Si de algo puede presumir Andalucía es de sus increíbles contrastes que hace que miles de turistas se queden prendados de esta tierra. Un fantástico litoral, un abrupto sistema montañoso, cultura, arte, gastronomía... Y sí, también tesoros perfectos para descubrir en los meses más cálidos.
En la provincia más al este de la región, entre Sierra Nevada y la sierra de Gádor, se esconde un espacio natural que, aunque no tan conocido como otras maravillas de la comunidad autónoma, es una de las mayores sorpresas que te puedes llevar si decides visitar Almería en verano.
El Monumento Natural de Los Canales de Padules es un sistema de humedales y canales ubicado en el Valle de Lecrín que se convierte en un destino idóneo para los amantes de las aventuras al aire libre y la historia.
De gran importancia ecológica y cultural, este conjunto de gargantas, pozas y cascadas de más de dos kilómetros de longitud en plena Alpujarra almeriense perteneciente al municipio de Padules, es una de las joyas de la naturaleza más bonitas del sur de España.
Durante el recorrido es inevitable mojarse, puesto que hay que cruzar, literalmente, las pozas que conforman los canales. ¿Se te ocurre una escapada mejor para hacer durante los meses más calurosos?
Historia de los Canales de Padules
En época romana, cuando la zona era una simple laguna, se comenzaron a hacer las primeras obras para drenar parte de su agua y utilizarla para la agricultura de los campos de los alrededores.
Pero no es hasta el asentamiento árabe cuando los canales adquirieron una mayor relevancia gracias a las avanzadas técnicas de riego y canalización que se hicieron.
El transcurrir del tiempo y la excelente labor del río Almarax a su paso, cincelando a la perfección las rocas, ha creado la obra de arte natural que hoy en día conocemos como los Canales de Padules.
Recorrer los Canales de Padules
Para llegar hasta este impactante humedal de la provincia de Almería podrás aparcar el coche en el parking habilitado para sus visitantes, a un kilómetro del pueblo de Padules.
El aparcamiento es gratuito durante todo el año, exceptuando los meses de verano, cuya tasa ronda los tres euros. Partiendo desde ese punto, tendrás que caminar poco más de hora y media a lo largo de un camino muy bien señalizado y de dificultad baja.
Tras las intensas lluvias de los meses más fríos del año, la profundidad de la garganta puede alcanzar el metro de altura, pero no te resultará una ruta excesivamente complicada equipándote con unos escarpines.
En los meses de verano, cuando la profundidad de los charcos es mucho menor, podrás recorrer los canales sin demasiada dificultad. Eso sí, mojarte te vas a mojar, por lo que mejor ve con unos pantalones cortos.
Divertida y lineal, el camino a través de las pozas, los recovecos rocosos y las gargantas es increíble. Te maravillará además la exuberante vegetación repleta de álamos, zarzamoras, fresnos, tarajes, gayombas o juncos.
Siguiendo el trayecto te encontrarás de lleno con los Canales de Padules. Un oasis de ensueño, rodeado de cascadas con aguas cristalinas y una naturaleza abrumadora, perfecta para ofrecer ese frescor tan necesario en verano.
Actividades en los Canales de Padules
Más allá de las rutas de senderismo que este increíble lugar te invita a realizar, los Canales de Padules se presentan como el enclave perfecto para realizar cualquier actividad al aire libre.
Los amantes del ciclismo también encontrarán aquí un lugar idílico donde practicar su deporte favorito, explorando el entorno de un modo sostenible y respetuoso con esta maravilla de la naturaleza.
También existen áreas designadas para la observación de aves. Aquí los entusiastas de las especies más extrañas en un entorno tranquilo, idílico y natural. Las visitas guiadas son otra opción si, además de divertirte, quieres conocer la historia, geología y ecología del lugar.