El 58% de las españolas dice tener únicamente conocimientos básicos.

El 58% de las españolas dice tener únicamente conocimientos básicos. Julia Ramírez

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Por qué el modelo Georgina o 'a la caza del millonario' es una estafa social: así te atrapa dependencia económica

La violencia económica, que se calcula afecta a 2.350.684 españolas, es una de las más invisibilizadas. Y las redes, sin querer, la promueven entre los jóvenes.

Marita Alonso
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Diversos estudios demuestran que la educación financiera de nuestro país está en números rojos. Mientras que la 'Encuesta Funcas 2023' sobre cultura financiera indica que el 36 % de españoles de entre 18 y 64 años admite no saber lo necesario para tomar decisiones financieras adecuadas, el 'Estudio Actualidad: Educación financiera' del Observatorio Cetelem revela que el 59 % reconoce tener "conocimientos financieros básicos" y el informe 'Hábitos de ahorro e inversión en España' del broker XTB refleja que un 40 % tiene una capacidad cero de ahorro.

Pero los datos son aún más preocupantes al hablar de la situación de las mujeres a la hora de hablar de dinero. Según el último estudio 'Mujer y Finanzas' de Mastercard, el 58% de las españolas dice tener únicamente conocimientos básicos y un 11% asegura que su conocimiento es absolutamente nulo.

¿Los motivos? El 55% considera que se debe a que las mujeres asumen trabajos no remunerados (71%); ganan menos que los hombres (54%); deciden ser madres a tiempo completo y abandonan su carrera profesional (44%); o deciden depender económicamente de alguien más (11%).

Sin embargo, como asegura Paloma Real, directora general de Mastercard España, "lo que está claro es que las mujeres de hoy desean una mayor independencia financiera. Aunque creen que les va mejor que a las generaciones anteriores, todavía hay progresos que hacer y barreras que superar para que todas sientan que esto es posible".

La importancia de la independencia financiera

Las cifras son especialmente preocupantes ante la creciente fuerza en redes sociales de figuras que ayudan a las internautas a "cazar a un millonario", diciendo muchas de ellas con orgullo que dejaron sus profesiones para pasar a depender de sus adineradas parejas, algo que en el caso de que el final no sea precisamente feliz, en muchas ocasiones tiene resultados delicados.

"Una de las más importantes consecuencias es que muchas mujeres sienten una dependencia mayor a sus parejas masculinas. Esto hace que algunas vean inviable dejar la relación porque se sienten totalmente inútil en el ámbito financiero, algo que supone una barrera que no se ven capaces de superar. La siguiente, muy grave, es que en un porcentaje muy alto de los divorcios a edades superiores a los 60 años la mujer queda en una situación de pobreza", explica Laura Encina, autora de Tu vida, tus normas, tu cuenta bancaria. Activa tu mentalidad millonaria y pon a trabajar tu dinero (Roca Editorial, 2024) a Magas.

Es en este punto en el que resulta además conveniente hablar de la violencia financiera, una de las formas de violencia menos investigadas y que ha tenido una escasa consideración hasta el momento.

La población más adulta no ha estado expuesta a la educación financiera.

La población más adulta no ha estado expuesta a la educación financiera. Unsplash

Sus consecuencias son el control económico (el agresor lo ejerce mediante acciones dirigidas a impedir que la víctima acceda o tenga conocimiento sobre las finanzas y pueda tomar decisiones económicas), la explotación económica (el agresor se apropia o destruye intencionalmente los recursos económicos o el crédito de la víctima) y el sabotaje laboral (el agresor realiza acciones que impiden a la víctima obtener o mantener un empleo).

