La espera ha merecido la pena. Tras años alejada de la competición para recuperar fuerzas, tras su crisis por salud mental en los Juegos Olímpicos de Tokio, Simone Biles nos ha brindado una espectacular primera demostración en la barra de equilibrio de la clasificación por equipos. Ha obtenido una puntuación de 14,733 —una de las más altas durante la mañana— y, lo más importante, sin penalización, porque la ejecución ha sido impoluta. 

Y es que, la pasión de Biles por la gimnasia artística viene de años atrás. Con tan solo 6 años, daba comienzo la carrera deportiva de la que ya podemos llamar la 'diosa' de las olimpiadas con 7 medallas de los Juegos en su palmarés. Una historia que se iniciaba con una recomendación —de lo más inocente— por parte de unos instructores tras ver alguna que otra voltereta espontánea de la estadounidense: "¿Han pensado alguna vez en inscribir a su hija en un instituto de gimnasia?". 

Nacida el 14 de marzo de 1997 en Columbus, Ohio, la joven estadounidense ha vuelto este domingo, 28 de julio, a unos Juegos Olímpicos —París, en este caso— tras su retirada de Tokio en 2021 por problemas de salud mental. De este modo, se confirma, una vez más, que Biles no es solo sinónimo de excelencia en la gimnasia artística, sino también de perseverancia por su búsqueda constante hacia la mejor versión de sí misma. 

Desde que anunciaba su pausa deportiva, la gimnasta sumó 732 días hasta que regresó a un tatami. Volvía a competir en su tan querido deporte, y lo hacía por todo lo alto —como no podría ser de otra manera— con la victoria en el US Classic. 

Ahora, la joven espera que su participación en las olimpiadas se dé con tranquilidad y confía en que la historia de Tokio no se vuelva a repetir. Y es que, hace frente a las medallas con un escenario algo diferente: cuenta tres años de trabajo en sí misma y el apoyo de su marido. "Creo que por todo lo que he pasado, quiero superar todos los límites, Quiero ver hasta dónde puede llegar", aseguraba la participante durante una entrevista. 

Retirada en Tokio

A pesar de no poder competir en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, por ser demasiado joven, Biles se presentaba al mundo un año más tarde en el Campeonato de Amberes, ganando dos medallas de oro, incluyendo el codiciado título del concurso completo.

Fue su innovador movimiento en el ejercicio de suelo, conocido como el 'Biles', un doble trazado con medio giro, lo que la colocó firmemente en el panteón de la gimnasia. 

Pasaba de una medalla a otra, de un campeonato a otro hasta que, en los Juegos de Tokio de 2020 —celebrados en 2021 debido a la pandemia—, se paró el mundo para la olímpica. Aunque llegó como favorita indiscutible, su participación se truncó cuando se retiró de cinco finales para las que se presentaba

¿La razón? Un fenómeno conocido como twisties, un bloqueo mental que hace que las gimnastas pierdan la noción de su posición en el aire y, por tanto, pierdan el equilibrio. A raíz de ello, la estadounidense explicó que estaba sufriendo una crisis de salud mental y decidió priorizar su bienestar sobre la competencia. 

"Cada vez que te encuentras en una situación de mucho estrés, te asustas un poco", dijo Biles a los periodistas. "Tengo que concentrarme en mi salud mental y no poner en peligro mi bienestar", añadía. Una decisión que fue recibida con una mezcla de sorpresa y apoyo, pero que puso en relieve la importancia de la salud mental en los deportes de élite. 

Caso Nassar

Tras el parón deportivo de Tokio, Biles pasó dos años fuera de la competencia, enfocándose en su recuperación mental y emocional, lo que se convirtió en un período crucial para ella y no solo por los Juegos. La joven tenía que hacer frente también a los múltiples abusos sufridos a manos de Larry Nassar, el ex médico del equipo de gimnasia de Estados Unidos. 

El ya condenado a 175 años de prisión, agredió sexualmente a, al menos, 265 gimnastas durante su tiempo como médico olímpico. Y desde que se hizo público el caso, Biles se convirtió en una de las voces más prominentes en denunciar los abusos perpetrados. 

"Últimamente, me he sentido rota y cuanto más trato de apagar la voz en mi cabeza, más fuertes son los gritos. Ya no tengo miedo a contar mi historia", contaba en una emotiva carta compartida en X (antes Twitter). 

Además, durante su testimonio ante el Senado, en septiembre de 2021, Biles expresó su indignación y dolor por la falta de acción de las autoridades deportivas y del FBI. "Nos han defraudado y nos deben explicaciones. Un sistema entero permitió y perpetró ese abuso", declaró. 

'Vuelve a volar'

Después de trabajar intensamente en su recuperación, la estadounidense parece estar lista pare regresar a la competencia durante los Juegos Olímpicos de París. A sus 27 años, está decidida a demostrar que su retirada de Tokio fue solo un alto en su camino hacia la grandeza. 

Pero la vuelta de Biles a la competición olímpica no solo es un hito deportivo, sino también una fuente de inspiración para millones de personas en el mundo. Una historia que ha sido capturada en un documental recién estrenado en Netflix, donde se narra su viaje desde los Juegos de Tokio hasta su preparación para París 2024. 

Simone Biles vuelve a volar es una mirada íntima a los desafíos que ha enfrentado, destacando la importancia de la salud mental en el deporte.

Ahora, se espera que la joven vuelva a dejarnos sin palabras con sus asombrosas pruebas en el Bercy Arena. Su primera demostración ha sido este domingo, 28 de julio, y se estima que la última sea el próximo 4 de agosto, con la final de barras asimétricas.