Cuando pensamos en la isla pitiusa, rápidamente la asociamos a la fiesta y la opulencia. Pero Ibiza es mucho más que eso y os lo vamos a contar.
Su arena blanca, el agua cristalina y la brisa del mar la convierten en un lugar ideal para desconectar. Recorrer los mercadillos con amigas, ver las puestas de sol en pareja, disfrutar de la tranquilidad de sus calas y deleitarse con su gastronomía son algunos de los planes que debes conocer de la otra Ibiza.
Pasear por la Vieja Ibiza, declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO, es una experiencia imprescindible. Caminar junto a sus impresionantes murallas fenicias, por calles empedradas, nos presenta una faceta diferente de la isla.
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Visitar el mirador de la catedral de Santa María y los edificios medievales constituye un recorrido tan interesante como las vistas panorámicas de la ciudad.
Para los amantes de la naturaleza, es obligatorio descender a las entrañas ibicencas en la cueva de Can Marça y disfrutar del parque natural de Ses Salines, declarado Patrimonio de la Humanidad.
Un plan que no puede faltar, si el presupuesto lo permite, es dar la vuelta a la isla en barco. Podrás llegar a lugares recónditos y bañarte en los lugares más bonitos.
Dónde alojarse
Empecemos por el principio. ¿Dónde podemos quedarnos? Buscamos la otra cara de Ibiza, lugares tranquilos para estar con nuestras amigas o familia, así que vamos a dejar en esta ocasión los hoteles llenos de experiencias y nos decantaremos por un apartamento o una casa rural.
La isla ofrece opciones para todos los bolsillos. Desde apartamentos frente al mar con piscina y terraza por 80 euros la noche, a lujosas villas con piscina infinita por 944 euros la noche.
Por un precio que varía entre los 100 y los 300 euros la noche está la posibilidad de alquilar un chalet con piscina para cuatro o seis personas.
Y, si quieres darte un capricho, puedes optar por el Hotel Rural Can Lluc, que ofrece tratamientos y masajes, clases de yoga y una vistas espectaculares para contemplar las puestas de sol.
Bañarse en las mejores calas
Cuando llega el verano, la isla blanca se tiñe de colores y muestra su cara más festiva. Los chiringuitos pinchan música y las playas se convierten en un mosaico lleno de sombrillas y toallas.
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Pero, cuando uno viaja buscando tranquilidad para relajarse y descansar en pareja, con amigos o familiares también puede encontrar calas en las que el único sonido que se escucha es el de las olas del mar.
Un ejemplo lo podemos encontrar en Punta Galera (Sant Antoni de Portmany), 150 metros de roca lisa que forma pequeñas terrazas donde podrás plantar tu toalla. Un espacio íntimo ideal para practicar el nudismo. Sus vistas son inolvidables.
Otra cala que no te puedes perder es Sa Figuera Borda (Sant Josep de Sa Talaia). Se trata de un acantilado perforado en el que los pescadores tallaron una escalera sobre la roca.
Si te quedas con ganas de más puedes visitar Es Portixol (Sant Joan de Labritja), que es perfecta para los amantes del snorkel; Ses Balandres, un enclave idílico, frente al islote de Ses Margalides; y Cala Llistrisca (Es Cubells), a la que debes ir temprano y llevar las gafas de buceo.
Un capricho en un mercadillo
¿A quién no le gusta perderse y dejarse embaucar por las maravillas que ofrecen los mercadillos? Pues si hay un lugar en el que encontrar auténticos tesoros es en los mercadillos de Ibiza, inundados por un incuestionable estilo hippie.
Estos son una clara manifestación del talento artístico que abarca la isla. Artesanos y diseñadores venden sus creaciones hechas a mano. También se pueden encontrar productos que ellos mismos cultivan y producen.
El más conocido es el mercadillo de Las Dalias (San Carlos), que constituye todo un símbolo en la isla y es una visita obligada. Su origen se remonta a los años 50, cuando era un simple local de carretera con pista de baile.
Con la llegada de los hippies a al isla en los 60 y 70, se convirtió en el lugar de reunión para conciertos y sesiones improvisadas. Durante las siguientes décadas se consolidó el espacio, que empezó con poco más de cinco puestos y hoy alberga más de 200.
Otro de los más conocidos es el Hippy Market de Punta Arabí. Es el primer mercadillo hippie como tal en la isla. Funciona desde 1973 y hoy es el más extenso.
Si te quedas con ganas de más, te recomendamos el Mercado de Sant Joan, que no deja de ganar popularidad; el Mercado Forada, mucho más económico que los anteriores; y el Mercadillo de Sant Jordi, que se viste cada sábado de colores y artículos de segunda mano que venden los propios isleños.
Disfruta de la gastronomía
No podemos olvidarnos de la importancia de satisfacer todos los sentidos y por ello te recomendamos algunos restaurantes para disfrutar de la gastronomía de la isla.
Si buscas un lugar de alto standing no te puedes perder Nobu Ibiza Bay, en primera línea de la playa de Talamanca. Es la meca para los amantes de la cocina japonesa contemporánea. Sin salir de Talamanca, si lo que buscas es una cena con vistas a una puesta de sol, D-Louge de Destino Pacha Resort es el lugar para ti.
Por otra parte, si lo que quieres es disfrutar de la comida en un lugar romántico con una persona especial, la gastronomía que ofrece Bless Hotel Ibiza es la mejor opción. Y si quieres añadirle música en la playa no te puedes perder un arroz en Sa Caleta.
Ahora bien, si buscas una opción low cost basada en comida tradicional te recomendamos estos cinco restaurantes cuyo precio medio por persona no supera los diez euros: Comida Bar San Juan, Simbiosis, Anima Eivissa, Bar Anita y Rita's Cantina.
Las puestas de sol imprescindibles
Y llegamos al final. ¿Quién estando en Ibiza se va a perder una de sus mágicas puestas de sol? Está claro que nadie. Pero nosotras te recomendamos las mejores.
En la Cala Benirrás, podrás disfrutar del ambiente hippie que caracteriza a la isla y una bonita puesta de sol con los tambores que se dan cita a diario para despedir el día. Si tu viaje es en familia es preferible que te decantes por Es Canar, una playa accesible y llena de vida junto al mercadillo hippie de Punta Arabí.
Si quieres disfrutar de una puesta de sol, pero estás cansada de la playa, puedes ir al Parque Natural de Ses Salines, que es sinónimo de paz. Ahora bien, si prefieres ir a uno de los lugares más icónicos de la isla tienes que visitar el islote de Es Vedrá. Un espacio lleno de energía en el que se dice que hay fenómenos sobrenaturales.
Por último, no podemos dejarnos Sant Antoni, que es considerado el mejor lugar de Ibiza para contemplar la puesta de sol por su posición geográfica privilegiada, que hace que los atardeceres sean de los mejores del Mediterráneo.
Y, ahora, después de haber conocido la otra cara de Ibiza ¿estás lista para tu viaje?