La Fundación Mujeres por África (MxA) ha puesto en marcha la octava edición de ‘Ellas Investigan’, el programa que trae a científicas africanas a centros de investigación en España. Este 2023, las beneficiarias serán 26 mujeres.
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La convocatoria fue abierta el pasado mes de junio y ha recibido 130 solicitudes. El proyecto resulta cada vez más popular entre las científicas africanas. De hecho, esta es la edición más diversa, con candidatas de Etiopía, Tanzania, Zambia, Mauritania, Tongo, Nigeria, Camerún, Túnez, Egipto, Argelia y Sudáfrica.
Por otra parte, este año se han sumado tres nuevos centros a la iniciativa de MxA: el Basque Center for Climate Change (BC3) de Bilbao, el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) en Madrid y el Institut de Ciència i Tecnologia Ambientals (ICTA-UAB) de Barcelona. Además, planean aumentar el número en futuras ediciones.
En total han sido 21 los centros receptores, algunos de ellos aportando dos becas.
Además, el programa ha contado con el patrocinio del Gobierno de Canarias, la Diputación Foral de Vizcaya, la Diputación de Guipúzcoa, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Endesa y la Fundación FCSAI.
El año de las científicas
La gran acogida de esta edición es el punto de partida para 2023, que será el año de las científicas en la Fundación Mujeres por África.
Además de las becas, su programación seguirá impulsando actividades formativas, de divulgación y de transferencia tecnológica, como el II Concurso Science By Women.
Mujeres por África también seguirá apostando por el liderazgo de las científicas africanas y fortaleciendo la consolidada red Now is Africa (Network of Women Innovating in Science in Africa), compuesta por más de 125 científicas que han pasado por el programa.
Tres investigaciones
Para conocer el proyecto desde dentro, conversamos con tres de las beneficiarias de 'Ellas Investigan', Latifa Bouissane, Maryke Labuschagne y Toyosi Fadekemi Igejongbo.
Latifa Bouissanees profesora en la Universidad Sultan Moulay Slimane (Marruecos) y está especializada en química orgánica aplicada. Con la crisis energética actual y los esfuerzos dirigidos para encontrar soluciones alternativas, sostenibles y verdes, la científica considera que el POLYMAT-San Sebastián es un excelente centro de investigación que le permitirá de aprender y adquirir las habilidades necesarias para desarrollar materiales destinados a una aplicación fotovoltaica.
“Participar a este programa es la mejor oportunidad para crecer personal y profesionalmente. Es una oportunidad de tener éxito con un ambicioso proyecto de investigación, de abrirme a otros temas que pueda alimentar las líneas de estudio que tengo en marcha, una oportunidad de aprender, de iniciar colaboraciones con colegas españoles y también de practicar más el idioma que aprendí hace más de diez años, durante mi memorable estancia postdoctoral en España”, apunta.
Le preguntamos qué le gustaría conseguir con esta investigación y primero nos pone en contexto: “El cambio climático, el consumo excesivo de recursos fósiles y la inestabilidad de los mercados de suministro energético son los principales factores que incitan a la Unión Europea y la comunidad internacional a buscar otras fuentes de energía, como las verdes, respetuosas con el medio ambiente, donde los precios son estables. Estas son fáciles de conseguir y aplicar, incluso en las zonas más desfavorecidas".
Por ello, el objetivo de su trabajo es encontrar soluciones para satisfacer la demanda de electricidad, garantizar el derecho de todo ser humano a beneficiarse de una fuente de energía sostenible y verde para llevar a cabo sus tareas diarias y sustentar un desarrollo económico y social.
Y concluye: “Entre las soluciones posibles quiero destacar la energía fotovoltaica, que es una energía verde y sostenible producida por una celda fotovoltaica responsable de transformar la luz solar en energía eléctrica. El objetivo de mi investigación es explorar materiales para que puedan ser incorporados a dispositivos solares capaces de mejorar el rendimiento y la estabilidad del dispositivo y que se conviertan en una tecnología comercial competitiva.”
Por otra parte, Toyosi Fadekemi Igejongbo, de Nigeria, ha sido seleccionada para estudiar en la Plataforma Oceánica de Canarias el impacto de los cambios meteorológicos y oceanográficos sobre la diversidad marina.
La científica explica a magasIN que la industria pesquera marina en Nigeria se encuentra en un estado sobrecapitalizado. "Está disminuyendo la captura de pescado en cantidad y calidad debido a la pobre innovación técnica. Espero aprender de la experiencia de España para mejorar la vida del océano en Nigeria".
Igejongbo cuenta que la oceanografía es un campo emergente en su país de origen y esta capacitación le servirá como plataforma para funcionar de manera efectiva tanto como investigadora como profesora. Pretende que la beca le permita crear soluciones innovadoras para hacer frente a la amenaza del cambio climático sobre aguas nigerianas y sus habitantes, aumentando así la seguridad alimentaria.
Personalmente, la científica considera que el programa le beneficiará en distintos aspectos. En primer lugar, mejorará la calidad de su investigación y promoverá la cooperación entre institutos y países. En segundo, mejorará su carrera, su perfil como experta y le convertirá en una candidata calificada para servicios de consultoría para el Gobierno.
También ampliará el enfoque de su investigación, lo que le ayudará a encajar profesionalmente en una red más amplia y a mejorar su currículum. "Planeo desarrollar mis habilidades de liderazgo y expandir mi red de contactos con una diversa gama de científicos experimentados".
Finalmente hablamos con la investigadora sudafricana Maryke Labuschagne y nos cuenta que fue seleccionada para investigar en el Instituto de Agricultura Sostenible de Córdoba el pasado año.
“Este proyecto me permitió trabajar con científicos de primer nivel en España y pude aprender nuevas técnicas de investigación que hoy puedo aplicar en mi propio estudio en Sudáfrica. Fue una oportunidad para trabajar en equipo y observar cómo funciona el entorno de investigación en un país desarrollado”, comenta.
Su estudio se centra en la mejora genética del valor nutricional de importantes cultivos alimentarios en África. Cuando estuvo en España, Labuschagne investigó sobre la metabolómica como herramienta de la investigación del valor nutricional de los cultivos. Era la primera vez que utilizaba esta técnica.
“Analizamos la influencia de diferentes condiciones de cultivo en los productos metabólicos de las semillas de guisantes y habas. Estos productos metabólicos influyen en el valor nutricional de las semillas. Ahora usaré la misma técnica en Sudáfrica para examinar cultivos importantes allí. Esto agregará una nueva dimensión a la investigación que hemos estado haciendo hasta ahora sobre el valor nutricional de las semillas consumidas por los humanos”.
Retos globales
El programa 'Ellas Investigan' nació en 2014 para que científicas africanas realizasen estancias semestrales de investigación en Centros de Excelencia ‘Severo Ochoa’ de España.
En su primera edición contó con cinco centros asociados: el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), Cento Nacional de Biotecnología (CNB), Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO) y el Instituto de Ciencias de Matemáticas (ICMAT). Ocho años más tarde, cuenta con más de veinte y la cifra sigue creciendo.
El programa, que coordina Anna Fumarola, hoy está enfocado en tres áreas temáticas que responden a retos científicos globales: salud y biomedicina, agricultura y seguridad alimentaria y energía, agua y cambio climático.