La piel y el cabello, sin hablar, dicen muchas cosas. Por ejemplo, los melasmas suelen advertir cambios hormonales y embarazos, las rojeces desvelan que estamos muy sensibles, los eccemas que estamos en época de mucho estrés y la sequedad y falta de luminosidad que no estamos durmiendo o comiendo bien.
Pero también hablan también de mimos y anuncian cambios. Cuando nos cortamos el pelo estamos diciendo al mundo que se prepare, que vienen curvas. “Una mujer que se corta el pelo está apunto de cambiar su vida”, decía Coco Chanel. Dejar de teñirse también habla de un cambio, una evolución y una liberación personal que se traduce en toma de decisiones estéticas. Decimos mucho, sin darnos cuenta. Se trata de algo que va más allá de la cuestión estética.
El artículo de hoy se lo dedico a los libros y los cosméticos que mejoran nuestra imagen por dentro y por fuera. Todos se acaban de publicar y están de total actualidad. En sus portadas encontramos el nombre de dermatólogas de referencia y periodistas especializadas en belleza. En sus páginas hallamos consejos y trucos para que la calidad de nuestra piel y pelo sea siempre la mejor.
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La doctora Natalia Jiménez nos da consejos de skin care y estilo de vida para lucir una piel sana y bonita con su libro Ponte en tu piel (Aguilar, 2022). El primer consejo es que la escuchemos y visitemos al dermatólogo.
“Nuestra piel cambia a lo largo del año y conforme nosotros cumplimos años, en lo que llamamos estados de la piel. Para tener un buen análisis de este estado es fundamental la valoración de un dermatólogo que nos indique cuáles son los productos idóneos en nuestra rutina de skin care”.
De esta manera, sabiendo cuáles son los productos adecuados, también respetaremos el medio ambiente porque vamos a usar la cantidad de producto justa.
El segundo es que, aunque cada piel es única y cada una necesitamos cuidados específicos, una rutina de cuidado facial para envejecer bien consta de una limpieza de la piel mañana y noche, además de “productos antioxidantes como la vitamina C por la mañana, protector solar de amplio espectro los 365 días del año y cosméticos de uso nocturno como el retinol o los alfahidróxidoácidos".
"A nivel corporal, es recomendable usar jabones de limpieza que no sequen en exceso la piel, productos hidratantes con glicerina, plántenlo, ácido hialurónico y niacinamida en la composición y no descuidar la protección solar en zonas expuestas. Además, para zonas donde el envejecimiento es mas notorio (cuello, escote o manos) suelo recomendar usar los mismos productos que empleamos en el cuidado de la cara”, explica la experta.
La doctora recomienda la gama Bright Boost de Neutrogena, cuyo ingrediente estrella es la neoglucosamina. Un amino azúcar que ayuda a activar el proceso de renovación natural de la piel para lucir un rostro más luminoso en tan solo una semana.
La doctora Lidia Maroñas, especialista en dermatología estética (@oneskinmum en Instagram), nos habla de cómo cuidar la piel durante el embarazo en su obra Dos corazones bajo una misma piel (La Esfera de los Libros, 2022).
Su principal consejo es mantener una exquisita fotoprotección, aunque no tengamos manchas, y adaptar los principios activos según las necesidades de cada caso.
“Uno de los mayores errores cuando estamos embarazadas es creer que no podemos aplicarnos nada ni hacernos ningún tratamiento, lo que se traduce en que vienen a consulta con las lesiones avanzadas”, explica Lidia.
Es verdad que no nos podemos poner cualquier cosa y debemos evitar “los retinoides tópicos (por máxima prudencia, aunque sabemos que difícilmente alcanzan un nivel significativo en sangre materna que pueda poner en peligro al feto), la hidroquinona (un despigmentante que se absorbe cuantitativamente más que otros cosméticos) y los aceites esenciales para evitar la aparición de alergias y/o sensibilización cutánea”, añade.
Como mejores amigos durante el embarazo tenemos: los antioxidantes, a la cabeza; la vitamina C y la vitamina E para prevenir el daño sobre la piel de agentes externos; el ácido hialurónico tópico y las ceramidas, como agentes hidratantes; el ácido tranexámico, como regulador de la pigmentación por excelencia durante el embarazo; y la niacinamida, los factores de crecimiento y los péptidos como agentes antiedad.
