Emilia Zaballos fundó su despacho de abogados en 1989. El inusual currículum de esta madrileña [“mezcla de salmantino y extremeña”, en cuya familia “no había nadie vinculado al Derecho”], lo resume ella en diez palabras: “En lo laboral, he tocado el cielo con las manos”.
“Tuve un mentor egipcio que marcó mi vida, se llamaba El Said Elfamy Aldewahad, un hombre santo que conocí en un pleito, ¡en la parte contraria! Él inicialmente se enfadó conmigo pero, cuando me conoció más y vio mi forma de luchar en la vida, se convirtió en una persona de referencia, un sabio de la vida de los que nos cruzamos que quiso mentorizarme".
"Él, ya fallecido, me habló siempre de la coherencia, y del concepto de ubicación, ante una circunstancia, ‘ubícate, ubícate’, porque ‘la mente es un gran sirviente, pero un mal amo’, decía”.
La mediática abogada cuenta cómo su éxito temprano “sucedió porque la oportunidad me pilló trabajando y no tuve miedo de renunciar a cosas. Nunca he tenido miedo. Creo además que en el riesgo está la oportunidad, si es controlado, en el riesgo es donde está el éxito".
"Terminé la carrera con 21 años y monté mi despacho profesional: con 26 años ya tenía 36 personas trabajando para mí y,desde ahí, he continuado trabajando hasta hoy. He buscado y me he rodeado de personas que fueran extraordinarias, algo clave. La suerte existe y pasa a tu lado, pero tiene que pillarte trabajando y bien acompañada”.
Doctora por la Universidad Complutense, Honoris Causa por la Universidad Santander de México, además de otras formaciones en IESE, Zaballos siente que ha creado escuela. “Yo fui innovadora porque fui yo misma: hay grandes abogados que pasaron por mi despacho y que están brillando en otros lugares, eso me llena de orgullo. El que tiene miedo a trasmitir sus conocimientos es porque no está avanzando".
"Mientras estudiaba la carrera, yo daba clases particulares a niños, y a algunos de esos niños a los que enseñé a leer, luego hicieron Derecho y sus prácticas en mi despacho y ahora son grandes profesionales. Así que literalmente les enseñé a leer [sonríe]”.
“Nunca he tenido miedo a transmitir mi experiencia [menciona un programa de mentoring para niñas] y siempre repito que lo que yo he hecho lo puede hacer cualquiera con perseverancia”, explica, añadiendo cómo “tengo despacho en México hasta 2012 y sigo trabajando allí con un acuerdo de colaboración, desde ese año me vinculo muchísimo a este país”.
Medios y Fundación
Saltó a la esfera pública con los casos de Anabel Segura y Sandra Palo, “y otros de impacto mediático. Yo soy penalista por vocación y civil y mercantil por deformación, porque un despacho no se puede mantener solo con el penal, económicamente no es viable. Lo que da solidez es una buena estructura para empresas e inversiones, derecho civil, familia y sucesiones, pero la mayor visibilidad está en el derecho penal”.
“Soy creyente a mi manera y creo en la energía del universo”, continúa, “cuando el universo te da mucho, tienes de devolver el diezmo, y yo decidí dar mucho más, poniendo en marcha una fundación para devolver a la sociedad y empiezo con 27 años. Me hago una promesa: que lo primero importante en mi vida será tener una fundación fuerte, que ayude a la sociedad, que sirva para defender los derechos sin vinculación ideológica y con relevancia social”.
Sobre su fundación, ahora, se muestra satisfecha. “Para mí es importante que cumpla estos 25 años. No tengo hijos ni sobrinos y eso hace que tenga mucho tiempo y energía para cosas de las que me siento tremendamente orgullosa: mi fundación es mi misión de vida”.
Explica cómo ha creado unos premios de Justicia y Derecho, para reivindicar la importancia de este sector cada año. “La sociedad está muy necesitada de referentes que vuelvan a traer a la sociedad principios y valores. Esta gala [que se celebrará el próximo 24 de febrero] premiará a las personas que han destacado por defender derechos constitucionales a lo largo de su vida o puntualmente”.
Para ella, “los valores de todos los seres humanos son iguales, creo en una conciencia universal basada en una serie de principios, a partir de la vida y el honor. Así creció mi pasión por los derechos constitucionales, viajando. Los derechos de los humanos se transmitieron a una serie de mesías que los recogieron en diferentes lugares y surgieron diferentes religiones, pero la base de todo es la misma. Otra cosa es que el ser humano manipule estas escrituras en distintos lugares del mundo para justificar sus decisiones políticas y económicas”.
