En Afganistán, el movimiento fundamentalista talibán ha anunciado una nueva medida que restringe aún más los derechos de las mujeres: ya tienen prohibido el acceso al gran parque nacional de Band-e Amir, uno de los más conocidos y frecuentados del país.
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El ministro en funciones para la Prevención del Vicio y la Propagación de la Virtud, Mohamed Jaled Hanafi, explicó que la decisión "había sido adoptada tras observar que muchas visitantes no llevaban el tradicional hiyab dentro del parque para cubrir su rostro, por lo que ha decidido prohibir su acceso al mismo hasta encontrar una solución", según recogió ayer la cadena afgana Tolo News, mencionada por Europa Press.
Este lugar de atracción se distingue por contar con seis lagos, ubicados en las montañas del Hindu Kush del Afganistán central aproximadamente a 3000 metros de altura, al oeste de los famosos Budas de Bamiyán. En 2004, Band-e Amir se convirtió formalmente en Patrimonio de la Humanidad y cinco años más tarde, pasó a ser el primer parque nacional de Afganistán. Era uno de los pocos lugares a los que aún podían acudir las mujeres en familia.
Numerosas voces ya se alzaron para denunciar la prohibición. Entre ellas, la de la exdiputada afgana Mariam Solaimankhil quien compartió un poema en la red X, anteriormente Twitter, con un mensaje contundente "volveremos, estoy segura". Fereshta Abbasi, de Human Rights Watch, señaló que a las mujeres se les había prohibido visitar el parque en el Día de la Igualdad de la Mujer y escribió que era una "total falta de respeto hacia las mujeres de Afganistán".
Otro representante de alto nivel que también criticó la decisión fue Richard Bennett, Relator Especial de la ONU sobre derechos humanos en Afganistán, quien preguntó por qué impedir que las mujeres visiten Band-e-Amir "era necesario para cumplir con la Sharia y la cultura afgana".
Una política de restricciones
Este anuncio se enmarca en la política de restricción de los derechos fundamentales de las mujeres, aplicada desde el retorno al poder de los talibanes en Afganistán, en agosto de 2021. Desde su llegada al poder, por la fuerza, tomaron varias medidas destinadas a limitar la libertad de la población femenina: decidieron impedir el acceso de las niñas a la educación secundaria y de las mujeres a la universidad e instituciones, como las ONG.
Más recientemente, los talibanes ordenaron el cierre de salones de belleza y peluquerías. "Mi esposo está desempleado y este salón de belleza es la única fuente de ingresos para alimentar a mi familia. Tengo cuatro hijos, necesitan ropa, comida y tienen gastos escolares", explicaba una mujer propietaria de su peluquería a la CNN, el pasado mes de julio.
Varios organismos trabajan a diario para que las condiciones de las mujeres puedan mejorar y contar con más visibilidad. La ONG Afghan Women Strong pidió, por ejemplo, a la comunidad internacional que utilice sus plataformas de difusión para concienciar, contar lo que sucede a través de fuentes fiables y donar a organizaciones benéficas que proporcionen ayuda a los afganos, inmigrantes y refugiados.