Los lugares que descubrimos a lo largo de nuestra vida definen parcialmente nuestra identidad. Nos llevan, también a darle forma. Gabrielle Chanel era especialmente consciente de ello. “Mi vida no me agradaba, por lo que creé mi vida” dijo en una ocasión la diseñadora. 

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Marcada por su primer "hogar", la abadía de Aubazine, Coco buscó refugios y lugares de confianza y paz a lo largo de su vida. Pero también espacios de oportunidades, donde desarrollar todo su talento y llegar a las mujeres que podrían entender su sensibilidad.

Algunos de estos lugares también influyeron fuertemente en su manera de crear e incluso inspiraron sus diseños más emblemáticos. Desde MagasIN, nos proponemos recordarlos. Prueba de su importancia: algunos dieron su nombre a las fragancias de una línea de la maison, Les Eaux de Chanel.

Aubazine

Ubicado en Corrèzes, fue el primer lugar significativo para Gabrielle Chanel. Allí se encontraba el orfanato, y abadía, donde creció la diseñadora. Supuso una etapa especialmente difícil para ella por la rigurosidad y austeridad del ambiente.

Este lugar habría inspirado el logotipo de la doble "C" de Chanel. Se podían vislumbrar un motivo parecido en las vidrieras del edificio. Virginie Viard recreó el lugar para la presentación de la colección Haute Couture primavera-verano 2020 de la maison.

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París

La capital francesa fue sin duda el lugar más relevante de la vida de la diseñadora. Su carrera profesional empezó de hecho formalmente en el número 11 de la rue Cambon, donde abrió su primera boutique, "Chanel modes", en 1910. En sus inicios, Coco Chanel solo concebía sombreros.

En 1918, abrió su segunda boutique, en la misma calle, esta vez en el número 31. Fue la única que se mantuvo abierta, incluso durante la Segunda Guerra Mundial. 

El número 29 de la rue du Faubourg Saint-Honoré también marcó un hito en la trayectoria de la diseñadora. En este hotel particular, presentó su colección de Alta Joyería llamada "Bijoux de diamants", compuesta de 45 piezas.

Gabrielle Chanel falleció finalmente en el Hotel Ritz, ubicado en el 15 de la place Vendôme, confirmando su estrecho vínculo con la ciudad de la moda.

Deauville

En 1912, Gabrielle Chanel inauguró una boutique en Deauville. La estación balnearia atraía a mujeres pioneras en adoptar sus sombreros, vanguardistas. Además, los paisajes de Normandía agradaban e inspiraban de forma especial a la diseñadora, según recuerda la maison.

En esta ciudad ideó también una de las prendas que se convertiría en su seña de identidad, la camiseta marinera. Inspirada en los uniformes de los hombres que trabajan en la costa, Chanel decidió adaptarla e insertarla en el armario femenino. Empezó asimismo a apostar por el tejido de jersey, utilizado hasta entonces para la concepción de ropa interior masculina.

La diseñadora acudía regularmente al hipódromo de la ciudad. La contemplación de los caballos y de su material se convirtió en una fuente de inspiración para Coco, quien decidió incluir la gorra y el acabado acolchado en sus colecciones.

Biarritz

Fue dos años más tarde de la apertura de su boutique en Normandía que Gabrielle Chanel descubrió Biarritz. "Este paraíso de paz al lado del mar, le seduce inmediatamente por su ambiente deportivo y social. Allí decide abrir su primera casa de costura, en una Villa frente al casino: reconciliando elegancia y comodidad, sus siluetas captan una clientela internacional y marcan los comienzos de CHANEL" explica la firma.

Ante el éxito fulgurante de su actividad, Coco Chanel decidió emplear a más de 300 obreras. En este taller creó también su primera colección Alta Costura.

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Roquebrune-Cap-Martin

También conocida como La Costa Azul, la Riviera Francesa y más concretamente Roquebrune-Cap-Martin fue uno de los refugios de Coco. En 1938, la diseñadora eligió construir allí su villa, llamada La Pausa donde solía invitar a numerosos amigos como Salvador Dalí. Un destino luminoso y solar que reafirma la pasión de Chanel por el Mediterráneo.

Venecia

Este destino, menos conocido que los demás, fue sin embargo de gran importancia para Chanel. Uno de los pocos fuera de las fronteras francesas, la maison cuenta que para Coco fue una auténtica revelación: "las pinturas bizantinas que descubrió allí, con sus fondos dorados y colores radiantes, se convirtieron en una inspiración importante de su estilo".

Hollywood

Puede que sea el destino más sorprendente del listado. La meca del cine fue el destino de Coco Chanel en febrero de 1931. Allí concibió los trajes de las películas Esta noche o nunca (1931) y Tres rubias (1932).

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