Leyes con errores
“Funcionamos como un termómetro de la sociedad”, señala, “identificamos dónde hay una vulneración de un derecho fundamental constitucional (vida, cultura, vivienda digna), ponemos en común a las personas, y las ayudamos a darle forma jurídica como plataforma de afectados, o como sea mejor".
"Estas agrupaciones nacen detectando una vulneración y agrupando a una masa de afectados para lograr una presión, que las personas tengan voz mediante acciones colectivas, y ahí están los medios de comunicación también muy necesarios para darnos a conocer. Cuando tenemos ese grupo de presión, cambiamos una realidad social, por ejemplo, con una propuesta de ley”.
Ha representado, entre otras, a la “Asociación de personas víctimas de practicas abusivas bancarias, con muchos pequeños comerciantes y empresarios”. También “a personas que han sido afectadas por demoras de la justicia no justificadas, con la Asociación de Afectados por las dilaciones indebidas” y a la Plataforma de familiares de fallecidos por la pandemia [habla de unos 24.000 afectados, por más de 6.000 muertos], “esta querella está ya en recurso de amparo en el Tribunal Constitucional”.
“La justicia en España existe, pero es lenta y cara: por eso es mala”, menciona. Señala a la Asociación de víctimas de la ley Sí es Sí, “nacida con dos objetivos: que la ley se modifique lo antes posible, porque cada día que pasa los delincuentes están aprovechándose de que en su momento no metieran una disposición transitoria, para que no hubiera efectos retroactivos” y “la indemnización a las víctimas: en menos de dos meses hemos conseguido que el Gobierno se dé cuenta de que es de sabios rectificar a tiempo”.
Para ella, “tiene que haber una responsabilidad mayor” porque, en su parecer, “nuestros políticos no son personas con privilegios, son personas privilegiadas. Trabajan para nosotros y confiamos para que hagan una sociedad mejor: no se trata de que alguien no pueda cometer un error, el problema es mantenerse demasiado tiempo en el error”.
Criptomonedas, CBD y emociones
Con la crisis tras el confinamiento, desde finales del 2020 se encarga también de otro tema candente: “Con las Criptomonedas, muchas personas se han dado cuenta de que sus inversiones eran sistemas piramidales; los que habían invertido directamente en ellas, no, pero el 80% habían invertido en plataformas, y la primera querella que se admite en la Audiencia Nacional involucra ahora a un grupo con casi 1.000 afectados y 818 millones de euros”.
En relación a la Asociación de afectados por inversiones en CBD, “hubo muchas personas que comenzaron obteniendo beneficios por sus inversiones en plantas de cannabis, a las que se ofrecieron rentabilidades de entre el 36% y el 56% por cosecha de unos 100 días, lo cual después resultó ser un engaño, existiendo más de 120.000 afectados en el mundo, de los cuales 40.000 son españoles”.
Más de 3.000 personas son representadas por ella. En paralelo, comparte otras iniciativas sociales como “Emociones en red, en la que durante 11 meses dimos soporte psicológico y psiquiátrico a las personas que habían perdido a alguien en la pandemia. Contando con especialistas, psicólogos y psiquiatras, con un conocido webinar los jueves, sobre cómo superar un duelo, o la pérdida de un ser querido”.
Y también la organización del Corona Fest, “un festival con un montón de artistas conocidos cantando 24 horas y el dinero que se donó fue la mitad a la Fundación Madrina para alimentar a 3.500 familias, y el otro 50% a Viena Capellanes, que puso la logística y estructura para llevar comida a los médicos de IFEMA durante la pandemia”.
Por último, reivindica que se apruebe cuanto antes “una buena ley de mecenazgo, porque las ONGs, la investigación y el arte y la cultura no tienen ayudas en este país. En Estados Unidos el micromecenazgo es del 110%, aquí no hay cultura de mecenazgo porque no se inculca".
"Si hay algo que he aprendido es que el ser humano, ante todo y ante una catástrofe especialmente, es muy solidario, incluyendo lo que hemos visto en la pandemia, hemos salido de ella gracias al codo con codo de los ciudadanos y a esa necesidad de supervivencia... como presidenta de mi fundación, me cuestiono mucho las cosas y me gusta pensar que los cambios se producirán gracias al esfuerzo conjunto y a la acción. No al decir, sino al hacer”.