Idaho ha aprobado este miércoles la prohibición del aborto más allá de las seis semanas de gestación. Se trata de una ley muy similar a la de Texas, que hasta ahora era la más restrictiva del país y supone casi un veto total a la interrupción voluntaria del embarazo, ya que a las seis semanas, muchas mujeres no saben que están embarazadas. A diferencia de Texas, la ley de Idaho permitirá los abortos en casos de violación o incesto que sean confirmados por informes policiales.
El gobernador republicano Brad Little ha firmado este miércoles la legislación, que ya había sido aprobada por las dos cámaras del Parlamento estatal, donde los republicanos tienen mayoría.
Según ha informado Efe, está previsto que la legislación entre en vigor en un plazo de 30 días. Así, Planned Parenthood, la mayor red de clínicas de salud reproductiva del país y que según la Agencia Efe tiene tres centros en Idaho, ya advirtió que no ofrecerá abortos pasadas las seis semanas de gestación si finalmente la ley entra en vigor.
No obstante, es muy posible que esta nueva norma se lleve a los tribunales, como también pasó con la ley de Texas, más conocida como la "ley del latido". Aprobada en mayo, la ley entró en vigor en septiembre, después de que el Supremo rechazase la petición de bloqueo presentada por clínicas abortivas. Según datos del departamento de salud estatal, al mes de su aplicación la cantidad de abortos en Texas se redujo en un 60%.
"Esta prohibición cruel dañará a las personas que ya se enfrentan a las mayores barreras para acceder a cuidados médicos", especialmente aquellas con pocos recursos, que viven en áreas rurales, de color o de la comunidad LGTBI, ha dicho Jennifer M. Allen, consejera delegada de Planned Parenthood Alliance Advocates, en un comunicado recogido por Efe.
"Si se permite que la prohibición entre en vigor, en 30 días, para la mayoría de los habitantes de Idaho, será como si Roe vs. Wade nunca hubiera sucedido", ha compartido la organización en su cuenta de Twitter.
Denuncias de particulares
Al igual que la ley de Texas, la medida de Idaho deja su aplicación en manos de particulares y no de funcionarios estatales.
En concreto, la ley de Idaho permite al padre, abuelos, hermanos y tíos del feto demandar a quienes hayan ayudado a la mujer embarazada a abortar en un plazo de cuatro años desde que se practique el procedimiento y establece una indemnización mínima de 20.000 dólares por daños.
Otros estados con leyes similares, como Texas u Oklahoma, que esta semana dio el primer paso en su nueva normativa tras la aprobación en el Congreso estatal, también permiten que cualquiera interponga demandas sin tener que estar relacionados con el nonato.
De esta forma, se despoja de responsabilidad legal a las autoridades estatales y por lo tanto es más difícil demostrar su inconstitucionalidad. No obstante, son muchos lo que defienden que la medida viola abiertamente la decisión judicial de 1973 que legalizó el aborto en todo EEUU hasta las 24 semanas, llamada "Roe vs. Wade".
Pese a los antecedentes del estado texano, el gobernador Brad Little ha mostrado su preocupación por que este sistema facilite que la Justicia tumbe la ley. “Aunque apoyo la política provida en esta legislación, temo que el novedoso mecanismo de aplicación civil en poco tiempo se demuestre tanto inconstitucional como imprudente”, escribió en una carta al presidente del Senado del estado.
Asimismo, Little, que se presenta a la reelección este año, admitió que el proyecto de ley podría tener consecuencias dañinas "involuntarias" para las víctimas de agresión sexual.
Mayoría conservadora
Tal y como ocurrió con la ley de Texas, todo apunta a que esta prohibición del aborto pueda entrar en vigor, ya que el Tribunal Supremo estadounidense es de mayoría conservadora. Ni siquiera la posible entrada de la jueza demócrata, Kentanji Brown Jackson, que actualmente se encuentra en pleno proceso de audiencias para debatir su candidatura, equilibrarían la balanza.
Son ya más de una decena los estados conservadores que están limitando el acceso al aborto. Además de los avances de Oklahoma, también está Misisipi que quiere restringirlo a las 15 semanas y que también contradice, por tanto, el precedente de 1973. Este estado lleva desde 2018 intentando restringir el derecho al aborto y la Corte Suprema se encuentra analizando su proyecto de ley.
Según Efe, se espera que 26 estados continúen esta tendencia, algo que dejará en el limbo a millones de mujeres del país, la mayoría pobres que no pueden permitirse viajar a otros estados para abortar.
Pese a todo, estados como California están elaborando un plan para facilitar el acceso al aborto a las mujeres de estos estados.