Ensalzar la belleza de espacios naturales y pueblos de España puede caer en la obviedad. El país cuenta con múltiples espacios protegidos, lugares declarados Bien de Interés Cultural y hasta Patrimonios de la Humanidad que ensalzan el atractivo del país. 

Una de las mayores joyas naturales con las que contamos se encuentra en la provincia de Jaén, formando parte de los 152 parques naturales nacionales. Las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas alberga 216.336 hectáreas, albergando pueblos, embalses, cascadas, valles... y convirtiéndose en el más grande de todos.

Dentro de sus dominios se encuentra uno de los municipios más bellos y con mayor encanto de todo Jaén. El patrimonio histórico y cultural de Quesada es muestra de su importancia a lo largo de los siglos, dando lugar a uno de los pueblos más aclamados de la región. 

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Visitar este municipio es apostar seguro por un viaje que te dejará huella. Repleto de rincones únicos, rodeado de un paisaje espectacular y con una rica historia que a día de hoy se puede apreciar, es imposible que Quesada te defraude.

Hacer turismo en este encantador pueblecito es perfecto para cualquier escapada de fin de semana por la provincia andaluza. Puerta de entrada al Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas, conocer la zona te enamorará. 

Historia de Quesada

Las evidencias más antiguas de Quesada sitúan a la población en el siglo III a.C. Las pinturas rupestres y restos de ocupación humana del Paleolítico que se ubican en la Cueva del Encajero. Declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1998, son el claro ejemplo de ello. 

La calzada romana que atraviesa el municipio jienense, junto con las diferentes villas romanas, como las de Bruñel y las evidencias de las luchas contra cartagineses y romanos, que datan del siglo II a.C., aporta un extra de importancia histórica a Quesada. 

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Es al reino visigodo al que se le debe el emplazamiento actual de la ciudad. Más tarde fue ocupada por el pueblo musulmán en el siglo VIII, época a la que se le adjudica la construcción de las fortificaciones y los primeros sistemas de riego avanzados, hecho que hizo desarrollar la agricultura de la ciudad. 

Siglos después de la reconquista cristiana, en los siglos XVI y XVII, Quesada se consolidó como un importante núcleo agrícola, especialmente en lo referente a la producción de aceite de oliva. Hecho que, a día de hoy, continúa siendo fuente fundamental de la economía local. 

Calle de Quesada, en Jaén. Cazorla Rural

Tras los estrados sufridos por la Guerra de Independencia y las guerras carlistas, al igual que otros muchos pueblos andaluces, Quesada experimentó en el siglo XX un importante resurgir gracias al pintor local Rafael Zabaleta

Qué no perderse de Quesada

Gracias a los diferentes asentamientos y acontecimientos históricos de los que Quesada ha sido testigo, hoy en día se puede disfrutar de un municipio precioso con múltiples rincones en los que detenerse para aprender más de la historia de nuestro país. 

El patrimonio histórico y cultural de Quesada queda plasmado a través de los diferentes centros que alberga.

El museo Zabaleta, en honor a su artista más ilustre, el cual alberga una importante colección de su obra, o el centro de Interpretación del Patrimonio Arqueológico, en que se puede descubrir la rica leyenda de la región, son ejemplos de ello. 

Una de las representaciones arquitectónicas más bonitas de Quesada la encontrarás en la iglesia de San Pedro y san Pablo, del siglo XVIII y estilo neoclásico, construida sobre las ruinas de una antigua mezquita. 

El templo, a pesar de estar ubicado en el corazón de la localidad, no es la edificación religiosa más destacada de Quesada. El santuario de la Virgen de Tíscar, un pequeño templo al lado de la cueva del Agua, situada entre imponentes rocas donde, según la leyenda, se apareció la Virgen. 

Cueva del Agua, Jaén. iStock

En las inmediaciones del santuario, nos encontramos el castillo de Peñas Negras de Tíscar. La fortaleza se yergue sobre una gran roca y el entorno natural que lo rodea solo hace que este lugar sea uno de los más bonitos del municipio. 

Las primeras referencias sobre la fortificación datan del año 876, convirtiendo a la construcción defensiva en un bien muy preciado tanto para musulmanes como para cristianos debido a su estratégica situación.