Marina caza leones en el cielo
Marina se queda con todos nosotros, en los pensamientos de quienes leéis hoy y con un mensaje para quienes estén en su situación.
El pasado 29 de febrero publicamos una noticia dramática bajo el titular "Drama en la Complutense: muere una alumna al lanzarse desde el edificio de Geografía e Historia": https://www.elespanol.com/madrid/sociedad/20240229/drama-complutense-muere-alumna-lanzarse-edificio-geografia-historia/836416789_0.html
La leí y pensé en lo fácil y lo difícil que es ser joven ahora. Me pareció una noticia muy triste, pero todo va demasiado rápido.
Hablamos de lo trascendente en apenas unos minutos. Lo grave, lo que marcará a una familia de por vida y lo que haya hecho imposible que la vida de Marina continúe, queda así, en una noticia que da a conocer una muerte inesperada.
Seguí con mi día a día. Eso, el niño que murió en la secadora, la guerra, el incendio de Valencia… las vidas se cortan de manera inesperada y estamos habituados a escuchar de fondo las tragedias sin parar nuestros ritmos frenéticos.
Hace apenas una hora recibí un mensaje de WhatsApp. Me remitía el link y solo cinco palabras.
-Hola, Cruz… era mi hija.
Un profesor universitario y abogado, con el que he tenido la oportunidad de trabajar, me escribía con el corazón hecho añicos y esperando encontrar algo al otro lado del teclado. ¿Qué podía decir? Nada, habría sido una egoísta intentando enviar unas palabras de consuelo.
Marina no está y su vida se queda llena de preguntas, de ansias, de nostalgia y de melancolía. Qué tristeza tan grande… le pregunté qué podía hacer, como si pudiera hacer algo. Él me ha dicho que ayudaba con el mero hecho de que él supiera que estoy aquí.
Me ha escrito que Marina le había regalado a su madre mi libro Cazar leones en Escocia en Reyes y me ha tocado el corazón. Cuando una escribe una novela, no imagina los mensajes que pueda llevar consigo.
Y no puedo dejar de escribir este pequeño homenaje a Marina. Si ella sabía lo que estaba regalando, esa historia trata sobre madres e hijas, sobre cómo en la mayoría de las ocasiones, no llegamos a conocer los sentimientos, las emociones y las debilidades de nuestras madres.
Cata, una de las protagonistas, deja escritas unas cartas a su hija Miranda para que busque su lugar en el mundo cuando ella muera. Pretende enseñarle a sacar partido de su vida, dándole datos sobre ella que siempre le había ocultado. Quería que la conociera bien para que pudiera aprovechar su muerte, para encontrar una forma de ser feliz a pleno rendimiento.
Miranda y Marina son casi una aféresis. Tienen las mismas letras salvo la 'd'. Pero, en la vida real, la que se ha ido, ha sido ella. Para una hija es más fácil ser feliz sin una madre. Para unos padres, el camino es más duro. Es totalmente 'contra natura'. Puede ser que la elección del libro fuera pura casualidad pero Marina me ha dejado pensando en si lo era.
Esta semana celebramos el Día de la Mujer. Y para mí esta semana estará teñida por un deseo: que las niñas y las jóvenes siempre tengan ansias de vivir y esperanza en el futuro. También espero que cuando leamos noticias así, pensemos en las personas más allá de los hechos.
Marina se queda con nosotros, con todos nosotros, en los pensamientos de quienes leéis hoy y con un mensaje para quienes estén en su situación.
Les pido que dediquen unos pensamientos a la memoria de Marina y que recen, con oraciones religiosas o laicas. Piensen en ella, siéntanla.
Marina estará Cazando leones en el cielo, o donde esté, y nunca sabremos si ese mensaje de la novela, si ese regalo de Reyes sería una intención o una casualidad. No podemos preguntárselo, pero era uno con un mensaje claro.
Sus padres, su familia y sus amigos siguen llorando su pérdida. Y nosotros, no podemos agotar nuestros pensamientos en la lectura de un día 29 de febrero, una fecha que estará borrada del calendario los próximos tres años.
DEP, Marina.