La reina y Jill Biden han visitado esta mañana el centro de refugiados ucranianos de Pozuelo de Alarcón, en Madrid. Después de su encuentro y de visitar juntas la sede de la Asociación Española contra el Cáncer, la soberana española ha recibido a la primera dama estadounidense y a sus dos nietas (con las que, a su llegada a la capital estuvo de compras por la Milla de Oro madrileña), y las ha guiado por las instalaciones.
La conoce bien el Centro de Atención, Acogida y Derivación de Creade, porque los lo visitaron el pasado mes de abril con sus hijas. En él los refugiados ucranianos reciben sanidad, educación, alojamiento, orientación sociolaboral y psicológica, ayudas económicas, y asesoraría para los trámites burocráticos y para conseguir su permiso de residencia y trabajo en 24 horas.
[Leonor reaparece junto a los y la infanta Sofía en un centro de acogida a refugiados ucranianos]
La reina Letizia ejercerá como anfitriona de algunas de las visitas, encuentros y actividades que se celebrarán en Madrid y ciudades cercanas como Segovia, pero ha mostrado un especial interés por acompañar a Jill Biden a una de las visitas que más le interesan: la mujer de Joe Biden llegó antes que su marido con una agenda social paralela, un poco diferente al del resto de los consortes de los jefes de Estado y de Gobierno que asisten a la Cumbre de la OTAN en Madrid.
Es una primera dama de los Estados Unidos muy peculiar: ha pasado a los libros de Historia como la primera mujer de un presidente que sigue trabajando y compatibiliza su labor como profesora con su cargo de primera dama.
Profesora, madre de militar, abuela y autora la doctora Biden, como se la conoce en Estados Unidos por su doctorado, conoce muy bien la Casa Blanca: fue segunda dama de entre 2009 y 2017, cuando su marido era el vicepresidente de Barack Obama. Por eso, tiene una magnífica relación con Michelle Obama, quien ahora suena como sustituta de su marido como candidata demócrata.
Del cargo de primera dama se espera que se centre en un proyecto con el que pueda "devolver a la sociedad parte de lo que la sociedad te ha dado". Jill Biden ha continuado el de Michelle Obama quien, además de contra la obesidad infantil y por el ejercicio, creó en 2011 la iniciativa Joining Forces para apoyar a los miembros del servicio, veteranos, sus familias, cuidadores y sobrevivientes.
Jill Biden no habla de oídas: su padre era guardavías de la Marina y ella, al casarse con Joe Biden, se convirtió en madre del mayor Beau Biden, que fuera soldado de la Guardia Nacional del Ejército.
En 2012, lanzó un libro para niños Don't Forget, God Bless Our Troops, la historia de la experiencia de su familia con el despliegue, a través de los ojos de la nieta del Dr. Biden, Natalie, en el año en que su padre, Beau, fue enviado a Irak.
Durante su mandato como Segunda Dama, la Jill Biden viajó a casi cuarenta países, visitó bases militares, hospitales y campos de refugiados, y abogó por la educación y el empoderamiento económico de mujeres y niñas en esas zonas.
Y ahora que es Primera Dama no va a parar. Por eso, el pasado mes de mayo, Jill Biden realizó un viaje sorpresa para reunirse con Olena Zelenska, esposa del presidente ucraniano Volodímir Zelenski, que no había sido vista en público desde que comenzó la invasión rusa de su país, el 24 de febrero.
La primera dama aprovechó que se celebraba el Día de la Madre en Ucrania para realizar un viaje no anunciado a Uzhhorod, una pequeña ciudad en el extremo suroccidental de Ucrania: “Quería venir en el Día de la Madre. Creo que es importante mostrar al pueblo ucraniano que esta guerra debe parar, que está siendo una guerra brutal y que el pueblo de Estados Unidos está con el pueblo de Ucrania”, declaró Biden.
El encuentro entre Jill Biden y Olena Zelenska tuvo lugar en lo que antes de la guerra era una escuela, lo que tuvo una significación especial para la primera dama estadounidense. Un edificio ahora transformado en un refugio, gracias una colaboración entre el gobierno de Ucrania y la Organización Internacional para las Migraciones de la ONU.
La visita de Jill Biden a Ucrania era la primera de una primera dama de Estados Unidos a una zona de guerra desde que Laura Bush realizó un viaje secreto de 10 horas a Afganistán en 2008 (pero ya había visitado una zona de combate tres años antes, en 2005). En 2010, Jill Biden acompañó a su marido, el entonces vicepresidente Joe Biden, en un viaje a Bagdad (Irak), para celebrar el 4 de julio con las tropas allí destinadas.
