Este lunes, 6 de noviembre, la activista y recientemente galardonada con el premio Nobel de la Paz Narges Mohammadi se ha declarado en huelga de hambre para protestar por la negación de cuidados médicos en prisión y el uso obligatorio del velo islámico en Irán.

Mohammadi, que cumple condena en la cárcel de Evin (Teherán), ha comenzado hoy una protesta para denunciar la "política de la República Islámica de retrasar y desatender los cuidados médicos de los prisioneros enfermos", destaca la agencia EFE. Según han comunicado sus familiares, la periodista de 51 años habría informado en las horas previas y a través de un mensaje de que ha comenzado una huelga de hambre.

"Estamos preocupados por el estado físico y la salud de Narges Mohammadi", recalcan desde la cuenta dedicada a la activista en Instagram. En el comunicado, sus allegados denuncian que, después de que la activista recibiera los resultados de un electrocardiograma llevado a cabo por un "doctor de confianza", esta debería haber sido transferida de emergencia a un centro especializado en atención cardíaco-pulmonar. Pero el traslado nunca llegó a realizarse.

[Narges Mohammadi, la activista iraní que recibe el Nobel de la Paz desde una celda en Teherán]

La familia denuncia que las autoridades "rehúsan darle acceso" a estos tratamientos por la negativa de la activista a usar un hiyab en el traslado de la prisión al centro médico. "Un fiscal ha dado órdenes para que no sea trasladada bajo ninguna circunstancia si no se cubre con un velo", expresan. En la misma nota, la familia también ha recalcado la responsabilidad de la República Islámica ante "lo que le ocurra a nuestra querida Narges".

Laureada desde la cárcel

En octubre de este año, el Comité Nobel noruego concedió el galardón de la Paz a Mohammadi por su activismo "contra la opresión de las mujeres en Irán y su lucha para promover los derechos humanos y la libertad para todos". 

"Lo que está absolutamente claro es que las mujeres de Irán han sido una fuente de inspiración para el mundo. Hemos visto su valentía y arrojo frente a las represalias, la intimidación, la violencia y las detenciones”, enfatizó la portavoz de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Liz Throssell, al anunciarse su reconocimiento.

Sin embargo, las autoridades iraníes contemplaron la obtención del premio como una medida de presión de Occidente. Mohammadi cumple actualmente una pena de 10 años en la cárcel de Evin por la "difusión de propaganda contra el Estado". A lo largo de su trayectoria como activista, la iraní ha pasado por 13 detenciones, 5 condenas de prisión y más de 150 latigazos. 

En todo este tiempo, las autoridades han privado a Mohammadi de todo contacto con sus hijos, dos gemelos de 16 años que llevan la mitad de su vida sin poder ver a su madre. Su marido, Taghi Rahmani, un escritor y también activista que estuvo encarcelado durante 14 años en Irán, vive exiliado junto a los dos menores en Francia. 

El 16 de septiembre, ella y otras tres prisioneras quemaron sus velos en el patio de la cárcel conmemorando el aniversario de la muerte de Mahsa Amini, la joven kurda que falleció bajo custodia de la policía de la moral iraní en 2022. Mohammadi se ha manifestado en numerosas ocasiones en contra del velo obligatorio y las lamentables condiciones de vida de las prisioneras, que con frecuencia incluyen episodios de abuso, aislamiento y privación de los derechos básicos.

Esta no es la primera vez en la que la salud de la Nobel de la Paz preocupa fuera de la prisión. En julio de 2020, Amnistía Internacional aseguró que la defensora de los derechos humanos presentaba síntomas compatibles con la COVID-19, y que "a pesar del empeoramiento de su estado, las autoridades continuaban negándole atención médica y la recepción de los resultados de las pruebas que se le realizaron entonces.

"Están poniendo en peligro su salud y su vida", denunciaron entonces, alertando del hecho de que la activista padece una enfermedad pulmonar y tiene debilitado el sistema inmunitario por unas operaciones quirúrgicas a las que se sometió en 2018 y 2019.