Las vacaciones deberían ser un tiempo de relajación y disfrute en el que reconectemos con nosotras mismas, y también con nuestras parejas. Sin embargo, está demostrado que después del verano aumentan drásticamente las rupturas y divorcios. Un fenómeno parecido ocurrió con el confinamiento, que hizo que algunas relaciones se fortaleciesen, mientras que otras se terminaron tras meses de convivencia obligatoria.
[¿Qué es una relación abierta y qué ejemplo nos dejan Nuria Roca y Juan del Val?]
Pero ¿por qué ocurre esto? ¿Es posible evitarlo? ¿Podemos ver alguna señal de que nuestra relación va mal antes de irnos de viaje?
La psicóloga Marina Berenguer Roig explica que el estrés y el ritmo acelerado que vivimos durante todo el año no se pasa de forma repentina al empezar las vacaciones y requiere un período de adaptación del que debemos ser conscientes.
"El ser conscientes de ello nos anticipa a estar alerta y saber responder de una forma más adecuada a las nuevas situaciones que se presentan. ¿Cuántas veces habremos visto una pareja discutir incluso desde el momento que suben las maletas al coche al irse de vacaciones?", comenta en conversación con MagasIN.
Berenguer afirma que "ese estrés que durante el año no se gestiona bien, pasa factura por dos motivos". En primer lugar, porque no se tienen estrategias de afrontamiento en resolución de conflictos. "Durante el año no se han parado a reflexionar que una buena manera de evitar conflictos futuros es resolverlos en el momento que suceden y no dejar que se acumulen y desborden en los momentos de relax".
Por otro lado, también influye "la dificultad de las parejas para mantener una comunicación asertiva, de escucha, actitud de agrado hacia el otro y en tomar decisiones conjuntas desde el respeto, la empatía y tranquilidad, recordando dar importancia a lo que verdaderamente la tiene".
Por esa razón, la psicóloga asegura que "las rupturas no se producen por pasar más tiempo juntos, sino por no saber manejar juntos el control de las emociones".
Silvia Crespo Flores, psicóloga sanitaria, está de acuerdo con esto, aunque considera que el pasar más tiempo juntos sí puede producir que haya un aumento de los conflictos en la pareja durante las vacaciones.
"Al pasar más tiempo juntos y al tener ese estrés del cambio de la rutina, se puede amplificar cualquier diferencia y cualquier conflicto que hubiese en la pareja antes de las vacaciones", sostiene.
Asimismo, Crespo destaca la importancia de desconectar de verdad en vacaciones. "Muchas veces llegamos a las vacaciones con un cansancio acumulado con vamos, llegamos agotados. Y después de estos años de pandemia, yo lo que veo un poco en las parejas y en la terapia individual es que hay mucha fatiga, mucho estrés y llegamos cansados a las vacaciones. Pensamos que lo que vamos a hacer es conectar y evadirnos y pasa exactamente lo contrario".
"En ese caldo de cultivo, es normal que surjan conflictos y separaciones. Y por supuesto, también entra en juego la evitación. Igual hay un problema de base que estamos evitando en la rutina diaria y que se hace más presente en esas vacaciones porque no tenemos un sitio donde 'escondernos' y nos obliga a enfrentarnos a ello", añade.
Cómo evitar los conflictos
Para evitar que surjan estos problemas durante las vacaciones, o gestionarlos de la mejor manera posible, las dos psicólogas subrayan la importancia de la comunicación asertiva.
"Pero la comunicación empezando por escucharnos y entendernos a nosotros mismos. Una vez que lo hemos hecho y sabemos nuestras necesidades, saber explicárselas de una manera asertiva y respetuosa a nuestra pareja. A la vez, entender las del otro", comienza Crespo.
Que añade: "Es muy importante llegar a ciertos acuerdos y que podamos ceder, aunque poniendo nuestros límites. También, es necesario tener espacio propio dentro de esas vacaciones. Sobre lo que hablábamos de la desconexión, hay que tener en cuenta que las vacaciones es un momento para estar presente y conectar con esa persona".
Por su parte, Berenguer recuerda que "no podemos esperar actuar de forma resolutiva, pacífica, óptima y asertiva ante una situación que nos genera desequilibrio emocional si no hemos practicado previamente conociendo las herramientas necesarias para hacerlo".
Por eso, subraya que "resolver a lo largo del año los posibles conflictos que vayan surgiendo en la rutina diaria es crucial para comenzar unas vacaciones óptimas y llevar una relación de pareja saludable y enriquecedora".
"Algo que hablo en consulta con mis pacientes es focalizar la atención en los aspectos positivos, en centrarnos en valorar el momento presente. Si se respira un ambiente de enfado, de exigencia, de falta de tolerancia a la frustración, de inconformidad con todo, quizá sea urgente que cada uno por separado se pare a recordar que estamos en la vida para ofrecer positividad, para sentirnos satisfechos con nosotros mismos y si es así, será más fácil estar a gusto con tu pareja", explica.
Por último, ambas inciden en que la pareja puede recurrir a ayuda profesional en caso de no lograr resolver sus conflictos ellos solos.