Antes de pasar a Ucrania, la primera dama pasó dos días Eslovaquia, reuniéndose con organizaciones de ayuda humanitaria y funcionarios del gobierno e interactuando con ucranianos desplazados en ambos países, centrándose principalmente en la salud y el bienestar emocional de mujeres y niños.
En ambos países visitó distintas escuelas que han acogido a refugiados ucranianos y habló con los maestros que están ayudando a los nuevos estudiantes a instalarse. De esta forma, Jill Biden sigue en contacto con el tema de la educación, que es su profesión y también su pasión. La biografía de Jill Biden, Jill A Biography of the First Lady, publicada el pasado mes de abril, explica bien cómo la carrera docente de la esposa de Biden está redefiniendo su papel de primera dama.
Las autoras, Darlene Superville y Julia Pace, son dos veteranas periodistas de Associated Press: la primera cubre la Casa Blanca para AP y la segunda es vicepresidente sénior y editora ejecutiva de AP. Estuvieron un año preparando el libro, con entrevistas a Jill Biden y a amigos y familiares: “Para la primera dama, su carrera es su identidad. Se ve a sí misma como una profesora, quizás más de lo que se ve a sí misma como una primera dama”, afirmó Superville durante la presentación.
En el libro se refleja cómo el compromiso de Jill Biden con su trabajo ha definido a la "primera familia" tanto como la carrera política y las ambiciones de su esposo. Ella no ha renunciado a su trabajo y ambos toman todas las decisiones juntos, sin dejar que las ambiciones de uno impidan u obstaculicen las del otro.
Jill Biden da clase dos días a la semana en Northern Virginia Community College. Con su actitud, no solo se alinea con muchas parejas de la clase media americana en la que ambos miembros trabajan, sino que, además, está redefiniendo el papel del trabajo de primera dama y adaptándolo al siglo XXI.
Y en ningún caso le impide desarrollar sus funciones y estar allí donde se la necesita, aunque ello implique entrar en un país en guerra como Ucrania, bajo constantes bombardeos rusos, para tener una "reunión bilateral" a puerta cerrada con Olena Zelenska.
Por eso, la esposa de Joe Biden y sus nietas, Maisy, de 20 años, y Finnegan, de 22, han querido conocer también las instalaciones de este centro, situado en Pozuelo de Alarcón y que depende del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
Estuvieron acompañadas del , José Luis Escrivá, al que acompañaron la embajadora de en Madrid, Julissa Reynoso, y del embajador de España en Washington, Santiago Cabanas.
Al inicio, han mantenido una charla con los responsables de algunas de las ONG que asisten a los refugiados, entre ellas, Acnur, Cruz Roja o Unicef, quienes les han explicado las tareas que desarrollan para atender a los desplazados por la guerra de Ucrania que han llegado a Madrid desde el comienzo del conflicto.
Después, charlaron con algunas de las familias acogidas para conocer de primera mano su situación y las dificultades que afrontan las víctimas de la guerra que se libra en el este de Europa, que ha provocado millones de desplazados y fallecidos.
Según datos de finales de mayo facilitados por Efe, por el Creade de Pozuelo han pasado unos 22.000 ucranianos, de los 124.000 a los que España ha concedido protección temporal -lo que supone permiso de residencia y trabajo- desde el inicio del conflicto bélico. Estas cifras sitúan a España como el cuarto país europeo que más desplazados por la guerra ha acogido.
Scott Detrow, periodista de la cadena de radio PNR especializado en la Casa Blanca, comentaba hace un mes la importancia del viaje de Jill Biden a Rumanía y Eslovaquia: "el momento de perfil más alto hasta ahora para la primera dama. Jill Biden está señalando los compromisos de Estados Unidos al presentarse y llamar la atención de los medios con ella en dos países que han acogido a cientos de miles de refugiados ucranianos y también han servido como plataforma para el apoyo militar de la OTAN a Ucrania".
Para Anita McBride, experta en la casa Blanca y de gabinete de Laura Bush: "Más importante aún, es una validación de que Estados Unidos no se olvidará del pueblo ucraniano y también de los países aliados que están ayudando a los refugiados ucranianos".
La visita de Jill Biden al Creade es un refuerzo de esa intención, la promesa de que Estados Unidos no se olvida de Ucrania.