En un mercado cosmético saturado de propuestas, marcar la diferencia resulta más que complicado. Sin embargo, eso es justo lo que consiguió Tiffany Masterson cuando en 2013 lanzó Drunk Elephant en Estados Unidos y enseguida se convirtió en un fenómeno viral. Lo cierto es que la firma de esta emprendedora nacida en Houston (Texas) tenía todos los ingredientes para no pasar desapercibida: un nombre sorprendente, unos envases con un diseño de lo más atractivo y un concepto –el de crear tus propios smoothies cosméticos– innovador. Ahora, Drunk Elephant (que cuenta con más de un millón de devotos fans en Instagram) aterriza en España de la mano de Sephora con un catálogo de productos para el rostro, el cuerpo y el pelo.
Lo único que no es muy original en esta historia es el comienzo. A Tiffany le ocurrió lo que a otras muchas exigentes fundadoras de marcas cosméticas: que no encontraba nada que se adaptara a su piel, de modo que se lanzó a crearlo ella misma. “Yo tenía todo tipo de problemas: grasa en la zona T (la que abarca la frente, la nariz y el mentón), propensión a los brotes, rosácea leve, poros visibles…”, explica Masterson. ç
“Era una saltadora de marcas frustrada y confundida. Nada me funcionaba realmente y, si lo hacía, no funcionaba durante mucho tiempo”, añade. Entonces identificó seis activos que podían ser los causantes de sus quebraderos de cabeza cutáneos: aceites esenciales, siliconas, pantallas solares químicas, fragancias, alcoholes deshidratantes y un detergente (el lauril éter sulfato sódico) a menudo empleado en los productos de cuidado personal para formar espuma. A esos enemigos los denominó los seis sospechosos… y los erradicó de su vida. “Una vez que los eliminé de mi rutina, fue increíble: mi piel volvió a tener un aspecto limpio, saludable y equilibrado”, asegura.
En las fórmulas de Drunk Elephant jamás se utiliza ninguno de esos seis sospechosos. A cambio, su fundadora apuesta por los ingredientes biocompatibles, es decir, activos “no irritantes de moléculas pequeñas que la piel puede absorber fácilmente”, según su definición. “Cuando exponemos la piel a ingredientes irritantes, el daño puede ser imperceptible pero acumulativo, dando lugar a reacciones. Creemos que tenemos una piel sensible, pero a menudo realmente es una piel que se ha sensibilizado con el tiempo, un problema que puede tratarse fácilmente”, explica Masterson.
Y está tan segura de lo que dice que ha inspirado en Instagram el movimiento #barewithus (en inglés, desnúdate con nosotros), en el cual los clientes de Drunk Elephant comparten sus selfies con la cara lavada (¡y sin filtros!) para mostrar cómo su cutis mejora visiblemente tras seguir esta rutina cosmética.
Marketing e ingenio
Detrás de todo esto también hay, para qué negarlo, una fantástica estrategia de marketing. El nombre de la marca, por ejemplo, es toda una genialidad: drunk elephant significa literalmente elefante borracho. Claro que no se trata de una denominación elegida al azar, sino que tiene su porqué. El origen está relacionado con el aceite de marula, activo fundamental de uno de los productos estrella de la marca, el Marula Oil ultranutritivo.
El mito cuenta que, cuando los elefantes comen el fruto de la marula –un árbol africano–, dicho fruto fermenta en sus estómagos y, en consecuencia, los paquidermos andan por la sabana medio borrachos. Verdadera o no, la anécdota tiene su gracia y el nombre se queda grabado sí o sí en la mente de los consumidores.
Otro aspecto que atrapa de esta propuesta de belleza son los envases, en los que destacan los colores flúor. Como atrapa también la idea de que puedes mezclar las fórmulas entre sí para obtener el cuidado facial que más te guste, como si en vez de cremas estuviéramos hablando de smoothies en los que tú eliges si te apetece más la piña o la naranja como complemento de la fresa.
“Consideramos que nuestras rutinas de cuidado para la piel son batidos. Son buenos para ti, son fáciles de mezclar y puedes cambiar la receta cuando quieras”, resume Tiffany Masterson. Su legión de seguidores en las redes sociales aplauden su discurso y aseguran, en muchos casos, que gracias a esta rutina tienen la piel tan bonita que ya no necesitan base de maquillaje.
“Me emociona muchísimo lanzar nuestros productos en España. Drunk Elephant ha supuesto un cambio drástico en muchísima gente y tengo muchas ganas de que la comunidad española lo experimente por sí misma”, declara Masterson. Ahora sólo queda comprobar si la emprendedora de Houston logra cautivar a las españolas tanto como a las estadounidenses, y si el elefante borracho consigue convertirse en el nuevo hit de las tiendas Sephora a pesar de la voraz competencia.