La Reina de Bastos, según los tarotistas, representa a una mujer fuerte y poderosa y simboliza también las dotes de liderazgo y el desarrollo personal. Por eso la fotógrafa Sara Sapetti escogió esta carta para dar nombre a su proyecto artístico: vincular testimonios de mujeres que han sufrido la violencia de género al arte, la fotografía y las imágenes y significado de las cartas del tarot
El proyecto artístico Reina de Bastos nace con la intención de alzar la voz de distintas mujeres, víctimas de violencia machista. Y lo hace a través de textos e imágenes, que la artista elabora después de entrevistar personalmente a las protagonistas reales de cada historia.
Estas mujeres ceden de forma anónima su testimonio, que la fotógrafa vincula a una carta del tarot y traslada a una fotografía artística. Intentando así que el arte sea terapéutico y animando a las víctimas a hablar, a pesar del miedo.
Este proyecto se basa en una concepción actual del tarot, que se aleja cada vez más de técnicas adivinatorias y agoreras y de aspectos turbios para utilizarse como una herramienta de autoconocimiento o análisis.
Lo que la fotógrafa propone es un juego, una idea original para ayudar a las mujeres que están intentando salir de una situación angustiosa. Solo necesitan una baraja y un momento de recogimiento para iniciar un proceso de introspección muy diferente.
En los dibujos de sus 78 naipes se esconden los arquetipos de nuestra sociedad y la naturaleza del comportamiento humano; nos hablan, por ejemplo, de la motivación en el inicio de un nuevo proyecto, de la capacidad de elección, de la angustia y de la alegría o de la lucha y de la calma.
"Mis primeros acercamientos al tarot fueron en Galicia, a través de mi madre, creo que comenzaron cuando empezó a sufrir el dolor de convivir con alguien que no la quería bien. Tengo el recuerdo ligado al de las mujeres, sus amigas, que le aconsejaron la visita a una tarotista de confianza", explica la artista.
"Existe algo terapéutico en contarle a una tarotista lo que te duele, confiarle tus secretos, mostrarte indefensa, pero no tiene que ver con la bruja, ni con el tarot, tiene que ver con verbalizar aquello de lo que no se habla" añade.
"No recuerdo a ningún hombre en aquel entorno. Luego mi madre se compró su primer mazo y yo, al tiempo, hice lo mismo; recuerdo a mi madre barajando las cartas y me recuerdo a mi misma, jugando con ellas con mis amigas", continúa.
Una de las mujeres a las que entrevistó le confesó: "Durante un tiempo tuve miedo de hablar, y cuando empecé a hacerlo lo hice abrazada por otras mujeres, sentí que me caía y me dejé llevar sabiendo que entre ellas tejían una red de cuidado, una red que estaba para no sentir el vértigo del vacío".
Si callas lo que te duele, si no compartes tus miedos, si no te desnudas y muestras aquello que te avergüenza, el dolor te inunda, el miedo te paraliza y la vergüenza te hace cada vez más y más pequeña.
Hay vergüenza, dolor y miedo en muchas más mujeres de las que crees.
"En tu historia está la de cada una de nosotras, por eso quiero darte voz, por si todavía no te has decidido a gritarle al viento, por que si comienzas contándome tu historia y dejándome que la escriba, empezaremos a hablar de ello, entre nosotras, caminando juntas y sanando las heridas", cuenta Sara Sapetti.
"Hay un momento de catarsis si todas gritamos a la vez. Aunque digan que estamos locas. Por eso, este proyecto empieza con la explicación de la carta de El Loco", basada en el testimonio de Nombre Ficticio.
El Loco
Hace tiempo que vengo alternando con el Loco, fue apareciendo en mi vida a medida que el dolor que todo lo inundaba dejaba paso a la conciencia.
En esta carta, se representa a un joven que camina alegremente al filo de un precipicio. En muchos tarots, le acompaña un perro o un gato, y en una de sus manos, porta un pequeño atillo.
Es la única carta que no está numerada, podría ser la 0 o la 22, por eso se suele colocar al final o al principio del mazo de los arcanos mayores. Esta posición privilegiada nos habla de lo que hay antes del inicio de algo nuevo, o al final de lo que ya ha pasado.
El Loco camina alegre y despreocupado, se deja guiar por sus deseos y confía en el perro o el gato que representan su intuición. Confía en que no va a caer al vacío y juega con el riesgo, experimentando a cada nuevo paso.
Esta carta representa la potencialidad que no ha sido desarrollada aún, lo que está latente, es todo lo que no vemos, pero es posible.
Para mi, fue el inicio de un nuevo yo, un yo necesario que disfruta con la ingenuidad de un niño. En su atillo lleva el conocimiento del pasado, pero no cabe la rabia, no cabe el enfado, no hay nada que pese y, por eso, camina feliz sin mochila que le lastre.
Después de años en los que mi yo mas sensual y sexual fue obligado a un invierno demasiado largo, comencé a dejarme guiar por el libre albedrío, disfrutando del camino, aprendiendo, descubriendo todo lo que se me ponía por delante y reencontrándome para reinventarme.
Busqué en mi interior, para transformarme en otra versión de mí misma, elegí desarrollarme en lo sexual, pese a mi edad, pese al miedo, pese al que dirán.
Me abrí un perfil en Tinder y me atreví a ser, a desear y a disfrutar, con la libertad que da la experiencia y la excitación de los nuevos caminos, siempre comprometida conmigo misma y con mi disfrute, valiente, espontánea y pura.