Según el estudio 'La violencia económica en España', el 12% de las mujeres la sufren en nuestro país y 2.350.684 mujeres residentes en España con 16 años o más podrían haber sido víctimas de ella. "El grado de dependencia económica que la mujer arrastre de su convivencia con el maltratador actuará como barrera en sí misma para impedir o limitar la salida de la violencia. Pero también afloran como obstáculos la falta de jurisprudencia clara al respecto, junto a las características mismas del funcionamiento del sistema judicial, el miedo a las amenazas del agresor, la reticencia a denunciar y/o el desgaste de las víctimas, el desconocimiento de las y los profesionales que las pueden atender y la ausencia de mecanismos de alerta en determinados agentes", indica el informe.

Tampoco ayuda el mensaje que docu series como el de Soy Georgina venden, pues pese a que ella ha creado un imperio al margen del de su pareja, Cristiano Ronaldo, vende con mucho orgullo también el mensaje de que es capaz de dejarlo todo siempre que el futbolista ha de trasladarse a la otra punta del mundo a vivir a causa de su trabajo sin importarle (o eso hace ver ante las cámaras de Netflix) dejar atrás su vida, sus costumbres e incluso a su grupo de amigos y familiares. El amor, asegura, todo lo vale, pero muchas mujeres precisamente no se preocupan realmente del valor de saber lo que vale la cultura financiera.

Richard Gracia, empresario, inversor y experto en finanzas e inversión, asegura que aunque en sus formaciones cuenta ya con un 60 % de alumnas, todavía queda mucho por hacer, pues la población más adulta no ha estado expuesta a la educación financiera.

"Es algo que en el colegio no se enseña y por supuesto, en los hogares era un ámbito que se enseñaba aún menos en el caso de que se tratara de mujeres. Advierto en clase que el problema es en muchos casos las creencias y la repetición de frases como 'los números y las finanzas se me dan fatal'", explica el experto.

"Hay un primer paso, que es mental, que tiene un papel potente. Lo fundamental es comenzar a cambiar esa mentalidad, porque la parte técnica es más sencilla de lo que parece. Es casi más difícil dar el salto de tomar las riendas y decidir formarte y educarte. En un mes puedes cambiar esa mentalidad y cuando lo haces, en dos o tres meses puedes cambiar las cosas", asegura.

"Es importante hacerlo, porque como hemos comentado, si una mujer depende de la pareja económicamente, se sentirá más atrapada en la relación y posiblemente esté más dispuesta a aguantar situaciones que de ser independiente en el ámbito financiero, no toleraría. Esa menor independencia genera vértigo y miedo. La independencia económica empodera en muchos aspectos", asegura.

En el caso de que la violencia se haya manifestado bajo la forma de sabotaje laboral, las mujeres que han sido aisladas y apartadas durante años de estudios y carreras profesionales, ante la gran dependencia del maltratador y la falta de autonomía, se enfrentan a la consiguiente pérdida de oportunidad de recuperación personal tras la separación. Por ello, resulta vital rebajar la brecha de género económica y abrazar la educación financiera cuanto antes.

Pero ojo: quienes no tienen pareja, por descontado, también han de tomar las riendas de la economía, como explica Encina, especialmente en un presente en el que frente a los salarios percibidos, los precios resultan desmedidos.

"A día de hoy, con los salarios medios una persona, tiene que ahorrar entre 10 y 15 años para dar la entrada de una vivienda. Tenemos que entender que poder tener una mayor calidad de vida y aspirar a cosas materiales esenciales, no vale solo con saber ganar dinero sino también es necesario aprender a gestionarlo y hacerlo crecer", asegura.

"Por suerte, cada vez son más las mujeres que deciden emprender y en España tenemos muchísimo talento femenino. Hace unos meses creé el pódcast @femmerevolution para visibilizar justamente este talento. Creo que las mujeres hemos avanzado en muchos derechos y ahora nos queda aplicarlos a nuestra vida cotidiana: que no se dé por hecho que al formar una familia ella sea siempre la que tenga que prescindir de su empleo o reducir su jornada y que nosotras nos quitemos ese síndrome de la impostora que llevamos muchas veces marcado a fuego", señala.

