad lo que sueña. Los que sueñan no hacen la guerra, porque ya tienen bastante con lo que se encuentran dentro: Sus propios límites y miedos, como para preocuparse de tirarle piedras al vecino o ponerle bombas en la frontera.
La guerra es una expresión macro de la psícosis mental de una o varias personas, que se creen dueños y amos del universo.
Puedes tener dinero, un Porsche en la puerta y ser una persona famosa, pero si no tienes un sueño, no vas a ser feliz. Esto tiene que ver con la autorealización de uno mismo. No importa lo de fuera, podrás tener bienestar, pero no felicidad.
¿Quienes acuden más a tus sesiones hombres o mujeres?
La mayoría son mujeres, pero hay un 30% de hombres, sobre todo, directivos. El mundo de la empresa ha fagocitado al mundo emocional. Estas personas han ganado mucho dinero, mucho poder, pero se encuentran solos o divorciados. Tienen una ansiedad tremenda.
¿Qué necesitamos las mujeres para alcanzar nuestros objetivos y sueños?
Como mujeres nos instalamos generalmente en el lugar de la víctima. Nos sentimos muy víctimas de las circunstancias, y ésta es una disfunción emocional que genera manipulación. Este posicionamiento nos denigra como mujeres. Cuando sufrimos un maltrato, tenemos que tomar conciencia de la responsabilidad que tenemos para cambiar la palabra de culpabilidad por la de respons-habilidad. Significa responder con una habilidad a lo que nos está sucediendo. El victimismo es el cebo para la manipulación. Por eso, muchas víctimas vuelven con otro maltratador.
¿Quizás las mujeres tenemos sueños, pero no estrategia?
Sí, claro. Necesitamos una nueva forma de pensar, de sentir, de hablar. El lenguaje construye realidades. Todo forma parte de la estrategia que la integran la forma de hablar, de sentir, de comportarnos y de hacer, porque un sueño sin acción es ilusión.
Además de conferencias por España, Europa y Latinoamérica también ofreces sesiones individuales. Has trabajado con Rossy de Palma o Anibal Soto, Francis Montesinos…
Sí. He trabajado con muchos famosos. Hay quien me llama porque tiene un estancamiento laboral. Trabajamos y sale un tema personal, que tocando una tecla se abre a su beneficio profesional. Trabajar a nivel interior es tener valentía.
¿Cómo es tu trabajo en grupo?
Con mi metodología realizo un traje a medida, un mapa para cada persona. Cuando realizo conferencias nos conectamos entre todos y nos ayudamos, y aquí lanzo una parte del método.
Ahora por ejemplo, estoy haciendo masterclass en Madrid, totalmente gratuita, bajo el título: La estrategia para lograr un sueño. Son apenas 45 minutos, así que sólo es una 'tapita', pero capaz de despertar al dreamer que llevamos dentro, y luego todo el mundo quiere su sueño.