La digitalización ha convertido al televisor en una pantalla central en las casas, otorgándole un protagonismo que antes no tenía.
Durante décadas, la vida doméstica se ha escenificado en el lugar en el que la familia se congregaba para ver la televisión, pero ahora, la pantalla es más que el televisor. Por eso, que esté bien situada es imprescindible.
Aquí dejamos unos tips para que el lugar elegido sea un acierto.
1. ¿Distancia de seguridad?
Ya no es necesario mantener una distancia de seguridad del televisor para mirarlo. No hace demasiado tiempo se tenía precaución por los perjuicios que la pantalla pudiera causar en la vista. Nunca supimos si era un mito o una realidad.
Con las ya obsoletas recomendaciones de mantener unos cuatro metros en los casos de televisores grandes, la colocación de la pantalla se hacía extremadamente difícil en algunos ambientes.
La proximidad ya no supone un problema gracias a los recientes avances en materia de calidad de imagen. La imagen es clara y no se pixela pese a la cercanía. A menos de esa distancia los puntos que forman la imagen se hacían visibles, generando imágenes pixeladas y menos nítidas.
La distancia óptima entre el aparato y la persona comienza a partir de un metro.
2. ‘Protección solar’
La luz solar siempre ha sido uno de los grandes problemas para ver el televisor. Lo fue en la época de los televisores y continuó siéndolo en la de la tecnología LCD, que se genera a través de lámparas LED que tienen una gran susceptibilidad ante los reflejos, especialmente los modelos OLED y los de plasma. Esa es la razón por la que en casi todos los televisores planos hay que evitar que reciban la luz del sol. El reflejo directo anula parcialmente la imagen.
Ya existen televisores de alta gama y elevados precios que incorporan un sistema de iluminación de gran potencia para intensificar el brillo de todas las zonas de la pantalla.
Para poder evitar los reflejos y eliminar ese problema necesitas un gran presupuesto. Ojalá sea el caso, pero si no lo es, coloca el televisor de tal forma que no reciba directamente la luz solar y si es imposible, procura encargar unas cortinas lo suficientemente opaca para paliar los efectos del sol.
3. Luz artificial
La localización y la forma en la que iluminan las lámparas es un aspecto esencial que tiene consecuencias positivas y negativas en la decoración de una habitación.
Pueden ayudar a crear ambiente y relajara la vista. También hacen que tus ojos se cansen o proyectar reflejos. La vista cansada se acentúa con la iluminación pobre porque el brillo de la pantalla sin otro foco de luz no es apropiado. Otra posibilidad es instalar bajo las molduras, tras los muebles o sobre los cuadros y proyectar la luz sobre la pared para que nuestra vista se relaje.
Las lámparas deben estar relativamente alejadas del televisor para que la pantalla concentre la atención visual. Los reguladores de intensidad son cada vez más habituales por la versatilidad de la iluminación en cada ambiente.
En MagasIn ya os hemos hablado de iluminación.
[Iluminación inteligente: tendencia de decoración al alza para el hogar]
[María Covarrubias, la Maga que hace de la luz un lujo: de Cartier al nuevo Palacio Santo Mauro]
4. No ‘dar en el blanco’
Los colores claros de fondo son un punto de rebote de la luz, por lo cual, colocar el televisor sobre un fondo oscuro es lo ideal. Si no te atreves con un color oscuro, elige al menos uno neutro (gris, topo, tostados, maderas…).
Los papeles pintados y las maderas (o cualquier otro revestimiento blando) son ideales porque mejoran el sonido, mitigando los ecos e insonorizando parcialmente la estancia. Esto, claro está, además de matizar el efecto rebote de la luz.
La ubicación de la pantalla contribuirá al bienestar de tu hogar. Si crees que no está en el lugar adecuado, no temas reubicar los muebles y cambiar su distribución para mejorar tu calidad de vida.