Los Príncipes de Gales son un matrimonio unido, tanto en lo sentimental como en su faceta oficial, con una intensa agenda conjunta además de la individual que tiene cada uno. Sus apariciones públicas hacen las delicias de los seguidores royal y aumentan sus cuotas de popularidad, que los sitúa en los primeros puesto de la lista por encima incluso del rey Carlos III. El próximo 7 de noviembre, había una cita importante marcada en el calendario que suponía un viaje internacional para Guillermo y Kate Middleton.
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Se trata de los premios Earhshot, creados por el propio príncipe para destacar a personas u organizaciones que presenten soluciones impactantes y sostenibles para los problemas ambientales de la Tierra. Instaurados en 2021, durante las dos primeras entregas la heredera siempre ha acompañado a su marido y ha deslumbrado con looks impecables.
Este 2023, sin embargo, Kate ha decidido no ir, por lo que Guillermo atenderá la gala solo en Singapur. No se trata de un capricho o de problemas con otros deberes institucionales, existe un motivo de peso para justificar tan sorprendente decisión.
Pese al importante puesto que ocupa en la monarquía, la Princesa ya ha dejado claro en los últimos tiempos que sus obligaciones como madre son prioritarias, incluso por encima de su faceta oficial. Pasar tiempo con George, Charlotte y Louis y estar muy pendiente de su educación es el número uno de sus preocupaciones. En 2020, en una carta remitida a This Children Hospice Week, una institución con la que colabora, escribió: "Para mí, como madre, los momentos familiares simples, como jugar afuera, son los que aprecio. Pasar tiempo de calidad juntos es un aspecto importante de la vida familiar".
Ahora, demuestra cuán importante es causando baja en una cita muy especial para Guillermo. La razón es clara: la misma semana en que se celebran los galardones Earthshot su hijo mayor tiene varios exámenes y ella quiere estar a su lado para ayudarle a prepararlos y apoyarle en todo. George, de diez años, se encuentra en un momento crucial de su formación,podría terminar este año su etapa en el colegio Lambrook de Berkshire y se prepara para entrar en secundaria, por lo que las calificaciones son importantes. Es muy probable que vaya a estudiar a Eton, como hizo su padre, y de hecho el pasado mes de junio los Príncipes de Gales visitaron el prestigioso centro con él.
Así pues, este año la esperada gala no podrá contar con el glamour que Kate le imprime. En la primera edición apostó por un vestido de aire helénico de Alexander McQueen en colo empolvado con cinturón metalizado. En 2022, dio la sorpresa luciendo un diseño de escote barco en el color ecologista por excelencia, el verde. Lo curioso es que era alquilado: recurrió a la empresa Hurr para poder lucir un modelo de la firma Solace London. Un gesto de sostenibilidad muy aplaudido. Aunque la prenda en cuestión tenía un precio de 288 euros, ella pagó por usarlo menos de la mitad. La cita fue en Boston y Kate añadió un chocker de esmeraldas que había pertenecido a su suegra, Lady Di.