La manteca de karité, si es de comercio justo, es el ingrediente más sostenible por y para las mujeres de todo mundo. Un ecosistema, en clave femenina, que aporta economía a las mujeres que desde África lo trabajan. Y bienestar al resto de mujeres que, desde cualquier parte del mundo, lo incluyamos de forma natural y pura en nuestra rutina de belleza.
Como con el Argán en Marruecos, generación tras generación la sabiduría de las mujeres procesa la manteca a mano por tradición. En un proceso artesanal en el que despulpan, secan, trituran, tuestan y baten a mano las semillas del árbol del karité (vitellaria paradoxa), que literalmente significa mantequilla. Crean así la manteca de karité (Butyrospermum Parkii Butter) en las sabanas arbóreas del África occidental (único lugar en el mundo donde crece).
Lo que nosotras compramos aquí, revierte a ellas allí. Conscientes del valor de este ecosistema productivo, las marcas más comprometidas con las mujeres lo incluyen en sus fórmulas mediante comercio justo. “Al recibir un precio justo por la manteca que producen, estas mujeres obtienen independencia económica, que además les aporta una mayor confianza en sí mismas y respeto en su comunidad” explica Marisa Gómez de Cadiñanos, responsable de Comunicación de The Body Shop.
“También ofrecemos financiación adicional para realizar proyectos comunitarios que influyen positivamente en las vidas de las 49.000 personas que viven en los 11 pueblos de la comarca de Ghana”, añade.
L’Occitane, a su vez, en un esfuerzo por proteger el trabajo de sus productoras, empezó a comprar en los años 80 la manteca de karité directamente a las mujeres en lugar de hacerlo a intermediarios. La inversión ha permitido “un modelo de negocio que ha impactado en más de 200.000 personas, provocando que el 75% de las productoras escolaricen a sus hijos y que un 84% de ellas puedan contribuir a los gastos familiares”, explica Jean Charles Lhommet, responsable del departamento de Biodiversidad & Sostenibilidad de la firma provenzal.
“Cuando estoy con el resto de mis compañeras, me siento más fuerte y feliz” explica
Atanpoka Abongo, de la cooperativa de mujeres de Ojoba, que ya cuenta con 400 mujeres viviendo de la manteca. Gracias a su trabajo en esta cooperativa promovida por Lush, las mujeres reúnen suficientes fondos como para pagar el colegio y el seguro médico de sus hijos. Además, tienen acceso a un sistema de microfinanciación por el que "pueden solicitar fondos para establecer su propio negocio", aclaran desde la marca cosmética, que ha fomentado a través de los árboles de karité una fuente segura de ingresos durante todo el año en Ghana.
Maison Karité, también lleva años fomentando y visibilizando el comercio justo de las mujeres de la manteca. Por este motivo, la empresa barcelonesa (miembro del Global Shea Alliance o Asociación Global del Karité) elabora sus productos con manteca salvaje procedente de cooperativas de mujeres del norte de Ghana, con quienes trabaja en estrecha colaboración.
Pero no podemos presumir de ser realmente sostenibles sin una fórmula 100% natural y pura. Si es refinada se pierden sus propiedades hidratantes, regeneradoras, cicatrizantes, antinflamatorias y antienvejecimiento que ya conocían las reinas Nefertiti y Cleopatra y de las que ahora nos podemos beneficiar todas. “Hay elaboraciones industriales que mezclan poca cantidad de este ingrediente con otros componentes, de forma que la manteca pierde la mayor parte de sus propiedades naturales”, desvelan desde Maison Karité.
Para diferenciar si nuestra manteca es pura y salvaje, debe poner en los ingredientes Butyrospermum Parkii Butter (manteca de karité) y tener certificación oficial de producto ecológico. Su olor debe ser ligeramente a fruto seco (el característico del karité), su tonalidad marfilosa y su textura firme (hay que fundirla con el calor de la palma de la mano para poder usarla). Si su olor es inexistente, perfumado, su color distinto y su textura untosa, no es pura.
Los productos
Manteca Karité 100 ml - PVP 14,90 euros Maison Karité: Hecha a mano por cooperativas de mujeres. 100% pura, sin refinar, sin aditivo alguno, con Certificación Ecológica y de Comercio Colaborativo con la Cooperativa de Murugu, una pequeña agrupación de mujeres recolectoras que trabajan y preservan una maravillosa área catalogada como reserva natural de elefantes en el Norte de Ghana.
Manteca Karité 150 ml - PVP 17 euros The Body Shop: Manteca de karité de comercio justo con comunidades en su forma más pura, con una textura cremosa que se funde al contacto con la piel. Ha sido elaborada por las manos expertas de las mujeres de Ghana que llevan usando la manteca de karité para nutrir la piel y el cabello secos durante generaciones.
Manteca Karité 150 ml - PVP 36 euros L’Occitane: Esta manteca de karité 100% de origen natural, certificada biológica*, se extrae de las nueces del árbol de Karité y es producida dentro de un acuerdo de comercio equitativo con cooperativas de mujeres en Burkina Faso. Certificada biológica* y aprobada equitativa** por Ecocert, este irremplazable bálsamo de belleza ayuda a proteger, suavizar y regenerar las pieles secas, deshidratadas o sensibles. Está enriquecida con vitamina E antioxidante.
Barrita de masaje 9,95 euros Lush: Esta barrita fue inventada para utilizarse en Lush Spa para los masajes de tejido profundo y después de su éxito se puede encontrar en todas las tiendas Lush.