Motivos y soluciones

El informe 'Diferencias de género en competencias financieras' del Banco de España analiza la brecha de género en educación financiera y asegura que el 40% de la brecha en el conocimiento sobre finanzas se debe a los factores relacionados con el contexto sociocultural, la educación, el interés y las normas sociales.

"Tradicionalmente las finanzas han sido un tema de hombres. Ellos eran quienes llevaban el dinero a casa y quienes a priori tomaban las decisiones importantes sobre el mismo: dónde invertir, qué coche comprar, etc… sin embargo, muchas mujeres administraban el dinero 'de puertas hacia dentro', en lo relacionado más con el día a día", señala Encina.

La brecha de género en conocimientos financieros entre hombres y mujeres se sitúa en 10 puntos porcentuales según el estudio de Fucas de 2024, 'La actual brecha de género en la educación financiera'.

Entre algunas de las medidas que se contemplan se incluyen desarrollar programas de educación financiera.

Entre algunas de las medidas que se contemplan se incluyen desarrollar programas de educación financiera. Unsplash

Mientras que un 58% de los hombres responde correctamente a preguntas financieras básicas, dicho porcentaje sólo llega al 48% en el caso de las mujeres. Para rebajar la brecha de género en materia financiera, subrayan la importancia de implementar programas inclusivos y accesibles que aborden específicamente estas diferencias y que promuevan una mayor igualdad de género en la educación financiera.

"Entre algunas de las medidas que se contemplan se incluyen desarrollar programas de educación financiera que estén diseñados específicamente para abordar las necesidades y desafíos particulares que enfrentan las mujeres. Además, puede ser clave desarrollar programas y recursos que fomenten la confianza financiera en las mujeres, incluida la educación sobre la importancia del ahorro, la inversión y la toma de decisiones financieras informadas", explican.

Diferencias en inversión y gestión

En el momento en el que se abraza la economía, se perciben también diferencias a la hora de invertir entre hombres y mujeres, algo que queremos señalar para finalizar el tema. "Los hombres, en general, tienden a ser más polares y a tomar más riesgos, mientras que las mujeres suelen ser más cautas. En general, tienen menos disposición al riesgo y hacen inversiones más tranquilas y menos transacciones. Suelen preferir hacer una cartera de inversión indexada y diversificada para invertir en las mayores empresas del mundo cada mes una cantidad fija. Buscan inversiones, en definitiva, más tranquilas y estables", asegura Richard Gracia.

A la hora de gestionar el dinero, Laura Encina también advierte diferencias. "A grandes rasgos, hay ciertos patrones que se cumplen en una mayoría. Las mujeres tienden a ser más cuidadosas con el dinero y a prestar mayor atención a los pequeños detalles. Aunque suelen ser más conservadoras en las decisiones, en muchas ocasiones, tienden también a los gastos compulsivos", explica.

¿Por qué es importante no olvidarnos de estas diferencias? Porque como señalan las autoras de Girls Just Wanna Have Funds: A Feminist Guide to Investing (DK, 2022), necesitamos menos comportamientos estereotipados de género, modelos a seguir más fuertes y resistir la tentación de imitar comportamientos normativos para encajar.

"Las mujeres están en desventaja tanto en lo que respecta a la confianza como a los asuntos financieros. Todos tenemos la responsabilidad de cambiar el status quo, especialmente quienes ostentan mayores privilegios. Muchas redes femeninas prácticamente enseñan a las mujeres a comportarse como hombres. Al hacerlo, lo único que se consigue es permitirles permanentemente jugar un partido en casa y decirles a las mujeres que el mundo es de los hombres y que las mujeres deberían aprender a jugar el partido fuera de casa todos los días durante el resto de su carrera. Más bien, deberíamos tener un campo de juego conjunto donde todos puedan realmente estar", escriben sus autoras.

Para jugar el partido de la igualdad, la educación financiera es clave, pero también visibilizar las desigualdades, tener la intención de cambiar las cosas y como señalaba Richard Gracia, cambiar la mentalidad.