Evitar el temido melasma pasa por aceptar que el embarazo es en sí mismo un factor predisponente y comenzar la triple terapia de fotoprotección que la experta traduce en “aplicar un sérum antioxidante por las mañanas seguido de un regulador de la pigmentación (ac. tranexámico) previo al fotoprotector. Si es un fotocorrector, es decir, un fotoprotector que esté enriquecido con agentes despigmentantes, mejor. Con esta triple terapia de fotoprotección minimizamos el riesgo de aparición de melasma durante todo el embarazo y el posparto”, aclara.
Porque no hay que olvidar que esa tendencia a la mancha se prolonga más allá del parto, sobre todo, en madres lactantes por el efecto hormonal de la lactancia.
“En consulta he tenido mujeres que han pasado su embarazo sin una mancha y se han pigmentado tras dar a luz, por lo que este último concepto lo considero muy importante. Una vez el melasma ya ha aparecido podemos añadir a la terapia tópica diferentes procedimientos en clínica adaptados al embarazo” añade.
¿Y las estrías? La elevación de estrógenos durante la gestación acelera la degradación natural del colágeno y la elastina de la dermis favoreciendo la aparición de estrías gravídicas.
La doctora aconseja “aplicar cremas emolientes con centella asiática y vitamina, desde el mismo momento en el que obtengamos el test de embarazo positivo pues este factor hormonal actúa desde el inicio de la gestación”.
Pasado el parto, podemos añadir tratamientos tópicos con ácido retinoico y realizar distintos tratamientos de bioestimulación con inductores de colágeno y elastina subdérmicos, ultrasonidos microfocalizados y drug delivery therapies como microneedling y láser.
La doctora recomienda el tratamiento para el melasma con el trío infalible de Phloretin + Discoloration Defense + Advanced brightening UV Defense (fotocorrector enriquecido con acido tranexámico) de Skinceuticals.
La periodista especializada en belleza Abigail Campos en su Guía Práctica para un cabello perfecto (Pinolia, 2022) nos habla de combinar salud capilar con belleza del cabello y nos aclara muchos mitos.
Su primer consejo es cuidar el cabello con productos acordes a nuestras necesidades específicas. La afirmación de que el pelo se acostumbra al champú no es cierta.
“Lo que pasa es que, a medida que se utiliza un cosmético y funciona, ya no nos acordamos de cómo teníamos el pelo cuando empezamos a usarlo” explica la experta, que añade: “Otra cosa que también es común es que las necesidades del cabello varíen y el champú que compramos en un momento no nos sirva para otro”.
Por eso es importante tener en cuenta las características del pelo, del cuero cabelludo y el estilo de vida, para así personalizar las rutinas en torno a las necesidades particulares.
“Las siliconas no son adecuadas para cabellos rizados, porque aportan peso y alteran el patrón del rizo, pero son un activo estupendo para personas con cabello fosco y difícil de domar”, añade.
Y es que no hay ingredientes 100% malos ni 100% buenos. Hay que usar unos u otros, dependiendo de cada tipo de cabello, de la ciudad en la que vivamos, de la calidad del agua o las condiciones medioambientales.
Sobre si es malo lavarse el pelo a diario, Abigail lo tiene claro: “Hay que lavarlo según las necesidades de la persona. Y en ocasiones, en concreto en cabellos grasos, eso puede suponer un lavado diario. El secreto está en usar el champú adecuado”, recuerda.
También se dice que al rasurar la cabeza nace el pelo más fuerte. Sin embargo, afeitar no cambia su grosor, color ni velocidad de crecimiento. “Una vez me dijo un tricólogo que con el cabello no funciona la poda y desde entonces no se me ha olvidado. Al rasurar el cabello que nace parece más fuerte y grueso por efecto óptico. Por lo tanto, tampoco es cierto que si te cortas las puntas vaya a crecer más, pero sí se verá más sano”.
Por último, de manera general creemos que dejar secar el cabello al aire siempre es más aconsejable, pero es una verdad a medias. El uso, o mejor dicho el abuso, de herramientas térmicas debilitan la fibra del cabello.
“Pero también hay estudios han demostrado que dejar secar el pelo al aire hace que la humedad dañe la membrana celular del cabello. Y no digo ya nada sobre acostarse con el pelo mojado o recogérselo mientras aún está húmedo”, dice la experta. Como en tantas cosas, en el justo medio está la clave.
Lo ideal es combinar un poco el secado al aire para reducir el exceso de humedad con el secador a baja temperatura, usando un protector térmico.
La periodista Abigail Campos recomienda el aceite de argán puro de Moroccanoil. “Nunca puede faltarme en mi rutina. Lo utilizo sobre cabello húmedo o mojado. Es útil para frenar el frizz y como producto nutritivo e hidratante. Deja el pelo brillante y me encanta su aroma”.