Anfiteatro romano en Santiponce, Sevilla.

Anfiteatro romano en Santiponce, Sevilla. iStock

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Ni Tarragona ni Mérida: este es el pueblo español con uno de los anfiteatros romanos más grandes del mundo

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La influencia de Roma en la península ibérica dejó una herencia monumental que sigue fascinando hoy en día. Uno de los testimonios más impresionantes de esta época se encuentra en Santiponce, un pequeño municipio a solo 7 kilómetros de Sevilla, donde se alza el conjunto arqueológico de Itálica, una de las ciudades romanas más antiguas de Hispania y cuna de dos de los emperadores más influyentes de Roma: Trajano y Adriano.

Este yacimiento es mucho más que un simple sitio arqueológico: alberga uno de los anfiteatros romanos más grandes del mundo y uno de los mejores conservados fuera de Italia. Con capacidad para unos 25,000 espectadores, este anfiteatro refleja la monumentalidad y el poder que Roma alcanzó en sus provincias, rivalizando con otros grandes anfiteatros como los de Mérida o Tarragona.

Recorrer Itálica es sumergirse en un pasado glorioso, explorando sus calles, mosaicos y restos de templos que muestran la vida y el esplendor de una ciudad romana. Además de su impresionante anfiteatro, el sitio es un reflejo del legado cultural y arquitectónico que hace de Santiponce un destino imperdible para quienes deseen conocer la historia y la cultura española desde sus raíces.

Itálica: cuna del Imperio romano de Occidente

Fundada en el año 206 a.C. por Publio Cornelio Escipión "El Africano", Itálica surgió como asentamiento para soldados romanos heridos en la Segunda Guerra Púnica. Situada entre Hispalis (Sevilla) y Alcalá del Río, fue una de las primeras colonias romanas en Hispania y rápidamente se convirtió en un núcleo importante.

Itálica se destaca no solo por su posición estratégica, sino también por ser el lugar de nacimiento de dos emperadores influyentes: Trajano y Adriano. Este vínculo imperial dio un especial impulso a la ciudad, especialmente bajo el reinado de Adriano, quien llevó a cabo reformas y proyectos de construcción.

Ruinas romanas de Itálica, Santiponce, Sevilla.

Ruinas romanas de Itálica, Santiponce, Sevilla. iStock

Uno de los logros más emblemáticos de Adriano fue el anfiteatro monumental de Itálica, que podía albergar a unos 25.000 espectadores y es uno de los más grandes de su tiempo. Este anfiteatro, entre los mejor conservados fuera de Italia, sorprende hoy por su tamaño y diseño.

Hoy, Itálica es un testimonio vivo de la historia romana en España, permitiendo a los visitantes explorar el esplendor de una ciudad fundamental para el Imperio romano de Occidente.

El anfiteatro de Itálica: monumento al esplendor romano

El anfiteatro de Itálica es uno de los más grandes del Imperio romano y el mayor fuera de Italia. Con unas dimensiones de 160 metros de largo y 137 de ancho, tenía capacidad para albergar a 25.000 espectadores, una cifra que solo superan el Coliseo de Roma y los anfiteatros de Capua y Pozzuoli. Esta imponente construcción refleja el esplendor de Itálica durante el mandato del emperador Adriano.

Construido entre los años 117 y 138 d.C., el anfiteatro no solo fue sede de espectáculos de gladiadores y luchas de fieras, sino que también funcionaba como un lugar de culto, con salas dedicadas a las diosas Némesis y Juno. Este uso mixto lo convierte en un símbolo del papel social y religioso que cumplían estos espacios en la Roma antigua.

Anfiteatro romano de Santiponce, Andalucía.

Anfiteatro romano de Santiponce, Andalucía. iStock

La estructura del anfiteatro estaba dividida en tres niveles: la "ima cavea" para los dirigentes, la "media cavea" para los ciudadanos comunes y la "summa cavea" destinada a mujeres y niños, una distribución que refleja la jerarquía social de la época y muestra la organización característica de los anfiteatros romanos.

A lo largo de los años, el anfiteatro de Itálica ha sido restaurado para preservar su esencia histórica y ha ganado fama en la cultura popular. Fue incluso escenario de la serie Juego de Tronos, donde representó el Pozo Dragón, consolidando su relevancia no solo como sitio arqueológico, sino también como un ícono cultural.

Recorrido por Itálica: más allá del anfiteatro

El anfiteatro es sin duda la joya de Itálica, pero este conjunto arqueológico ofrece una rica variedad de vestigios de la vida romana. Entre los restos mejor conservados se encuentran las termas, que servían como centros de encuentro y socialización para los ciudadanos. También hay magníficas casas señoriales, como la Casa de los Pájaros y la Casa del Planetario, que eran residencias de la élite romana.

Estas casas destacan por sus impresionantes mosaicos, que han resistido el paso del tiempo y conservan su belleza original. Los mosaicos, con motivos geométricos y figurativos, representan escenas de la mitología clásica, siendo especialmente famoso el mosaico de Orfeo rodeado de aves. Estos detalles artísticos ofrecen una visión fascinante de la cultura y el estilo de vida de la época.

Itálica también cuenta con otros monumentos notables, como los restos de sus murallas y un teatro romano, que en su momento fue un espacio clave para el entretenimiento y la vida cultural de la ciudad. Estas estructuras refuerzan el papel de Itálica como una ciudad próspera y bien organizada dentro del Imperio romano.

Finalmente, el recorrido por Itálica incluye el Traianeum, un templo dedicado al emperador Trajano que fue construido por Adriano en honor a su predecesor. Este templo, junto con el resto de las estructuras, muestra el esplendor arquitectónico y la importancia histórica de Itálica, convirtiéndola en un sitio arqueológico único en la península.

El monasterio de San Isidoro del Campo

Santiponce no solo es conocido por su legado romano, sino también por el imponente monasterio de San Isidoro del Campo, una abadía fundada en 1301 por Alfonso Pérez de Guzmán. Este monasterio, situado cerca de las ruinas de Itálica, es una joya de la arquitectura medieval y uno de los monumentos más valiosos de la provincia de Sevilla.

El conjunto monástico cuenta con dos iglesias, cinco claustros y una torre, decorados con murales de gran valor artístico. A lo largo de los siglos, el monasterio ha pasado por diversas reformas, especialmente durante el periodo barroco, que han enriquecido su patrimonio arquitectónico y artístico, fusionando distintos estilos en su estructura.

Monasterio de San Isidoro del Campo, Santiponce.

Monasterio de San Isidoro del Campo, Santiponce. iStock

Dentro del monasterio destacan dos retablos realizados por el célebre escultor sevillano Martínez Montañés, una obra maestra que aporta aún más valor a este monumento. La mezcla de estilos góticos y mudéjares le otorga una identidad única, convirtiéndolo en un lugar esencial para comprender la evolución artística de la región.

San Isidoro del Campo, con su historia y su rica arquitectura, es un testimonio de la importancia cultural y religiosa de Santiponce a lo largo de los siglos, atrayendo a visitantes interesados en la historia, el arte y la espiritualidad de la época medieval.